Desde dentro (Parte I)



Mayarí, en la zona norte oriental de Cuba, es un sitio, que al decir de muchos estudiosos del tema, encierra las manifestaciones más antiguas de la existencia del hombre en Cuba, y muy probable de Las Antillas. Perteneciente a Holguín, Mayarí tiene una extensión de 1310,6 km cuadrados divididos en 21 consejos populares, donde más del 50 por ciento del territorio es montañoso, caracterizado por contrastes y bellezas naturales que conviven con importantes industrias en expansión. Son lugares impresionantes, casi en su estado natural y de muy difícil acceso, donde solo se puede llegar en tractores modificados para soportar las difíciles ascensiones.

El proceso histórico de la localidad comenzó antes de nuestra era, con asentamientos de aborígenes de la cultura seboruco, el grupo sub-taíno y el Mayarí, del cual toma nombre el municipio. Dentro de la rica y variada cultura de esta región, un vivo ejemplo es el barrio de Pueblo Nuevo, sitio escogido por Rafael Noris, Mc Tr@cker, para celebrar una cruzada cultural, que se llamó Desde Dentro, del 25 al 28 de agosto pasados. Según las propias palabras de Noris, declaradas antes del suceso, los habitantes del lugar, aislados y acostumbrados a vivir en comunión con la naturaleza, rara vez tienen la oportunidad de disfrutar en vivo y en directo de algún tipo de manifestación artística. Por eso, esta situación sumada a las inquietudes del joven artista holguinero lo han llevado, como en esta ocasión, a llevar a la práctica intervenciones artísticas que han marcado un antes y un después en varias comunidades, no solo de su natal Holguín, sino en otras regiones del país. Este trabajo, que incluye su poder de convocatoria y la atinada planificación, ha dado como resultado la realización de un sin número de actividades, perpetuadas en la historia del movimiento underground, como la cruzada cultural que presencié.

Desde Dentro, un evento organizado a modo de festival, tuvo como finalidad llevar la cultura a los pobladores de Pueblo Nuevo, hip hop, música electrónica, artes plásticas, fueron las propuestas que disfrutaron los pobladores de todas las edades. Los conciertos nocturnos fueron antecedidos por actividades con los niños, propuestas de los chicos de Undergraff llegaron a los más pequeños, que aprendieron la base del grafiti, que era para la gran mayoría, algo novedoso y desconocido.

La tropa comandada por Noris puso de manifiesto la verdadera esencia de la cultura underground, caracterizada por la más pura intervención comunitaria y sin mediar institución oficial alguna. Los muchachos llegaron a Pueblo Nuevo para mostrar sus talentos, cual peregrinos del arte, donde no tuvieron sitio cómodo donde dormir, bañar y comer, simplemente sus mochilas al hombro y la férrea convicción de cambiar mentalidades, mostrar conceptos artísticos y hacer arte por amor al arte. Porque a pesar de la incomodidad del alojamiento, los vecinos desde el mismo instante que los muchachos pisaron su terruño, los recibieron con la hospitalidad característica del más humilde de los cubanos.

Durante los cinco días de mucho trabajo, varias dificultades tuvieron que ser vencidas con soluciones e improvisaciones sobre la marcha, que al final de la jornada reportaron muchas satisfacciones para la guerrilla artística, que supo crecerse ante cada dificultad de una manera muy profesional. Porque el éxito no solo está en el talento, sino en el incansable empeño de ofrecer lo mejor, aunque las condiciones materiales no sean las mejores y las ideales. Y cuando esto sucede, queda un saldo positivo tanto para el público como para el artista. Tal y como sucedió en estos días, donde los vecinos recibieron algo que no se puede palpar con las manos ni ver con los ojos, algo que quedará para siempre en la mente y corazón de los moradores del sitio, que siempre agradecerán la intención y el hecho de llegar al más intrincado de los lugares en el oriente cubano, con un arte sincero y de calidad. Este es, sin duda, el mayor logro para el también exponente del spoken word, Rafael Noris y por supuesto, para su cofradía de jóvenes artistas.

La despedida fue intensa, pero con la promesa de volver pronto a traer más arte, según aseguraron los integrantes de la tropa artística, que se llevaron el cariño y el respeto de Pueblo Nuevo en sus mochilas de peregrinos.

Coincidimos, todos los reunidos allí que una manera u otra son hacedores de arte, que en los artistas debe ser una constante la preocupación de llevar el arte a la gente, a las comunidades, y sobre todo, a las menos favorecidas. Aunque tristemente no siempre es así porque muchos artistas solo buscan fama y dinero, es muy importante y gratificante que existan artistas preocupados por su entorno comunitario, su cultura, su gente, y que al margen de cualquier institución u organización, logren convocar y movilizar a muchos para materializar un sueño. Y justamente, Rafael Noris, Mc Tr@cker, está logrando uno de sus tantos sueños y también con su talento, su poder de convencimiento y convocatoria, y su perseverancia. Noris ha ido logrando un cambio importante en muchas comunidades, dejando poco a poco su huella en Holguín y en otras partes de Cuba. Un cambio tan significativo que lo ha llevado en su peregrinar a convertirse en un suceso cultural muy difícil de olvidar por quienes lo reciben.

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