Roxy (I Parte)
25 de julio de 2016
Muchos micrófonos y un pan como regalo embullaron a una pequeña niña de 9 años a encontrarse con el canto en un pueblo, Jiguaní, de la provincia Granma, antigua cuna de aborígenes. Era una competencia de barrio y ganó con una canción mexicana. Parece una historia como miles de las que crecen en esta isla, tan pródiga en talentos musicales. Pero esta niña con dos nombres dispares, Rosemary Eugenia, vio su futuro, quiso seguirlo, y se convirtió en una cantante más reconocida de lo que ella misma se imagina.
Es Roxy, una cantautora muy joven en estos lares artísticos, que está transitando por el mundo de sus deseos, acompañada de una guitarra. PMU se acerca a esta joven que puede ser una sorpresa en un futuro no muy lejano, y estuvimos conversando con ella.
Roxy: Después de esa competencia en tercer grado, comencé a ir a la casa de la cultura, preparándome para la prueba de aptitud de la Escuela Vocacional de Arte. La aprobé y comencé en dirección coral, pero no terminé, tuve problemas por mi mamá. Es que le echaba de menos, me rajé. Me arrepiento de eso, mucho, mucho…, fue la peor cosa que hice en mi vida, pero bueno… Después, seguí estudiando música en la calle, aprendí a tocar guitarra con una profesora, Analena, de Jiguaní, profesora de piano. Ella me enseñó algunos acordes, pero lo de ella era el piano, no la guitarra.
PMU: ¿Pudiste hacer algo más en Jiguaní? Es que se tiene el prejuicio de que en esos tipos de pueblos no aparece nada.
Roxy: Pues mira, aunque seguí en mi casa, en la secundaria participé en varios concursos, uno de ellos se llama “Donde crece la palma”, sobre José Martí. Yo hice una canción que ganó, se llamaba “Mi amigo Martí”. Y seguí haciendo cosas, con un amigo mío que vive cerca de mi casa me puse a tocar. Estuve en un grupo en Jiguaní, Orula se llama, hacíamos de todo, tocábamos salsa, reguetón…, pero bueno, esa no era mi onda. Hasta estuve un tiempo haciendo lírico en un coro con Analena, como un año estuve ahí, para no perder esto de estudiar música.
PMU: ¿De Jiguaní qué es lo que más te gusta?
Roxy: Mi familia, mis raíces. Tú sabes que de Jiguaní realmente me gusta todo, pero me parece que no esté lo que yo quiero ahí, o sea, que tengo que salir de ahí para cumplir mis sueños. Es un pueblo bonito, pero no tiene mucho desarrollo en cuanto a mi carrera y tuve que dejarlo.
PMU: Hasta que un día “saliste del monte”, como se dice….
Roxy: Vine aquí a Santiago de Cuba, de casualidad, de vacaciones. Me gustó el ambiente musical que tiene esta ciudad, me gusta la cultura que tiene Santiago. Después, conocí a un guitarrista de una banda de reggae, me presentaron al director, aquí todo fue muy rápido, él me dijo: “apréndete esto”, era un coro: “I don’t believe in Babylon”. Y ese mismo día lo hice con ellos en una presentación. Llegamos hasta una audición.
PMU: De Santiago de Cuba te gusta…
Roxy: Me gustan sus noches. Su gente. Al principio, cuando venía para acá, me decían que Santiago de Cuba es peligroso, que mira que te van a asaltar, que bueno… Y nada de eso me ha pasado. (Reímos en complicidad) No es la imagen que todo el mundo quiere dar de Santiago de Cuba, no es “la ciudad peligrosa, con un poco de negritos…”, ¡nada que ver! Sí, me enamoré de Santiago de Cuba, me gusta.
PMU: ¿Y La Habana?
Roxy: La Habana solo la he visitado 4 veces. Cuando era pequeña y después con el grupo, o por cuestiones de trabajo. Y no la veo como un lugar donde quiera vivir. Si tengo que irme por trabajo…, lo haría. Pero no es algo que vaya en mis planes de vida. Normalmente, ahí es donde fluye lo que yo me propongo hacer en el futuro. Así que en algún momento tendría que hacer una vida en La Habana. Pero no sería donde moriría.
PMU: ¿Tu pretensión siempre fue…?
Roxy: Ser cantante, no tanto como cantante, sino hacer música, mi vida es la música. Todo lo que tenga que ver con la música me gusta. Lo que pasa es que los instrumentos de viento me asustan un poco. Aprendí a tocar percusión menor, hacer la escala en la trompeta, nada más. Aprendí a tocar piano, por supuesto, es el instrumento en el que me siento más fuerte, lo que se necesita práctica y estudio todos los días, lo que no hago. Y la guitarra, eso mejor te lo cuento ahorita, es una relación especial…
PMU: ¿Dónde te gustaría triunfar como artista?
Roxy: Mi idea es triunfar aquí, luego, triunfar en otro lugar y volver para aquí, para mi país, o sea que Cuba…, no me veo fuera.
PMU: ¿Ahora qué hace Roxy?
Roxy: Empecé un proyecto sola. A ver cómo funcionan las cosas, junto con Rayner Palacios “El Prof3” y el grupo de trabajo de Guámpara Music, haciendo música alternativa, y estoy haciendo varias cosas. Pienso hacer muchas cosas.
