Una noche de Desahogo rapero en Colón (Final)
18 de abril de 2016
El concierto Desahogo del MC El Radikal, en el Piano Bar "La Roca" de la localidad matancera de Colón, también reservó un momento muy emotivo y exponente de las características humanas del artista, quien quiso rendir un homenaje especial al rapero integrante de la agrupación La AKDmia, que todos en Colón conocen como Julingo, pero que responde al nombre de Julio Junco Aispurúa.
Julingo es casi una leyenda entre los raperos y es casi imposible que la mayoría de ellos no tengan una anécdota relacionada con él, o que en algún momento no hayan visitado su minúscula habitación en uno de los barrios colonenses o colombinos (como les gusta llamarse a los nativos del lugar), en busca de ayuda para montar un tema, obtener un background, escuchar música, o simplemente compartir una buena conversación, algún que otro trago de ron y disfrutar de sus ocurrencias. Él prefirió dejar a un lado ciertas comodidades y dedicó la mayor parte de su espacio vital a construir un modesto estudio de grabaciones, que sin grandes pretensiones mantuvo vivas las esencias del hip hop en Colón, en los tiempos en que el rap amenazaba con desaparecer. Allí nunca se apagaron los sueños y Julingo fue artista, amigo, consejero y hasta organizador de improvisados conciertos con solo la asistencia de algunos artistas y su familia como espectadores. Hasta el día de hoy, cuando los raperos no tienen opciones para sus encuentros, el mejor lugar sigue siendo el cuartico de Julingo.
Entre aplausos y vítores, Julingo subió al escenario con una bandera cubana sobre los hombros y recibió del pintor y grafitero Rey Marlon Galárraga, también integrante de La AKDmia, un cuadro de su autoría. Visiblemente emocionado Julio dijo: “en realidad no me lo esperaba, pensé que era una broma de El Radikal. Es gratificante que la gente piense en ti, que te consideren por entregarme al rap y a los raperos. Eso me da fuerzas y me estimula para continuar defendiendo al hip hop cubano donde quiera que esté y con todos los medios a mi alcance”.
Pero la noche con muchas sorpresas, porque para la recta final del concierto Desahogo, se reservó las actuaciones de Mano Armada, Los Legendarios (una nueva agrupación surgida en el poblado matancero de Perico y de la que hablaremos próximamente en esta página), MC El Elokuente y MC Anderson, quienes constituyeron un cierre de lujo para una noche de verdadero, puro y genuino rap cubano.
Cada una de las actuaciones demostró profesionalidad y madurez artística, valentía, sentido de pertenencia y sobre todo, capacidad para enfrentar retos, vencer y salir adelante. La gente dentro y fuera del local alzaba sus puños y disfrutaba de esa inusual y necesariamente repetible oportunidad, que tuvo también el acierto de unir en un solo espectáculo a raperos de varias generaciones, unos activos y otros no, pero que entre todos aportan su granito de arena para permitir llamar a Colón como la Ciudad del Rap.
Sin poder hablar de todos a la vez, pero brindándoles espacio a sus experiencias, coincidimos con los organizadores que el mejor final para esta reseña sería dedicar un lugar a esos que por mucho tiempo fueron el corazón del hip hop en Colón y que ahora se acercan a las nuevas generaciones con bríos renovados y muchos deseos de ayudar y apoyar.
DJ Antivirus: “Apoyo el trabajo de los MC locales como productor y no me pierdo ninguna de las presentaciones que hacen, en ocasiones me encargo de las consolas de audio y trato de brindarles toda mi experiencia”.
MC Jowar: “Antes todo era color de rosa, muchas personas seguían el hip hop y lugares sobraban para realizar las peñas. Después, las instituciones culturales nos fueron cerrando las puertas y le prohibían a los raperos unirse para organizar conciertos. Fue como una cacería de brujas y al final los cazadores nos superaron. Pero ahora hemos renacido como el Ave Fénix, el rap vuelve a ocupar el lugar que se merece y los nuevos rappers son mucho mejores que nosotros”.
