Morbos salva el rock en Guantánamo (Parte II)



En la primera parte de la conversación con Morbos, y que le compartimos en nuestra edición del 12 de septiembre, es evidente el interés de la agrupación por el rock y los esfuerzos realizados por mantenerlo vivo, pero ello ha implicado retos de diversas índoles, como enfrentar realidades crudas y duras.

Soelmer Baratutis Toirac, director de Morbos, nos continúa hablando al respecto: “Actualmente, cada integrante ha hecho sus vidas, tenemos hijos, centros laborales y ya no somos tan jóvenes, no descargamos una noche entera en un parque y requerimos otros espacios donde presentarnos y hacer nuestra música. El espíritu sigue, pero con otras exigencias. Estas cosas también hacen que Morbos disminuya sus presentaciones o descargas, además de los problemas que tenemos que enfrentar”.

Y justamente le pregunto sobre los problemas que tienen que enfrentar y Soelmer inicia diciéndome que no cuentan con apoyo de nadie, independientemente de ser miembros de la AHS: “tenemos que costearnos los viajes si salimos de Baracoa y la economía personal de cada miembro no es la mejor. No podemos hacerlo con frecuencia, en Baracoa somos alrededor de 10 rockeros y sin embargo, mantenemos la peña llamada Gato Negro, cada 15 días en la sede de la AHS. Aunque vayan 2, 5 o 20 personas, no dejamos de hacerlas. Es un espacio fijo. No tenemos promoción y hacemos algo para no dejar morir el Movimiento. Si tenemos algún evento o actividad planificada, puede que se suspenda, pero habitualmente la hacemos dos veces al mes, a las 9:00 p.m. Tratamos de cada dos o tres meses, cuando más cada 6 meses, introducir variaciones en las presentaciones para no aburrir al público”.

“Somos rockeros, músicos aficionados, no somos profesionales, lo que significa que no cobramos por presentarnos, nos consideramos profesionales sin el papel. Hacemos las cosas con la mejor calidad posible, donde quiera que nos presentemos nos conocen y la gente decide si va o no. A veces nos invitan a un sitio oficial y no podemos ir por no tener dinero para costear el viaje, tenemos instrumentos musicales que nos impiden trasladarlos. Todos trabajamos y tampoco podemos asistir a esas invitaciones.

Para mantener los equipos somos genios, el equipo de audio es mío, particular, y debo pagar impuestos para tenerlo, por suerte, tengo contrato en la AHS y lo uso allí mismo para los ensayos, no solo de Morbos, sino de todos los que acuden allí. Hemos conocido extranjeros que no vienen a buscar mulatas ni salsa, sino que vienen a conocer nuestras formas para vivir. Algunos son músicos y nos han regalado instrumentos, tratamos de cuidarlos, pero por ejemplo, si se nos rompen las baterías y debemos ponerle un parche, no hay donde buscarlos, en las tiendas no los venden y si los venden, no están acorde a los salarios que cobramos, como todo en Cuba... Los juegos de cuerdas… tenemos que vivir inventando para lograr mantener los instrumentos”.

En cuanto a críticas y prejuicios en Morbos también son víctimas de la sociedad que los acoge “Hemos sido sometidos a críticas por nuestra forma de vestir, aretes, pelos largos, tatuajes. Estamos expuestos a criterios de personas e instituciones obsoletas y conservadoras, directivos y no directivos que nos tildaron de delincuentes, vagos, etc. La historia se repite, porque hace años esto nos sucedió y ahora se da nuevamente. A veces nos llaman y no aceptamos por orgullo, ya que algunos de los que nos han juzgado han rectificado su actuar pretendiendo darnos la posibilidad de que nos presentemos y aun así hemos rechazado las invitaciones. No obstante a las dificultades, tuvimos la posibilidad de dar algunos conciertos más grandes y pudimos hacerlo con autorización en el cine. Creo que siempre queda alguien que nos ayuda, aunque pasamos trabajo para lograr una presentación”.

La banda tiene 4 demos y un disco grabado en los estudios Siboney de la EGREM, en Santiago de Cuba, sobre esto Soelmer agrega: “…somos la primera banda rockera en ir a un estudio de grabación en esta provincia, pero no salimos satisfechos con la calidad de la grabación y decidimos hacer nuestro propio estudio: BMS Estudio. Por lo que las demás producciones las hemos hecho de forma independiente. Los discos tienen diferente cantidad de números grabados. Hemos grabado a otros grupos, el estudio es pequeño, es un cuarto adaptado, sin las condiciones adecuadas para ello, pero al menos es la forma que tenemos de lograr algo, y al mismo tiempo nos retroalimentamos y nos ayudamos a correr con algunos gastos”.

Soelmer culmina la entrevista con las siguientes palabras: “Me queda por decir que ser rockero es sentirlo, no importa como vistes ni el color de tu ropa. No por tener el pelo largo, vestir de negro o porque les gusta un grupo de rock, eres rockero. Muchas veces el público se porta mal, es una música rebelde, muchos piensan que cuando bailamos nos estamos fajando, en los sitios donde nos presentamos hay bebidas alcohólicas y muchos se indisciplinan, quizás esas cosas han provocado que nos mal miren, pero no debe suceder. No somos como piensan, no deben ser estos los motivos para eliminar el rock en la provincia. Necesitamos nuestros espacios, el rock también es preferencia de algunos jóvenes, por lo que considero deben respetarse sus derechos y crearles esos espacios a ellos y los que prefieran hacer la música”.

Los rockeros necesitan ser escuchados, atendidos, porque ellos quieren que se eliminen los maltratos, la discriminación, marginalidad y sobre todo, quieren sus propios espacios. En esto poco pueden hacer y queda en manos de las autoridades la atención a sus preguntas, exigencias y necesidades. Esperan mucho más de lo que hasta hoy han podido hacer y así no se extingue el movimiento en Guantánamo.

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