El productor orgánico… Proyecto Vida (Parte II)
9 de mayo de 2016
El Proyecto Vida, que es el espacio donde descubrí cómo Yuliesy, se desdobla cada segundo miércoles del mes en la Casa del Joven Creador de Pinar del Río. Como él mismo lo define: “Este es un espacio para experimentar y hacer lo novedoso…”.
Dibu, el Menor, mira al creador, al productor, a la abundancia (bienestar), a la existencia. Bien sabe que con lo que hay, mucho se puede hacer y que ya habrá tiempo de detenerse cuando no haya vida. Es un constructor, organizador, persuasor. Sus niveles de organicidad desafían a cualquier traba o mal funcionamiento, su talento está al servicio del crecimiento y la innovación.
Dibu, el Menor: “Empecé a tomar lo del Proyecto Vida en serio en enero de 2015 y no tengo casi nada grabado. Es muy complicado hacer un proyecto con músicos en Pinar del Río, porque siempre se van o trabajan en otras provincias. Entonces, es mejor trabajar con DJ y se me ocurrió hacer un proyecto audiovisual, y es entonces que surge Vida, que anteriormente se llamaba Anj (el jeroglífico egipcio que significa vida y es un símbolo muy utilizado en la iconografía de esta cultura y según la transliteración se puede escribir ankh, Anch, Ânkh y se pronuncia anx). La cultura en Pinar del Río ha empobrecido un poco y la gente me decía: ¡qué bueno que estás tratando de darle ‘vida’ a esto!, y tuvo que ver, porque es una palabra muy abarcadora. No se trata de hacer un grupo musical ni un proyecto, sino que cada vez que se presente la gente diga: ¿y ahora qué es lo que vas a hacer? Es como dar novedades, novedades, novedades.
Cuando yo tocaba jazz chocaba con muchos músicos y había que improvisar al momento, que tocar lo que sentías. Nunca era igual, pero tocando con otros grupos había que aprender su repertorio, 10 canciones de memoria, y siempre tocas lo mismo y es lo que pasa con muchas agrupaciones, que es los mismos breaks, los mismos acordes y llega el momento que ya no sientes lo que tocas. Lo que me gusta del arte es que cuando alguien está tocando, toque con todo, y me gustan las muecas, el rostro, si levanta un pie, esas cosas. Mirando lo disfrutas, es como si fuera un producto audiovisual. Cuando tú tocas por dinero es difícil, pero cuando tocas por placer es diferente.
A veces estaba en 6 grupos a la vez porque aquí hay muy poco trabajo, y era muy gracioso observar cómo cada grupo se consideraba muy superior al otro. Yo tocaba con todos y con algunos era por dinero y con otros era porque lo disfrutaba. Mi trabajo esencial era aprender aquí y aprender allá. Los valores aquí son muy rígidos, la gente no comprende que puedas hacer muchas cosas a la vez.
Tengo otro proyecto más comercial con DJ que no surgió así, pero de pronto se empezó a coger para discoteca (nombre que se usa para una pista de baile con playback). Lo que pasa es que el movimiento de música electrónica es muy pobre y los DJ no producen (música). Los DJ ponen la música, pero incluso, a la hora de la mezcla había problemas con los tiempos. El DJ es una persona que está mezclando, pero tienes que estudiar. Aquí no está llegando la cultura de la música electrónica. Mi DJ es muy expresivo, él pone y lo que pone lo baila y hace que la gente lo goce también, incluso, a veces hace trabajos de DJ y VJ al mismo tiempo y lo hace muy bien.
Este local donde está el Proyecto Vida tiene una mala arquitectura, mal diseño y la gente prefiere quedar afuera y mirar el espectáculo, pero cuando él comienza a mezclar, después que se acabaron las presentaciones, la gente entra y baila. Lo que pasa es que él mezcla música de bailadores de piso, de reggae, no muy comunes, pero la gente lo disfruta. Yo no logro hacer eso, conmigo la gente se pasma. Cristian logra el interés, incluso sin mucho software, no tiene ni controlador, solo con una laptop. Eso, creo que es un talento especial, aunque nadie le tome en cuenta, él logra atrapar a la gente. Yo que estoy detrás de esa historia de buscar talentos, lo reconocí enseguida, aunque no tenga un reconocimiento de la AHS, ni de ninguna asociación profesional.
Mi objetivo es unir talentos. Álvaro, el Mayoral, es el rapero, aunque normalmente hace reggaetón, pero me impresionó con una improvisación, un freestyle. Lo que me impacta es su energía, cuando él sube al escenario no sé de dónde la saca. El proyecto lo componen además: Osmín, mi pequeño hermano de calle, es como yo, el tipo está siempre buscando y buscando. Es una persona que siempre escucho. Dariel es un muchacho que viene de un grupo de teatro y es el animador. Michel GMG es quien trabaja con los audiovisuales. Nunca se había hecho trabajo de VJ y lo hicimos. A él le falta un brazo, tiene buenas cámaras y una visualidad diferente. Tú ves una pared y él ve arte. Yeni, que se graduó de instructores de arte, también me ayuda. Hay muchos que trabajan en el proyecto y ahora no menciono.
