Y se hizo la luz entre Versos de carne y hueso



Luego de muchísimas vicisitudes vividas ya contadas a los lectores de PMU, K-tarsis, agrupación villaclareña de hip hop integrada por los raperos Chico Pro y Yoan López Salar, ofreció un excelente concierto el pasado 8 de abril en el patio de la AHS en la ciudad de Santa Clara. ¿El móvil del concierto?, el lanzamiento de su más reciente producción musical, el CD Versos de carne y hueso.

Entrando en materia, el concierto comenzó poco más de las nueve con treinta minutos de la noche, pues los típicos ajustes técnicos referentes al audio y las luces imposibilitaron que el evento comenzara a las nueve en punto, hora pactada y divulgada a través de los flyer, SMS, email, redes sociales y otras vías de promoción. No obstante, la atención y el disfrute del público fue prioridad durante la noche, pues desde mucho antes de las nueve comenzó la proyección de videos clips y otros audiovisuales, donde los espectadores podían visualizar a reconocidos artistas del movimiento hip hopero cubano y extranjero.

La apertura del evento estuvo a cargo del proyecto K’Bolá, que desde Cienfuegos llegó a esta urbe por medios propios para colorear el espectáculo. Sin embargo, la responsabilidad de K’Bolá no solo se redujo a las palabras de bienvenida y agradecimiento a los presentes, sino que los integrantes del proyecto graffitero plasmaron su arte in situ, en unas rústicas cartulinas adheridas con precinta en las paredes del lugar.

Micrófonos, luces, cámaras, acción y comenzó el show. Subió primero al escenario Tito Corona, quien con su rima inteligente, filosa y a la vez cuidadosa, exenta de términos insustanciales, interpretó dos temas de también su más reciente producción discográfica de la que hablaremos más adelante en PMU. Así treparon también a escena Basta Flow, joven rapero procedente de Artemisa y el grupo pinareño de hip hop La Invasión, quienes recorrieron media Cuba para acompañar a K-tarsis en este periplo.

Lógicamente, ya era hora de que se personificaran ante los micrófonos los chicos de K-tarsis, hacia quienes se desvió toda la atención a partir de entonces. La iluminación estuvo a su favor. Graffitis a un lado, obturadores de cámaras fotográficas a otro, filmaciones y puños arriba dieron la bienvenida a los anfitriones de la noche.

Versos de carne y hueso se compone de 13 temas. Entre ellos se destacan por su lírica, “Lo mío primero”, “Secuelas del caos”, “Los Olvidados”, “Mala suerte”, “Esto no se para”, “Malas noticias”, “Había una vez”, en el que deseo detenerme por el efecto que causó su interpretación en el auditórium.

La historia de vida de los dos MCing de K-tarsis, escrita cuidadosamente y en orden cronológico, logró estrechar lazos entre artistas y seguidores. Música que salió estremecedora desde sus gargantas para invitar a la aventura, a vencer lo cotidiano, amar lo diáfano e hizo un llamado a la lucha por alcanzar nuestras metas y aspiraciones, amén de las peripecias que nos depare el destino. Sencillo, extremadamente emotivo, melodía que avivó a muchos y arrancó lágrimas de los ojos de otros. Tema que provocó el clímax del concierto y aplausos sostenidos por más de un minuto.

Luego, aparecieron de entre la gente los invitados de lujo de la noche, Mano Armada. Esta vez la humildad y sencillez de Papá Humbertico y El Discípulo impresionaron a los espectadores, los que desde hacía varios años no disfrutaban de la presencia de Mano Armada en Santa Clara. Dicha agrupación no ha roto en lo más mínimo sus cánones creativos. Todo lo contrario, el reconocimiento y la fama obtenidos dentro y fuera de Cuba han fomentado en ellos aún más la sensibilidad ante aquellos que aman y realizan con su quehacer el hip hop cubano.

Posteriormente dijo presente El Elokuente, quien desde La Habana trajo su mochila llena de poesía rapeada con la intención de enamorar a los que le escucharon. Luego se adueñaría nuevamente de la atmósfera K-tarsis, pero en esta oportunidad para emplazar públicamente a la compañera Martha Meneses, funcionaria de la Dirección Provincial de Cultura en Villa Clara y encargada de emitir autorizaciones para el empleo de escenarios cerrados o públicos a cualquier artista, profesional o no que lo solicite, y a quien K-tarsis debe agradecerle todo el sobresalto vivido durante los preparativos del evento. Fuertes y justificadas palabras pronunció Chico Pro dirigidas por supuesto a la señora Martha y su ignorancia artística, la que sin temor catalogó de oposición y oportunismo barato ante un movimiento que se impone por sí sólo.

“Esto no se para”, tema que puso a todos de pie y con los puños arriba, tarareó el público a la vez que K-tarsis la entonó con total afinación. Otras tres canciones y cerraría el concierto. El “Outro” y su letra dejaron a todos con ganas de más.

Como es inherente a muchos espectáculos en vivo, este no se privó de fallas técnicas y baches de sonido. Sin embargo, la grandeza de los invitados, el movimiento de brochas y pinceles, la mezcolanza de seguidores del rock, la trova, el reggae, el rap y otros géneros correspondientes a la tendencia underground, se juntaron para convertir el concierto en un instante a atesorar por los presentes, durante años, dentro de su patrimonio personal.

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