MC Derys Oña: “Es de vital importancia tener un local para desarrollar los encuentros habituales, pero también depende el esfuerzo de los amantes del género. Considero que debemos hacer más por la unidad del movimiento y trabajar sólidamente igual que antes, que con pocos recursos se hacían grandes actividades”.
Hansel Armenteros: “El hip hop no ha decaído, solo ha pasado a otro ámbito por la imposición de nuevos géneros que atraen más a la juventud, pero si se retoma el movimiento y se cultiva en las nuevas generaciones, perdurará. Un ejemplo de esto es Richard Zamora Brito, El Radikal, que por su corta edad no vivió la época de esplendor de esta música, pero le gusta y asegura que es su aire, su luz, su forma de vivir”.
Avanzada la madrugada terminó el Desahogo, pero la efervescencia rapera se trasladó entonces a las calles, donde la gente se saludaba, intercambiaba criterios, descargaba en las esquinas y en los pocos establecimientos que todavía brindaban servicios a esa hora. El sentir general era hacer más para que se multiplicaran esas oportunidades, colaborar, luchar y trabajar para mantener los latidos del movimiento, para sentir que la respiración se hace más fuerte con cada presentación y festival, para que no muera esa cultura que hizo de Colón la capital del rap cubano y que hoy intenta recuperar el título.
Allí entre ellos y con las mismas intenciones estaba también PMU, que recibió de manos del MC Flow Maestro estos versos que vienen como anillo al dedo para cerrar la crónica del Desahogo:
“Vamos… hora de salir a darlo todo en la tarima/ Hora de ponerla buena aquí como en una esquina/ Hora de que ensayen que la cosa esta dura/ Hora que comiencen MC a tomar altura/ Hora que se apoye un poco más el movimiento/ Hora que se sumen y no pierdan tanto tiempo (…)”.
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18 de abril de 2016
El concierto Desahogo del MC El Radikal, en el Piano Bar "La Roca" de la localidad matancera de Colón, también reservó un momento muy emotivo y exponente de las características humanas del artista, quien quiso rendir un homenaje especial al rapero integrante de la agrupación La AKDmia, que todos en Colón conocen como Julingo, pero que responde al nombre de Julio Junco Aispurúa.
Julingo es casi una leyenda entre los raperos y es casi imposible que la mayoría de ellos no tengan una anécdota relacionada con él, o que en algún momento no hayan visitado su minúscula habitación en uno de los barrios colonenses o colombinos (como les gusta llamarse a los nativos del lugar), en busca de ayuda para montar un tema, obtener un background, escuchar música, o simplemente compartir una buena conversación, algún que otro trago de ron y disfrutar de sus ocurrencias. Él prefirió dejar a un lado ciertas comodidades y dedicó la mayor parte de su espacio vital a construir un modesto estudio de grabaciones, que sin grandes pretensiones mantuvo vivas las esencias del hip hop en Colón, en los tiempos en que el rap amenazaba con desaparecer. Allí nunca se apagaron los sueños y Julingo fue artista, amigo, consejero y hasta organizador de improvisados conciertos con solo la asistencia de algunos artistas y su familia como espectadores. Hasta el día de hoy, cuando los raperos no tienen opciones para sus encuentros, el mejor lugar sigue siendo el cuartico de Julingo.
Entre aplausos y vítores, Julingo subió al escenario con una bandera cubana sobre los hombros y recibió del pintor y grafitero Rey Marlon Galárraga, también integrante de La AKDmia, un cuadro de su autoría. Visiblemente emocionado Julio dijo: “en realidad no me lo esperaba, pensé que era una broma de El Radikal. Es gratificante que la gente piense en ti, que te consideren por entregarme al rap y a los raperos. Eso me da fuerzas y me estimula para continuar defendiendo al hip hop cubano donde quiera que esté y con todos los medios a mi alcance”.
