¿Un Elokuente poeta o rapero?
6 de junio de 2016
La elocuencia o facilidad para expresarse y relacionarse en cualquier medio social no es característica inherente a todos. El don de la palabra, ya sea hablada o escrita, no siempre acompaña a quienes por una razón u otra necesitan emplearla. Por suerte para él, durante el preuniversitario la escucha de rap y la redacción de no pocas estrofas lograron un mayor desarrollo del léxico y así dio inicio a los intercambios culturales entre raperos. ¿Qué de quién hablo?, pues no puede ser de otro que de René Díaz Pérez o el Elokuente como le conocen todos dentro del acontecer underground cubano.
“Durante el preuniversitario comencé a escuchar rap. Soy escritor y poeta, y la idea de musicalizar cada prosa me motivaba mucho. Como buen narrador, describir en mis canciones todo aquello que envuelve mi rutina me ha llevado a ubicarme donde estoy hoy”. Durante la adolescencia de este artista independiente oriundo de Santa Cruz del Norte, escuchar el rap era mucho más normal y cotidiano que hoy en día. Quizá todo ello condicionó el vínculo entre la lectura, la escritura y la imaginación con el rap, una acción directamente proporcional a juicio del Elokuente.
“El contexto donde me he desenvuelto durante todos estos años no ha dejado espacio para la dicotomía entre el rap y la poesía. Aunque son en realidad dos vertientes totalmente diferentes, tratar de hacer un trabajo por separado arrojaría resultados para nada deseados o beneficiosos por cualquier rapero que se respete y ame verdaderamente lo que hace”. Aunque la poesía asume una cadencia, el rap apalea a otro compás, los temas a tratar ya sean dentro del hip hop como género musical o en las páginas de un libro, no son para nada diferentes en la contemporaneidad.
Al rapear, aquel que lo hace debe dominar la capacidad de sintetizar lo más posible la idea central del mensaje. Sin embargo, mientras se redacta para una publicación impresa el límite de espacio es mayor y por ende la creatividad puede en ocasiones cobrar menor espacio. Aunque el lenguaje poético históricamente ha sido rebuscado y el rap posee una locución más coloquial, querer deshacerse del lazo que les une es del todo imposible.
El rap político que hurgue en las temáticas sociales cubanas y de América Latina. El rap existencial que toque a fondo el yo interior, la muerte y sus consecuencias, la vida y sus trabas, ha sido bandera portada por este artista cuyo estirpe y personalidad no permiten ver con claridad cuál de las dos pasiones que atesora le definen más como ser humano.
“Oigo mucha música. Puedo oír de todo mientras no contamine mis oídos. Disfruto en demasía el jazz y gracias a él puedo mezclar muchas de mis producciones. Además, la música clásica es otra a la que le debo parte de mi formación y crecimiento musical. Igualmente consumo rock, trova, por supuesto mientras todo sea de buena factura, pero un background jazzeado, un sample de música clásica es lo que verdaderamente prefiero para las producciones musicales de los temas que compongo”.
Metabolizar cada criterio de sus seguidores y colegas. Disfrutar y que otros disfruten con su trabajo, ha incidido directamente en la toma de posesión que hoy ostenta el Elokuente dentro del movimiento hip hopero cubano. “Corregir las deficiencias detectadas en la discografía anterior me da la oportunidad de no tropezar nuevamente, sino de escalar cada peldaño con mayor seguridad, y claro, con más ventaja y certeza de que lo que hago va a emocionar a muchos y por qué no, también a incomodar a otros”.
Desde Artículo 53, una antigua agrupación a la que perteneció en el año 2004 y hasta la fecha con Real 70 Crew, el Elokuente ha participado en la realización de tres maquetas y ahora mismo no dedica su tiempo a otra cosa que a su trabajo en solitario, que al parecer estará listo dentro de dos meses aproximadamente. “A modo de adelanto debo decirles a los lectores de PMU que ahora mismo entre El Discípulo, Chico Pro y yo existe la idea de hacer algo juntos. ¿Un buen disco no estaría mal la verdad?, pero bueno, eso es todavía algo muy incipiente, pero tranquilos todos, que PMU contará con la primicia”.
Según refirió el Elokuente, el movimiento de rap cubano no atraviesa hoy por su mejor racha, pero tampoco se sucumbe en las tinieblas. Por eso la pregunta se hizo inevitable: ¿Crees tú que esta realidad a la que haces referencia pueda revertirse en los próximos años? “Creo sin ningún tipo de hipocresía que la existencia de PMU y la apertura de la Internet a los cubanos han permitido que nosotros mismos, los mismos raperos cubanos intercambiemos entre nosotros y entre la diáspora cubana que hoy nos sigue desde varios lugares del mundo. Por lo que apuesto por una reivindicación del hip hop cubano”.
