Undergraff



Graffiti: nombre que se le da a las inscripciones o pinturas que se dejan plasmadas principalmente sobre propiedades públicas, generalmente sin permiso del dueño del objeto o inmueble. El graffiti incluye lo que también muchos llaman pintadas y forma parte de los cuatro elementos básicos de la cultura hip hop. En la actualidad, aunque los defensores del arte moderno han encontrado una manera de comercializar la obra de los más celebres artistas del graffiti, sigue siendo un tema tabú por la mayoría al considerarlo vandalismo.

Muchos estudiosos afirman que el graffiti y la cultura hip hop están muy ligados, ya que compartieron un espacio fundacional común, el Bronx en New York. Junto a la voz de un MC, la música tocada por un DJ, que a su vez era bailada por un break dancer, los grafiteros complementaban recreando una imagen o elemento visual de la compleja cultura del hip hop, convirtiéndose en una poderosa herramienta de activismo social, una práctica cultural que visualiza la identidad de cada grupo al que pertenece, sirviendo para demostrar la propia existencia de los artistas, su ideología y pensamientos en forma de narración grafica de todo lo que sucede en el medio social en que se desenvuelven.

En todo el mundo, el graffiti en el hip hop es considerado una forma artística de resistencia a la autoridad y al mismo tiempo una expresión de genuina solidaridad social dirigida al contexto cultural donde emergió, así es el caso de un proyecto que surgió hace más de una década en la oriental ciudad de Holguín, donde hasta la fecha ha dejado impresa una huella cultural que no pocos consideran única en esta parte de Cuba, sino que a fuerza de perseverancia y pasión se ha mantenido a lo largo de todo este tiempo totalmente funcional.

Desde el año 2006 hasta la fecha, algunos han pasado por el proyecto que alineaba oficialmente en sus inicios a poco más de diez integrantes, hoy, solo dos se mantienen firmes trabajando incansablemente para dejar una huella estética e icónica en los muros de la ciudad de los parques. Junto a su director y fundador Julio Cesar Cisneros Fuentes o J2CF como se conoce en el círculo underground, Yovandry Vázquez Fonseca, Yovanoti, es un pilar fundamental no solo de creación, sino de promoción y difusión.

Undergraff es una motivación artística muy arraigada en Julio Cesar (J2CF), un joven graduado de la academia de artes plásticas de Holguín, cuya inclinación estética lo ha llevado a relacionarse con los jóvenes artistas del movimiento del hip hop en su ciudad natal. En algún momento, cuando la Agencia Cubana del Rap visitó la ciudad, ya J2CF era un personaje importante en el movimiento de grafiteros de la localidad, más de veinte muros eran testigo de su inquietud artística ligada al mundo del squad. En la actualidad, junto a Yovanoti, que pasó de ser únicamente un ente documentador de cada obra a un efectivo miembro del proyecto, realizan cierta cantidad de obras en su estudio improvisado. Unas llegan a muros y permanecen allí algún tiempo hasta que son cubiertas. Hoy, dado el auge y la importancia que en el mundo ha tomado el arte callejero, los chicos de Undergraff pretenden hacer lo que muchos, conceptualizar sus obras, enmarcarlas y exponerlas en formato de obra de arte convencional.

J2CF argumenta a este colaborador que está consciente que hay que vivir, que sus obras no demoran mucho en los muros, que necesita crear piezas que perduren en el tiempo. Por eso su proyecto inmediato es crear una colección de graffiti sobre lienzo para poder exponer su obra en los espacios convencionales, sin dejar de hacer lo que es el graffiti.

Undergraff está integrado al movimiento underground del hip hop holguinero y la unión es totalmente funcional, y de ello son testigo las paredes que aún mantienen los vestigios de las plantillas, pinceles y aerosoles de los talentosos chicos. El suceso más reciente, presenciado por mí, fue la huella gráfica dejada en una gran puerta de hierro del barrio Nuevo Llano de Holguín, donde más tarde, en horas de la noche, se celebraría un explosivo concierto de hip hop con parte de los mejores exponentes del rap de la zona oriental del país. Allí, según sé, aún está el gran letrero junto a los nombres de los participantes del memorable concierto, dejando a simple vista lo que fue el nombre del espacio, Pretextos. Sin dudas, una herramienta poderosa de recordatorio para lo sucedido la noche del pasado nueve de abril y es probable que aun, cuando algún vecino mire despreocupado el gran letrero, recuerde la citada noche, o quizá cuando alguien ajeno al lugar vea las grandes letras amarillas, verdes y negras, simplemente se pregunte qué significa y esa es una de las premisas del arte callejero, hacer la pregunta ¿qué significa?, o simplemente, ¿qué pasó aquí? Si alguna de esas dos interrogantes se formula, entonces el objetivo primordial de los artistas se habrá sido cumplido.

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