Pero la noche con muchas sorpresas, porque para la recta final del concierto Desahogo, se reservó las actuaciones de Mano Armada, Los Legendarios (una nueva agrupación surgida en el poblado matancero de Perico y de la que hablaremos próximamente en esta página), MC El Elokuente y MC Anderson, quienes constituyeron un cierre de lujo para una noche de verdadero, puro y genuino rap cubano.
Cada una de las actuaciones demostró profesionalidad y madurez artística, valentía, sentido de pertenencia y sobre todo, capacidad para enfrentar retos, vencer y salir adelante. La gente dentro y fuera del local alzaba sus puños y disfrutaba de esa inusual y necesariamente repetible oportunidad, que tuvo también el acierto de unir en un solo espectáculo a raperos de varias generaciones, unos activos y otros no, pero que entre todos aportan su granito de arena para permitir llamar a Colón como la Ciudad del Rap.
Sin poder hablar de todos a la vez, pero brindándoles espacio a sus experiencias, coincidimos con los organizadores que el mejor final para esta reseña sería dedicar un lugar a esos que por mucho tiempo fueron el corazón del hip hop en Colón y que ahora se acercan a las nuevas generaciones con bríos renovados y muchos deseos de ayudar y apoyar.
DJ Antivirus: “Apoyo el trabajo de los MC locales como productor y no me pierdo ninguna de las presentaciones que hacen, en ocasiones me encargo de las consolas de audio y trato de brindarles toda mi experiencia”.
MC Jowar: “Antes todo era color de rosa, muchas personas seguían el hip hop y lugares sobraban para realizar las peñas. Después, las instituciones culturales nos fueron cerrando las puertas y le prohibían a los raperos unirse para organizar conciertos. Fue como una cacería de brujas y al final los cazadores nos superaron. Pero ahora hemos renacido como el Ave Fénix, el rap vuelve a ocupar el lugar que se merece y los nuevos rappers son mucho mejores que nosotros”.
MC Derys Oña: “Es de vital importancia tener un local para desarrollar los encuentros habituales, pero también depende el esfuerzo de los amantes del género. Considero que debemos hacer más por la unidad del movimiento y trabajar sólidamente igual que antes, que con pocos recursos se hacían grandes actividades”.
Hansel Armenteros: “El hip hop no ha decaído, solo ha pasado a otro ámbito por la imposición de nuevos géneros que atraen más a la juventud, pero si se retoma el movimiento y se cultiva en las nuevas generaciones, perdurará. Un ejemplo de esto es Richard Zamora Brito, El Radikal, que por su corta edad no vivió la época de esplendor de esta música, pero le gusta y asegura que es su aire, su luz, su forma de vivir”.
Avanzada la madrugada terminó el Desahogo, pero la efervescencia rapera se trasladó entonces a las calles, donde la gente se saludaba, intercambiaba criterios, descargaba en las esquinas y en los pocos establecimientos que todavía brindaban servicios a esa hora. El sentir general era hacer más para que se multiplicaran esas oportunidades, colaborar, luchar y trabajar para mantener los latidos del movimiento, para sentir que la respiración se hace más fuerte con cada presentación y festival, para que no muera esa cultura que hizo de Colón la capital del rap cubano y que hoy intenta recuperar el título.
Allí entre ellos y con las mismas intenciones estaba también PMU, que recibió de manos del MC Flow Maestro estos versos que vienen como anillo al dedo para cerrar la crónica del Desahogo:
“Vamos… hora de salir a darlo todo en la tarima/ Hora de ponerla buena aquí como en una esquina/ Hora de que ensayen que la cosa esta dura/ Hora que comiencen MC a tomar altura/ Hora que se apoye un poco más el movimiento/ Hora que se sumen y no pierdan tanto tiempo (…)”.
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