El Tanke: el arte de incomodar para hacerte pensar



Lo miras y difícilmente puedes permanecer indiferente a la estética provocadora y exótica del santaclareño Abdel Asís González. Desde su corpulencia que le valió el sobrenombre de El Tanke y que contrasta con un rostro de niño todavía a sus 26 años, hasta sus dreadlocks, sus tatuajes profusos que le cubren desde el cuello hasta las muñecas y el pecho, sus extensores en los lóbulos de las orejas, sus piercings en la cara… Todo en él invita a la transgresión, e incluso, al rechazo de algunas personas que todavía se asustan ante la profunda carga semiótica de las imágenes diferentes, fuera de la norma social.

El rapero sabe que es así y esto paradójicamente le complace, le gusta sentirse marginado, que lo pongan contra la pared y que lo juzguen, porque sabe que cuando abre la boca ya sea para cantar o para defender sus puntos de vista, todo el mundo se da cuenta de que ese Tanke ni está vacío ni suena hueco.

Rapea desde hace ocho años, cuando en el servicio militar conoció a Rafa, MC El Gatillo, otro de los hip hoppers de Santa Clara. Dice que entonces escuchaba mucho reggaetón y El Gatillo le daba “chucho”, mucho “cuero” por eso. Así que todo comenzó para él con una apuesta. “Le dije que en un año iba a ser mejor rapero que él, y me lo propuse. Empecé a escribir, todo fue al inicio un juego entre amigos, pero me encantó que la gente me prestara atención a lo que yo decía y me enamoré del rap porque me daba eso, y me cambió la vida totalmente”.

Por aquellos días, Abdel Asís era trabajador social y eso le dio muchos ángulos diferentes de la realidad cubana, le desnudó muchos problemas serios ante los cuales se sentía impotente por no poder brindar otra ayuda que no fuera llenar planillas de datos donde figuraran las múltiples necesidades que algún día las instituciones competentes solucionarían o no. La incapacidad de cambiar las cosas le hizo dejar ese trabajo, aunque le gustaba y mucho, pero entonces se dio cuenta de que podía escribir sobre eso para marcar la diferencia, y así lo hizo.

“Esos tres años como trabajador social me cambiaron mucho, choqué con cosas que estaban ahí y uno no las veía, o creía que no eran tan graves, y entonces tuve que escribirlo porque si no, explotaba. Estuve haciendo crónica social en los primeros tiempos, ya no, ahora lo que represento en mis textos son estados de ánimo. Si me siento triste, alegre, psicodélico, todo lo escribo, ya ni lloro, sí me río, pero no lloro. Si veo algo que no me gusta la escribo, toda mi vida es como un diario, la pongo en papel, y me encanta hacer eso, formar bulla, el ‘foco’, que la gente me vea en la calle y me diga que le gusta lo que hago”.

El Tanke está actualmente concluyendo su tercer demo de manera independiente y asegura que es el que más le gusta. Como en los inicios de muchos, se inclinó bastante hacia la canción política, de protesta social, pero ahora se interesa en tratar otros temas también necesarios en los tiempos que corren. “Me he dado cuenta de que vivimos en una sociedad donde estamos luchando contra muchas cosas, ha cambiado totalmente la psiquis y la forma de la gente a enfrentarse a la vida. La gente se está actualizando, está cambiando el ángulo visual, ya no estamos en el tiempo de la nueva trova, también quiere bailar, fusiones, y aunque me costó mucho entender eso, me adapté y ahora ando por esa cuerda. Estoy trabajando con ritmos muy modernos, fusiones, diferentes estilos, un poco de rock, de trova, tratando de vender el producto al joven de hoy, el mismo mensaje, pero con otros ritmos”.

Al arte de incomodar con sus letras, El Tanke le suma la provocación con su imagen. “Soy egocéntrico, me gusta desmarcarme del resto, llamar la atención, porque creo que cada ser humano es único, de psiquis inverosímil, todos tenemos una forma de pensar totalmente diferente. Yo vivo el hip hop, escribo y la gente me hace caso, pero esta imagen es porque ya el mensaje no me alcanza y quiero llegar también con la estética, esto es ‘foco’, porque me interesa romper tabúes. Vivimos en un país supuestamente el más culto del mundo, así decía una consigna de hace tiempo, y sin embargo, hay muchas cosas que no aceptamos, como por ejemplo la cultura del tatuaje”.

Los suyos parecen enrevesados por lo profuso de sus diseños, hechos por él mismo, pero refieren un concepto muy claro: Abdel Asís ama todo lo que le ha dado la vida. Así reza la tinta en el centro de su pecho: “Amo lo que tengo”, frase que une a su familia, en su brazo derecho, con su música, en el lado izquierdo. “Son conceptos importantes para mí y quiero que perduren para toda la vida. Siento mi cuerpo como un mural, más que un grafiti, y así llevo en mí las cuatro dimensiones del hip hop”.

El Tanke no se amilana ante aquellos que voltean a verlo por encima del hombro, o a los que les molesta su poesía incómoda. Ya por casi una década forma parte de ese proyecto cultural maravilloso que es El Mejunje de Ramón Silverio en Santa Clara, donde todas las singularidades de este mundo tienen su casa, y donde Abdel Asís hizo crecer su rap de la mano también de los trovadores de la Trovuntivitis.

“En mi caso a mí me gusta el rechazo, que me pongan contra la pared y bajo presión para yo tener entonces de qué escribir. Siempre me gusta estar chocando con todo. Si me miras mal me encanta, porque me estás obligando a llegar y explicarte por qué hago lo que hago. Yo soy una persona libre, aunque todavía me sienta marginado, no quiero ser una persona autómata, en la rutina”.

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Comentarios   Dejar un comentario
Abdel Asis
13 de junio, 2016 1:57 pm (GMT-5:00)
gracias por estas bellas palabras creo en ellas están resumidas casi todo
lo q soy o lo q deseo ser espero q les guste a todos los q la lean si quieren bajar mi music esta en youtube/rckbtv/abdelasis. LONGLIFETOHIPHOP