Este es un trabajo raro, pero a mí me gusta lo raro. Empecé con Anchk, la peña con raperos, pintores, modelos. El Proyecto Vida es experimentar, es la historia de hacer cosas novedosas y crear siempre.
Quiero poner al DJ a interactuar con instrumentistas y si se puede levantar el movimiento, que ellos puedan poner sus puntos de vista, que presenten sus producciones. Hacemos el Valle Electro que es un festival en la playa. He tenido proyectos de colaboración en el que pensamos donar el dinero a una escuela con niños sin amparo filial, pero no tenemos apoyo. La idea es hacer un festival de música electrónica acá y levantar el movimiento, quiero llamarle Electro Alternativo y fusionar con música alternativa.
Uno siempre está buscando qué no se ha hecho aquí para hacer. Mucha gente me dice: Tú estás medio quemao, porque siempre estoy pensando en algo que hacer. A veces trabajo por dinero, pero pensando en qué hacer por placer. De donde vengo, mi pueblo, es de negociantes y tienen mucho dinero, pero yo, o hago arte o me siento vacío. La próxima peña se me ocurrió hacer algo con pintores, no sé qué voy a hacer, pero quiero hacer algo…
Ahora fusiono jazz con rap y eso es algo que aquí era impensable. Unir escenas, siempre necesitamos en estos pueblos pequeños.
Mi madre está solita y no puedo dejarla, por eso no me voy para La Habana. Además, no cambio la tranquilidad por más (y no siempre mejor) trabajo. No me interesa el lugar, pero me interesa lo que estoy haciendo y la tranquilidad. Da igual si es La Habana, Varadero u otro lugar, lo importante es que me guste lo que esté haciendo, tenga tiempo libre y pueda ayudar a mi mamá…y experimentar, por ejemplo, no sabía que me gustaba la pintura, pero ahora lo descubrí… y quiero hacer algo con eso.
Pasa una cosa conmigo, los bateristas están detrás en el escenario y yo quiero conocer personas, por eso siempre salgo y pregunto aquí y allá. En cuanto al Proyecto Vida, lo que importa es que se mantenga y que la gente venga”.
Con tanta energía, solo se puede quedar uno sin comentarios y aprender. ¿Tiene usted esta organicidad? ¿Se integra y crea?
Leer la primera parte de la serie
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9 de mayo de 2016
El Proyecto Vida, que es el espacio donde descubrí cómo Yuliesy, se desdobla cada segundo miércoles del mes en la Casa del Joven Creador de Pinar del Río. Como él mismo lo define: “Este es un espacio para experimentar y hacer lo novedoso…”.
Dibu, el Menor, mira al creador, al productor, a la abundancia (bienestar), a la existencia. Bien sabe que con lo que hay, mucho se puede hacer y que ya habrá tiempo de detenerse cuando no haya vida. Es un constructor, organizador, persuasor. Sus niveles de organicidad desafían a cualquier traba o mal funcionamiento, su talento está al servicio del crecimiento y la innovación.
Dibu, el Menor: “Empecé a tomar lo del Proyecto Vida en serio en enero de 2015 y no tengo casi nada grabado. Es muy complicado hacer un proyecto con músicos en Pinar del Río, porque siempre se van o trabajan en otras provincias. Entonces, es mejor trabajar con DJ y se me ocurrió hacer un proyecto audiovisual, y es entonces que surge Vida, que anteriormente se llamaba Anj (el jeroglífico egipcio que significa vida y es un símbolo muy utilizado en la iconografía de esta cultura y según la transliteración se puede escribir ankh, Anch, Ânkh y se pronuncia anx). La cultura en Pinar del Río ha empobrecido un poco y la gente me decía: ¡qué bueno que estás tratando de darle ‘vida’ a esto!, y tuvo que ver, porque es una palabra muy abarcadora. No se trata de hacer un grupo musical ni un proyecto, sino que cada vez que se presente la gente diga: ¿y ahora qué es lo que vas a hacer? Es como dar novedades, novedades, novedades.
Cuando yo tocaba jazz chocaba con muchos músicos y había que improvisar al momento, que tocar lo que sentías. Nunca era igual, pero tocando con otros grupos había que aprender su repertorio, 10 canciones de memoria, y siempre tocas lo mismo y es lo que pasa con muchas agrupaciones, que es los mismos breaks, los mismos acordes y llega el momento que ya no sientes lo que tocas. Lo que me gusta del arte es que cuando alguien está tocando, toque con todo, y me gustan las muecas, el rostro, si levanta un pie, esas cosas. Mirando lo disfrutas, es como si fuera un producto audiovisual. Cuando tú tocas por dinero es difícil, pero cuando tocas por placer es diferente.