La poca promoción, el desinterés individual y la censura estatal han dado al traste con las limitaciones raperas en este país donde se abren cafés literarios, deportivos, clubs gays, tertulias del té y hasta los más insospechados espacios para la recreación y el esparcimiento popular, y sin embargo, nadie piensa en dedicarle uno de estos espacios al rap, y ante todo ello pregunta PMU y muchos de sus lectores se cuestionan: ¿cuál o cuáles serían los perjuicios causados por esta razón? “Quizás por vivir en una isla caribeña donde los ritmos movidos tienen mayor cabida, el rap ocupa un espacio más ínfimo, pero no por ello nosotros vamos a amilanarnos”, dijo el Elokuente minutos antes de culminar su diálogo con PMU.
Hoy la apertura cubana al mundo de las nuevas tecnologías y las negociaciones con otras geografías puede que sea beneficioso para el hip hop, que más que nada ahora mismo necesita difusión en la red de redes y luego, en los medios de comunicación nacionales, sin el menor de los intereses de comercializar ninguna de las producciones independientes de estos artistas que defienden su arte ante cualquier contratiempo.
“Aspiraciones tenemos muchas para este verano en Santa Cruz del Norte. Queremos hacer un festival de rap con la ayuda de un antiguo amigo y colega de Artículo 53 y Son de la Eskua, otra agrupación en la que estuve. Él hoy vive en los Estados Unidos y desde allá está haciendo los preparativos para el evento independiente”. Cantar con raperos latinoamericanos y de otros sitios en el lugar que deseen, sin limitación o temor, se ubica entre las aspiraciones inmediatas de un verdadero poeta devenido rapero. “Hoy somos nosotros los portavoces de la sociedad cubana. Nuestro deber en esta época con la sociedad civil cubana es reproducir su sentir. Ser la voz de los que no tienen voz”.
Hablar con base o sencillamente ser elocuente es su premisa. Aunque no siempre su nombre artístico compagine con su persona, las letras de sus canciones nunca traicionan sus principios musicales y creativos, llegar a todos lo que le guste el rap sin tener en cuenta de dónde vienen o hacia dónde van. “Ser contundente e incisivo, a ello yo le llamo ser elocuente y un rapero no lo concibo de otro modo”.
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6 de junio de 2016
La elocuencia o facilidad para expresarse y relacionarse en cualquier medio social no es característica inherente a todos. El don de la palabra, ya sea hablada o escrita, no siempre acompaña a quienes por una razón u otra necesitan emplearla. Por suerte para él, durante el preuniversitario la escucha de rap y la redacción de no pocas estrofas lograron un mayor desarrollo del léxico y así dio inicio a los intercambios culturales entre raperos. ¿Qué de quién hablo?, pues no puede ser de otro que de René Díaz Pérez o el Elokuente como le conocen todos dentro del acontecer underground cubano.
“Durante el preuniversitario comencé a escuchar rap. Soy escritor y poeta, y la idea de musicalizar cada prosa me motivaba mucho. Como buen narrador, describir en mis canciones todo aquello que envuelve mi rutina me ha llevado a ubicarme donde estoy hoy”. Durante la adolescencia de este artista independiente oriundo de Santa Cruz del Norte, escuchar el rap era mucho más normal y cotidiano que hoy en día. Quizá todo ello condicionó el vínculo entre la lectura, la escritura y la imaginación con el rap, una acción directamente proporcional a juicio del Elokuente.
“El contexto donde me he desenvuelto durante todos estos años no ha dejado espacio para la dicotomía entre el rap y la poesía. Aunque son en realidad dos vertientes totalmente diferentes, tratar de hacer un trabajo por separado arrojaría resultados para nada deseados o beneficiosos por cualquier rapero que se respete y ame verdaderamente lo que hace”. Aunque la poesía asume una cadencia, el rap apalea a otro compás, los temas a tratar ya sean dentro del hip hop como género musical o en las páginas de un libro, no son para nada diferentes en la contemporaneidad.
Al rapear, aquel que lo hace debe dominar la capacidad de sintetizar lo más posible la idea central del mensaje. Sin embargo, mientras se redacta para una publicación impresa el límite de espacio es mayor y por ende la creatividad puede en ocasiones cobrar menor espacio. Aunque el lenguaje poético históricamente ha sido rebuscado y el rap posee una locución más coloquial, querer deshacerse del lazo que les une es del todo imposible.