Leer la segunda parte
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25 de julio de 2016
Muchos micrófonos y un pan como regalo embullaron a una pequeña niña de 9 años a encontrarse con el canto en un pueblo, Jiguaní, de la provincia Granma, antigua cuna de aborígenes. Era una competencia de barrio y ganó con una canción mexicana. Parece una historia como miles de las que crecen en esta isla, tan pródiga en talentos musicales. Pero esta niña con dos nombres dispares, Rosemary Eugenia, vio su futuro, quiso seguirlo, y se convirtió en una cantante más reconocida de lo que ella misma se imagina.
Es Roxy, una cantautora muy joven en estos lares artísticos, que está transitando por el mundo de sus deseos, acompañada de una guitarra. PMU se acerca a esta joven que puede ser una sorpresa en un futuro no muy lejano, y estuvimos conversando con ella.
Roxy: Después de esa competencia en tercer grado, comencé a ir a la casa de la cultura, preparándome para la prueba de aptitud de la Escuela Vocacional de Arte. La aprobé y comencé en dirección coral, pero no terminé, tuve problemas por mi mamá. Es que le echaba de menos, me rajé. Me arrepiento de eso, mucho, mucho…, fue la peor cosa que hice en mi vida, pero bueno… Después, seguí estudiando música en la calle, aprendí a tocar guitarra con una profesora, Analena, de Jiguaní, profesora de piano. Ella me enseñó algunos acordes, pero lo de ella era el piano, no la guitarra.
PMU: ¿Pudiste hacer algo más en Jiguaní? Es que se tiene el prejuicio de que en esos tipos de pueblos no aparece nada.
Roxy: Pues mira, aunque seguí en mi casa, en la secundaria participé en varios concursos, uno de ellos se llama “Donde crece la palma”, sobre José Martí. Yo hice una canción que ganó, se llamaba “Mi amigo Martí”. Y seguí haciendo cosas, con un amigo mío que vive cerca de mi casa me puse a tocar. Estuve en un grupo en Jiguaní, Orula se llama, hacíamos de todo, tocábamos salsa, reguetón…, pero bueno, esa no era mi onda. Hasta estuve un tiempo haciendo lírico en un coro con Analena, como un año estuve ahí, para no perder esto de estudiar música.
PMU: ¿De Jiguaní qué es lo que más te gusta?
Roxy: Mi familia, mis raíces. Tú sabes que de Jiguaní realmente me gusta todo, pero me parece que no esté lo que yo quiero ahí, o sea, que tengo que salir de ahí para cumplir mis sueños. Es un pueblo bonito, pero no tiene mucho desarrollo en cuanto a mi carrera y tuve que dejarlo.
PMU: Hasta que un día “saliste del monte”, como se dice….
Roxy: Vine aquí a Santiago de Cuba, de casualidad, de vacaciones. Me gustó el ambiente musical que tiene esta ciudad, me gusta la cultura que tiene Santiago. Después, conocí a un guitarrista de una banda de reggae, me presentaron al director, aquí todo fue muy rápido, él me dijo: “apréndete esto”, era un coro: “I don’t believe in Babylon”. Y ese mismo día lo hice con ellos en una presentación. Llegamos hasta una audición.
PMU: De Santiago de Cuba te gusta…
Roxy: Me gustan sus noches. Su gente. Al principio, cuando venía para acá, me decían que Santiago de Cuba es peligroso, que mira que te van a asaltar, que bueno… Y nada de eso me ha pasado. (Reímos en complicidad) No es la imagen que todo el mundo quiere dar de Santiago de Cuba, no es “la ciudad peligrosa, con un poco de negritos…”, ¡nada que ver! Sí, me enamoré de Santiago de Cuba, me gusta.
PMU: ¿Y La Habana?
Roxy: La Habana solo la he visitado 4 veces. Cuando era pequeña y después con el grupo, o por cuestiones de trabajo. Y no la veo como un lugar donde quiera vivir. Si tengo que irme por trabajo…, lo haría. Pero no es algo que vaya en mis planes de vida. Normalmente, ahí es donde fluye lo que yo me propongo hacer en el futuro. Así que en algún momento tendría que hacer una vida en La Habana. Pero no sería donde moriría.
PMU: ¿Tu pretensión siempre fue…?
Roxy: Ser cantante, no tanto como cantante, sino hacer música, mi vida es la música. Todo lo que tenga que ver con la música me gusta. Lo que pasa es que los instrumentos de viento me asustan un poco. Aprendí a tocar percusión menor, hacer la escala en la trompeta, nada más. Aprendí a tocar piano, por supuesto, es el instrumento en el que me siento más fuerte, lo que se necesita práctica y estudio todos los días, lo que no hago. Y la guitarra, eso mejor te lo cuento ahorita, es una relación especial…
PMU: ¿Dónde te gustaría triunfar como artista?
Roxy: Mi idea es triunfar aquí, luego, triunfar en otro lugar y volver para aquí, para mi país, o sea que Cuba…, no me veo fuera.
PMU: ¿Ahora qué hace Roxy?
Roxy: Empecé un proyecto sola. A ver cómo funcionan las cosas, junto con Rayner Palacios “El Prof3” y el grupo de trabajo de Guámpara Music, haciendo música alternativa, y estoy haciendo varias cosas. Pienso hacer muchas cosas.
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