A veces estaba en 6 grupos a la vez porque aquí hay muy poco trabajo, y era muy gracioso observar cómo cada grupo se consideraba muy superior al otro. Yo tocaba con todos y con algunos era por dinero y con otros era porque lo disfrutaba. Mi trabajo esencial era aprender aquí y aprender allá. Los valores aquí son muy rígidos, la gente no comprende que puedas hacer muchas cosas a la vez.
Tengo otro proyecto más comercial con DJ que no surgió así, pero de pronto se empezó a coger para discoteca (nombre que se usa para una pista de baile con playback). Lo que pasa es que el movimiento de música electrónica es muy pobre y los DJ no producen (música). Los DJ ponen la música, pero incluso, a la hora de la mezcla había problemas con los tiempos. El DJ es una persona que está mezclando, pero tienes que estudiar. Aquí no está llegando la cultura de la música electrónica. Mi DJ es muy expresivo, él pone y lo que pone lo baila y hace que la gente lo goce también, incluso, a veces hace trabajos de DJ y VJ al mismo tiempo y lo hace muy bien.
Este local donde está el Proyecto Vida tiene una mala arquitectura, mal diseño y la gente prefiere quedar afuera y mirar el espectáculo, pero cuando él comienza a mezclar, después que se acabaron las presentaciones, la gente entra y baila. Lo que pasa es que él mezcla música de bailadores de piso, de reggae, no muy comunes, pero la gente lo disfruta. Yo no logro hacer eso, conmigo la gente se pasma. Cristian logra el interés, incluso sin mucho software, no tiene ni controlador, solo con una laptop. Eso, creo que es un talento especial, aunque nadie le tome en cuenta, él logra atrapar a la gente. Yo que estoy detrás de esa historia de buscar talentos, lo reconocí enseguida, aunque no tenga un reconocimiento de la AHS, ni de ninguna asociación profesional.
Mi objetivo es unir talentos. Álvaro, el Mayoral, es el rapero, aunque normalmente hace reggaetón, pero me impresionó con una improvisación, un freestyle. Lo que me impacta es su energía, cuando él sube al escenario no sé de dónde la saca. El proyecto lo componen además: Osmín, mi pequeño hermano de calle, es como yo, el tipo está siempre buscando y buscando. Es una persona que siempre escucho. Dariel es un muchacho que viene de un grupo de teatro y es el animador. Michel GMG es quien trabaja con los audiovisuales. Nunca se había hecho trabajo de VJ y lo hicimos. A él le falta un brazo, tiene buenas cámaras y una visualidad diferente. Tú ves una pared y él ve arte. Yeni, que se graduó de instructores de arte, también me ayuda. Hay muchos que trabajan en el proyecto y ahora no menciono.
Este es un trabajo raro, pero a mí me gusta lo raro. Empecé con Anchk, la peña con raperos, pintores, modelos. El Proyecto Vida es experimentar, es la historia de hacer cosas novedosas y crear siempre.
Quiero poner al DJ a interactuar con instrumentistas y si se puede levantar el movimiento, que ellos puedan poner sus puntos de vista, que presenten sus producciones. Hacemos el Valle Electro que es un festival en la playa. He tenido proyectos de colaboración en el que pensamos donar el dinero a una escuela con niños sin amparo filial, pero no tenemos apoyo. La idea es hacer un festival de música electrónica acá y levantar el movimiento, quiero llamarle Electro Alternativo y fusionar con música alternativa.
Uno siempre está buscando qué no se ha hecho aquí para hacer. Mucha gente me dice: Tú estás medio quemao, porque siempre estoy pensando en algo que hacer. A veces trabajo por dinero, pero pensando en qué hacer por placer. De donde vengo, mi pueblo, es de negociantes y tienen mucho dinero, pero yo, o hago arte o me siento vacío. La próxima peña se me ocurrió hacer algo con pintores, no sé qué voy a hacer, pero quiero hacer algo…
Ahora fusiono jazz con rap y eso es algo que aquí era impensable. Unir escenas, siempre necesitamos en estos pueblos pequeños.
Mi madre está solita y no puedo dejarla, por eso no me voy para La Habana. Además, no cambio la tranquilidad por más (y no siempre mejor) trabajo. No me interesa el lugar, pero me interesa lo que estoy haciendo y la tranquilidad. Da igual si es La Habana, Varadero u otro lugar, lo importante es que me guste lo que esté haciendo, tenga tiempo libre y pueda ayudar a mi mamá…y experimentar, por ejemplo, no sabía que me gustaba la pintura, pero ahora lo descubrí… y quiero hacer algo con eso.
Pasa una cosa conmigo, los bateristas están detrás en el escenario y yo quiero conocer personas, por eso siempre salgo y pregunto aquí y allá. En cuanto al Proyecto Vida, lo que importa es que se mantenga y que la gente venga”.
Con tanta energía, solo se puede quedar uno sin comentarios y aprender. ¿Tiene usted esta organicidad? ¿Se integra y crea?
Leer la primera parte de la serie
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