El rap político que hurgue en las temáticas sociales cubanas y de América Latina. El rap existencial que toque a fondo el yo interior, la muerte y sus consecuencias, la vida y sus trabas, ha sido bandera portada por este artista cuyo estirpe y personalidad no permiten ver con claridad cuál de las dos pasiones que atesora le definen más como ser humano.
“Oigo mucha música. Puedo oír de todo mientras no contamine mis oídos. Disfruto en demasía el jazz y gracias a él puedo mezclar muchas de mis producciones. Además, la música clásica es otra a la que le debo parte de mi formación y crecimiento musical. Igualmente consumo rock, trova, por supuesto mientras todo sea de buena factura, pero un background jazzeado, un sample de música clásica es lo que verdaderamente prefiero para las producciones musicales de los temas que compongo”.
Metabolizar cada criterio de sus seguidores y colegas. Disfrutar y que otros disfruten con su trabajo, ha incidido directamente en la toma de posesión que hoy ostenta el Elokuente dentro del movimiento hip hopero cubano. “Corregir las deficiencias detectadas en la discografía anterior me da la oportunidad de no tropezar nuevamente, sino de escalar cada peldaño con mayor seguridad, y claro, con más ventaja y certeza de que lo que hago va a emocionar a muchos y por qué no, también a incomodar a otros”.
Desde Artículo 53, una antigua agrupación a la que perteneció en el año 2004 y hasta la fecha con Real 70 Crew, el Elokuente ha participado en la realización de tres maquetas y ahora mismo no dedica su tiempo a otra cosa que a su trabajo en solitario, que al parecer estará listo dentro de dos meses aproximadamente. “A modo de adelanto debo decirles a los lectores de PMU que ahora mismo entre El Discípulo, Chico Pro y yo existe la idea de hacer algo juntos. ¿Un buen disco no estaría mal la verdad?, pero bueno, eso es todavía algo muy incipiente, pero tranquilos todos, que PMU contará con la primicia”.
Según refirió el Elokuente, el movimiento de rap cubano no atraviesa hoy por su mejor racha, pero tampoco se sucumbe en las tinieblas. Por eso la pregunta se hizo inevitable: ¿Crees tú que esta realidad a la que haces referencia pueda revertirse en los próximos años? “Creo sin ningún tipo de hipocresía que la existencia de PMU y la apertura de la Internet a los cubanos han permitido que nosotros mismos, los mismos raperos cubanos intercambiemos entre nosotros y entre la diáspora cubana que hoy nos sigue desde varios lugares del mundo. Por lo que apuesto por una reivindicación del hip hop cubano”.
La poca promoción, el desinterés individual y la censura estatal han dado al traste con las limitaciones raperas en este país donde se abren cafés literarios, deportivos, clubs gays, tertulias del té y hasta los más insospechados espacios para la recreación y el esparcimiento popular, y sin embargo, nadie piensa en dedicarle uno de estos espacios al rap, y ante todo ello pregunta PMU y muchos de sus lectores se cuestionan: ¿cuál o cuáles serían los perjuicios causados por esta razón? “Quizás por vivir en una isla caribeña donde los ritmos movidos tienen mayor cabida, el rap ocupa un espacio más ínfimo, pero no por ello nosotros vamos a amilanarnos”, dijo el Elokuente minutos antes de culminar su diálogo con PMU.
Hoy la apertura cubana al mundo de las nuevas tecnologías y las negociaciones con otras geografías puede que sea beneficioso para el hip hop, que más que nada ahora mismo necesita difusión en la red de redes y luego, en los medios de comunicación nacionales, sin el menor de los intereses de comercializar ninguna de las producciones independientes de estos artistas que defienden su arte ante cualquier contratiempo.
“Aspiraciones tenemos muchas para este verano en Santa Cruz del Norte. Queremos hacer un festival de rap con la ayuda de un antiguo amigo y colega de Artículo 53 y Son de la Eskua, otra agrupación en la que estuve. Él hoy vive en los Estados Unidos y desde allá está haciendo los preparativos para el evento independiente”. Cantar con raperos latinoamericanos y de otros sitios en el lugar que deseen, sin limitación o temor, se ubica entre las aspiraciones inmediatas de un verdadero poeta devenido rapero. “Hoy somos nosotros los portavoces de la sociedad cubana. Nuestro deber en esta época con la sociedad civil cubana es reproducir su sentir. Ser la voz de los que no tienen voz”.
Hablar con base o sencillamente ser elocuente es su premisa. Aunque no siempre su nombre artístico compagine con su persona, las letras de sus canciones nunca traicionan sus principios musicales y creativos, llegar a todos lo que le guste el rap sin tener en cuenta de dónde vienen o hacia dónde van. “Ser contundente e incisivo, a ello yo le llamo ser elocuente y un rapero no lo concibo de otro modo”.
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