The Shepal: el rock & roll como válvula de escape



El grupo The Shepal se presentó en su peña del Submarino Amarillo, la tarde del viernes 18 de marzo. Varios amantes del rock nos dimos cita allí para disfrutar de la talentosa banda, que de forma gratuita estaría más de dos horas sobre el escenario.

Su director y vocalista principal, Norberto Carvajal Laurentis conversó con PMU, minutos antes de comenzar el concierto: “Estoy tratando de retomar nuestro camino en el metal. Por ahora estamos cultivando hard rock, el funk y hasta el hip hop. Quiero incursionar en otros géneros que merecen la atención y que también son underground. Tocamos covers en el Submarino para promocionarnos. En este lugar solo te dejan tocar eso”.

Sobre lo abordado en sus composiciones, Carvajal explicó: “En nuestras letras abordamos la temática social y criticamos todo lo mal hecho. Por ejemplo, Porno Para Ricardo tiene su forma de crearlo y nosotros tratamos de hacernos escuchar a nuestra manera. Nuestro disco anterior estuvo repleto de carga social y dio muy buen resultado en las calles.

The Shepal lo integran ahora Osmel Vasallo en la batería, Agustín Domínguez en la guitarra prima y alternamos en el bajo a Rodolfo Martínez, también músico de Habana en Serio y a Víctor Hernández.

Los covers son para tener más aceptación y lograr algún pago por cualquier lado. Es un fenómeno que se está dando porque una generación no los pudo hacer en su tiempo, ya que estaba prohibido. El público asiste a consumirlos y de ahí su valor comercial. No creo que sea algo trascendental que dure por los siglos de los siglos. El trabajo nuevo se va a imponer a la larga”.

Norberto también nos comentó sobre el estado del género en las instituciones gubernamentales: “La Agencia del Rock no te busca trabajo, uno tiene que agenciárselo por amistades o lugares donde colocarse. Si tu música es buena y tiene mensaje, va a llegar a la audiencia indicada.

Creo que la entrada de María Gattorno a la dirección de la Agencia es positiva, pues es una persona que se identifica mucho con el género. Además, ayudó mucho a los rockeros cuando éramos perseguidos. Ella no tiene la culpa de que los lugares donde se puede tocar no permitan a bandas de rock & roll. Por ejemplo, nosotros tocamos dos veces en el Karachi, del Vedado capitalino, se llenó por capacidad, pero el gerente me dijo que no quería que tocáramos más allí porque a sus trabajadores no les gusta el rock.

Ya no es un fin comercial, sino personal, y de esa manera sufrimos censura. María hace lo que puede y lo que le permiten las instituciones. Los rockeros estamos de capa caída porque en estos momentos se está reparando el Maxim Rock, pues ya se estaba cayendo a pedazos.

Después del restablecimiento de las relaciones Cuba-Estados Unidos, que se mejore la imagen y la vida de los rockeros está por verse. Lo bueno de eso no ha llegado todavía.

Espero que los intercambios culturales potencien a los rockeros. Muchos de los nuestros se fueron del país porque los estaban apartando. Si se quedaban aquí, de todas maneras estaban condenados a morir. Esos grupos tenían mucha fuerza en la juventud y las autoridades no los veían con buenos ojos. Las nuevas generaciones piden que se escuchen sus reclamos y a veces nos cortan las alas.

Muchos encuentran una válvula de escape en el rock & roll y por eso tiene tanta aceptación. Las cosas van cambiando y las bandas comienzan a hacer temas propios con letras sociales, eso es muy positivo para el desarrollo del género en nuestro país. Dentro del rock & roll existen muchas tribus urbanas que sufren de incomprensión. Siguen géneros determinados y ven como un tabú el transitar por otras vertientes y estilos. Existe mucha incultura y estrechez de mente en el rock por estos tiempos. No están habilitados los suficientes espacios para nuestra promoción en la radio y la televisión. La economía al final se impone. Mucha gente en los medios expresa que detesta el reggaeton, pero se sigue poniendo en los clubes, promocionando y vendiendo.

Casi toda la nueva generación de rockeros hace música en español para que sus reclamos sean bien entendidos. Lo prefiero en castellano porque tiene que ver más con nuestra identidad.

Pienso que el rock cubano no se ha explotado de forma correcta, internacionalmente. En el metal no existen referentes como el cubano en el área hispana y el Estado no se ha dado cuenta de eso, o no se quiere dar por enterado. Ninguna banda del patio tiene contrato discográfico, todo el mundo hace las cosas porque le gusta y eso es muy genuino. Así podemos evitar que nos impongan ciertos y determinados patrones, si estamos amarrados a algún documento legal. Lo negativo del caso es que si no tienes dinero para grabar, te mueres”.

Por supuesto que un gran acontecimiento como el concierto de Rolling Stones en Cuba, no podía pasar percibido para el joven director de The Shepal, que dijo al respecto: “Que vengan todas esas bandas internacionales importantes va a poner a Cuba en el mapa rockero. Existe cierta insatisfacción en el gremio porque no se nos ha tenido en cuenta para interactuar con esas grandes bandas, pero ya estamos acostumbrados a que solo los escogidos por el gobierno, como X Alfonso y compañía, tengan esa posibilidad.

La música cubana tiene características que la hacen única. No tanto porque seamos más talentosos que nadie, sino que hemos estado mucho tiempo en aislamiento, eso ha hecho que nos cocinemos entre nosotros mismos. Existen otro tipo de reglas internas que no funcionan en ningún otro lugar del mundo. Las influencias no son las que tú escoges, sino las que puedes agarrar”. Y así finalizó Norberto Carvajal Laurentis, director The Shepal.

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