Entrevista con el rapero cristiano Yunier EMPI (Parte I)



Su nombre completo es Yunier Carbonell Preval, pero artísticamente se le conoce como Yunier EMPI. La última parte de su nombre artístico no es una palabra sin sentido, sino que se trata de un acróstico de especial significado: Enviado Musical de la Palabra y la Instrucción. Su compromiso como artista cristiano es hacer música con mensajes que toquen la conciencia, de manera reflexiva y crítica, pero también provistos de dicha, alegría y redención personal. Desde la provincia de Guantánamo, vía correo electrónico, tuvo a bien establecer un diálogo sincero con PMU, el cual ponemos a disposición de nuestros lectores.

PMU: ¿Qué te parece si comenzamos hablando de tus orígenes?

Y.E: Nací en la ciudad de Guantánamo, el 25 de julio de 1986. Desde pequeño tuve fuertes inclinaciones por el arte, aunque el único músico en mi extensa familia fue mi abuelo, que tocaba el contrabajo y la tumbadora con un grupito cada vez que había zafra. Estoy seguro que de él herede la pasión por la música.

PMU: ¿Cómo comenzó tu inclinación por la música rap?

Y.E: Por vivir cerca de la Base Naval de Guantánamo. Casi todos los que teníamos televisor podíamos coger por la antena el canal americano donde ponían películas, videos y mucha moña, como se le decía en aquel tiempo al rap, y veíamos los programas de “Soul Train”, muy popular en aquella época de los 90.

Comencé primero con el baile. En esa época había uno muy popular que le llamaban el pigüe, y así, entre los muchachos del barrio nos retábamos, hacíamos coros, yo cantaba, y nos divertíamos para tratar de apaciguar los momentos duros del Periodo Especial, sufridos por todos los cubanos. Pero fue años mas tarde que esta música empezó a tocarme en lo más profundo.

PMU: ¿Cuáles fueron tus influencias musicales en aquel primer momento?

Y.E: Los primeros cantantes de música urbana que escuché fueron: El General, Nando Boom, Ilegales, Proyecto 1 y el más impactante para mí en aquella época de mi adolescencia, fue Vico-C, fenómeno que recorrió toda la nación. Sus canciones del disco Aquel que había muerto eran himnos, que hasta el sol de hoy siguen en los repertorios de las fiestas populares. Años más tarde, cuando me metí de lleno en el mundo del rap, amplié mis conocimientos sobre discos y canciones de este género musical. Artistas como Wu-Tang Clan, Busta Rhymes, MOP, Notorius Big y Mistykal formaban parte de mi colección personal. Además, todos los días escuchaba la emisora de la Base Naval que a partir de las 1 p.m. en adelante, ponían rap, soul y R&B.

PMU: Tengo entendido que desde joven comenzaste a escribir sátiras y parodias, pero luego pasaste a canciones de cortepolítico ¿Qué te motivó a ello?

Y.E: Esa fue una etapa donde estaba creciendo y salía de la niñez a la adolescencia, hacía parodias y sátiras de canciones que se escuchaban en aquel entonces, para hacer reír a los de mi barrio y divertirme. Pero al entrar en la secundaria, que uno va creciendo y dándose cuenta de las cosas que pasan a tu alrededor, fui haciendo canciones acorde al momento histórico que estábamos viviendo, con un sentido más serio y patriótico, en el buen sentido de la palabra.

PMU: ¿Tuviste algún problema por hacer rap político?

Y.E: No, para nada. En esa época en Guantánamo, estaba el rap en tremendo auge y aunque solo era conocido por mis compañeros de la escuela y amigos del barrio, todo lo que se dijera mientras fuese verdad y sin malas palabras, estaba bien. El fenómeno de rap Orishas ayudó bastante.

PMU: Cuéntame de tu experiencia con la agrupación juvenil Los Inocentes.

