El productor orgánico… Proyecto Vida (Parte I)



El concepto de intelectual orgánico de Gramsci me inspiró este de productor orgánico. Bueno, digo inspiró, pero no hago más que trasladarlo. Supongo, antes haya leído esta frase que es de boga común entre teóricos marxistas, pero no por esto deja de ser cierta e interesante: “cada quien es a su modo un intelectual, un artista, un hombre de gusto, participa de un concepción del mundo, tiene una consciente línea moral”, (pero no todos los hombres tienen la función en la sociedad de intelectuales). La novedad de la idea de Gramsci apunta a la organicidad. ¿Qué es esta organicidad?

La organicidad del intelectual (productor) se mide por la mayor o menor conexión que mantiene con el grupo social al cual se refiere: ellos operan tanto en la sociedad civil- el conjunto de los organismos privados en los cuales se debaten y difunden las ideologías necesarias para la adquisición del consenso que aparentemente surge de las grandes masas de la población a las decisiones del grupo social dominante- que es la sociedad política o Estado-, y dan una estructura de categorías y pensamientos. No dejan así desamparados a quienes por la naturaleza de sus funciones no tienen el tiempo o la energía para el pensamiento o el cuestionamiento de su realidad. Estos intelectuales explican a través de herramientas más o menos tradicionales, lo que sucede con la masa y le dan una identidad, unos valores y por tanto, un conocimiento que le permite decidir y tener poder desde sus propias perspectivas.

Los intelectuales modernos no son simplemente escritores, sino directores y organizadores involucrados en la tarea práctica de construir la sociedad. Dichos intelectuales (productores) orgánicos no se limitan a describir la vida social de acuerdo a reglas científicas, sino más bien expresan, mediante el lenguaje de la cultura, las experiencias y el sentir que las masas no pueden articular (esto es dar un fin) por sí mismas. Estos ayudan pues, a hacer frente a los malestares de la modernidad: el individualismo (con la cultura del narcicismo y el subjetivismo), la tecnología (o razón instrumental llevada al extremo) y la burocracia (y el despotismo blando en forma de Estado paternalista). Que puedas reconocer cómo puedes ser tú mejor ser humano dentro de tu grupo social, es lo que te otorga organicidad y autenticidad, lo que viene a reconciliar la falta de participación a la que tu entorno te empuja, unas veces encerrándote en una “jaula de hierro” (para usar el término Weberiano) y otras en tu propia interioridad.

He encontrado a Yuliesy o Dibu el Menor como le llaman, aunque ya supera los 30 años. Noten cómo él ha creado una noción de talento y lo ha comprometido con la necesidad de ponerlo en acción al servicio de la cultura y la creación. Sencillamente, sabe descubrir lo que hay más allá de la superficie y ponerlo en función de un fin. Es un mediador nato, respetuoso de los valores de su entorno, los conoce y los moldea para entregar un producto más elaborado. No se detiene en la superficie que aparenta la contradicción, profundiza y encuentra la organicidad de cada eslabón. Es un creador de alianza y potenciador de grupos humanos. Comulga entre descubrir una realidad y producir un ideal. No hay quien le detenga, salta de una manifestación a otra con tranquilidad y hace una suerte de mosaico artístico vivo. Lea lo que me contó y espero que sirva de enseñanza.

Dibu el Menor: Empecé a hacer cosas bien locas. Me gustaba siempre estar experimentando, entonces me metí a un trío de jazz aquí muy reconocido, Eslancio, que ahora mismo estoy dirigiendo. Los músicos eran todos guajiros*, Ricardo que estaba en La Habana estudiando y regresó a Pinar del Río; Yoan que era chapista y comenzó a tocar el bajo porque le gustó; y yo que en aquel tiempo era negociante. Estudiábamos mucho, nos documentábamos y llegamos a un nivel que incluso, tocamos con Joaquín Betancourt (director de la orquesta que agrupa a muchos jóvenes y talentosos jazzistas), otros grupos nos audicionaron; Yoan se presentó en el JoJazz (Concurso de Jóvenes Jazzistas) en composición y cogió el primer premio. Me presenté en PerCuba y cogí una mención porque no tenía la edad para concursar.

Quería empezar a tocar música cubana y pasé por muchos grupos. Hago suplencia en cualquier grupo, aunque tenga que estar semanas y semanas estudiando. Participé en La Huella de España, pero este fue un trabajo a bomba porque no cobramos nada. Ahora hacemos un Toque de Río novedoso, con raperos (Los Muchachitos), y con DJ y desfile de modas. Empezamos a hacer peña en el MAPRI, en el museo de arte de Pinar del Río. Era yo con el drums y una mezcla en vivo y una pasarela. El espacio se llenó increíblemente. Me metí en la historia de hacer música electrónica.

También hice animados. En Pinar nunca habíamos hecho animados y nosotros hicimos un animado, yo hice la música y la animación y los sonidos en muy malas condiciones, pero como era el primer trabajo como este, nos dio premios y una gran cobertura para hacer otras cosas. Empecé a hacer música para la televisión.

También me gusta la composición, la trova. Hago poesía y a veces peñas de spoken word con poetas. En un momento me dije que no era poeta y me justificaba con la música, le ponía música y me hacía los arreglos, me la producía yo mismo y le decía a alguien cántala, y así paso con Toques de Río y tengo algunas canciones que me inscribí en la ALDAN, por el problema de la propiedad intelectual. Hay dos o tres personas que se han interesado. Pero esto son los primeros pasos. Primero, siempre las registro antes de negociarlas de alguna manera.

Quiero hacer un nuevo estilo que le llamo electro alternativo: yo con el drums, una guitarra y un bajo, y un DJ mezclando al mismo tiempo. No hay mucha cultura de música electrónica en Pinar del Río y quiero que eso cambie”.

Del Proyecto Vida no nos contó todavía. Un espacio para experimentar (así como la vida misma, creo), es como lo define.

Leer la segunda parte de la serie

*Guajiro: Término popular cubano para nombrar a una persona que vive en zonas poco urbanizadas o rurales.

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