Y.E: Fue mi primer grupo y donde comencé mi carrera como cantante. También tuve mis primeras experiencias con una gran audiencia. Estaba conformado por Daudinot, Cosy y yo. En ese tiempo, después de meses de ensayo y con la ayuda de uno de los pioneros del rap, Gtmo Bombajay, hicimos una audición en la AHS para poder cantar en la peña de rap. Aquello fue todo un acontecimiento, aunque había muchos grupos, el nuestro sobresalió por su estilo diferente. Tuvimos el privilegio de que uno de los jueces era Israel Rojas, director del dúo Buena Fe. Fue el 4 de abril del 2001, la primera vez que canté con Los Inocentes delante de todos los alumnos de mi escuela, me acuerdo como si fuera hoy. Fue tremendo impacto, pero eso no era nada comparado con el público que asistía habitualmente a la peña de rap, en la cual nos íbamos a presentar a día siguiente. Ahí nos relacionamos y conocimos ese maravilloso mundo.

PMU: Después de Los Inocentes, formaste parte de Los Nagüitos y Los Atrevidos MP, ¿qué significación tuvieron estas dos agrupaciones en tu carrera como músico?

Y.E: Después que salí de Los Inocentes, porque lamentablemente los otros integrantes no tenían visión y yo sí sentía amor por la música (no la tenía simplemente para ganar fama y mujeres), me uní a un rapero guantanamero criado en La Habana que se llama Arles Bell e hicimos un dúo con el nombre La Ley. Este dúo impactó y pegó en los carnavales de Guantánamo en 2001, aún sin tener temas grabados y con instrumentales en casete. Nuestras canciones estaban pegadas en la calle. El impacto fue tal, que el director de cultura de la provincia nos citó a su oficina para conversar con él. Nosotros pensábamos que estábamos metidos en problemas, porque no teníamos papeles para cantar en esas áreas y eso era una multa segura. Pero fue todo lo contrario, él se ofreció a ayudarnos y nos dijo que si necesitábamos algo, las puertas estaban abiertas, pero nuestra inmadurez por la edad (yo tenía solo 15 años cumplidos) y el regreso de Arles para La Habana, impidieron que aprovechara esa oportunidad, que se me dio dos veces más en el transcurso de mi carrera musical.

Volviendo a tu pregunta, después de La Ley conformé varios proyectos que no se completaron, hasta que conocí a Marlon MC y me propuso que cantáramos. Al principio no teníamos un nombre. Nos presentamos solo una vez como Marlon y El Mexicano, que era mi nombre artístico hasta que estrenamos la canción que nos marcó en ese tiempo, me refiero a “Oye Nagüito”. Era una crítica social que marcó una etapa en la que nos atrevimos a hablar sobre lo que muy pocos hablaban, acerca del menosprecio hacia los orientales, los maltratos, la discriminación y resaltando los valores de los orientales. Esta canción fue un himno en ese tiempo, que marcó a esa generación. Después, decidimos incluir algo nuevo para establecer la diferencia y pusimos a Chiquita MC, una niña de solo 12 añitos para que formara parte de Los Nagüitos. Fue una propuesta muy acertada, el público amaba esa combinación, porque nunca habían visto una niña de tan corta edad rapeando tan bien, casi a nuestro mismo nivel.

Los Atrevidos MP fue una etapa muy hermosa de mi carrera porque empecé a dirigir mi propio grupo. Musicalmente pude materializar casi todas las ideas que tenía, porque no me gusta encasillarme y me gusta fusionar. Fue una etapa de experimentación y resultados. Con los Atrevidos MP gané mis primeros premios, salí en la radio por primera vez, visité otros municipios de mi provincia, fui invitado de Honor en un festival de rap en el municipio de Manuel Tames, llegamos a la final de un festival de rap en Baracoa. Teníamos fans en casi todos los preuniversitarios de las escuelas al campo. Fui jurado especial para la selección de nuevos talentos para peñas de rap. Tenía mi propio representante. Ya había alcanzado la categoría B y me faltaba una audición para la A y hacerme profesional, de veras era muy respetado y admirado en mi provincia.

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