DJ y hip hop: un origen compartido



Cuando escuché por primera vez el término DJ, por allá por los años noventa, ya se había extendido el uso de esa denominación para referirse a los seleccionadores de música en una fiesta, del tipo que fuera. En Cuba, y lo podrán confirmar los que nacieron entre los años setenta y ochenta del siglo pasado, ese era el tipo de DJ que predominaba, el que reproducía y seleccionaba la música creada por otros.

En Jamaica, hacia 1950, comenzaron a desarrollarse los llamados sistemas de sonido o sound systems, con los cuales se proyectaba la música de las fiestas en plena calle y al que la seleccionaba se le llamaba DJ. Más tarde, en el Bronx, se extendería esta tradición jamaicana a manos del músico de ese origen, radicado en Estados Unidos, Kool DJ Herc. Las invenciones de este pionero de las máquinas, entre las cuales está el backspin, es decir la vuelta atrás en el mismo sonido, y que extendió la duración de las canciones, dieron origen a otro de los significados del término DJ, “el que pincha la música”. Así comenzó a desarrollarse el turntablism, que consiste en manipular los discos para lograr nuevos sonidos. En ese camino, el MC, los B-Boys que podían mostrar mucho mejor sus pasos y luego el graffiti, se fueron encontrando y articulando para dar lugar a un fenómeno cultural que luego recorrió el mundo, el hip hop.

Cada significado que envuelva al término DJ está muy ligado al desarrollo de la cultura hip hop. Hoy en Jamaica, por ejemplo, se le llama DJ a los que ejecutan el toasting, que no es más que hablar o cantar sobre una melodía o ritmo de forma monótona. Incluso, algunos estudiosos del tema ven el toasting, sobre todo cuando se combina el canto con la palabra hablada, como el punto inicial del rap.

Podríamos estar colocando muchos más ejemplos, pero aunque haya razones suficientes para que compartan un mismo escenario, el DJ, el MC, el B-Boy y el graffiti, en Cuba persisten las distancias. Uno de los puntos débiles que han tenido en los últimos tiempos los festivales, conciertos y peñas de hip hop, es la ausencia de uno o varios de estos componentes.

Un aspecto neurálgico es, sobre todo con respecto a los DJ, la inclinación de muchos de ellos a trabajar estilos más comerciales como la música techno, últimamente muy popular en la isla. Esa tendencia a reproducir la música de otros es una constante de la que no hemos podido desprendernos. Y digo desprendernos porque además de los músicos, el público juega un rol esencial en dejar avanzar y estimular el paso hacia otros niveles a los creadores de música electrónica. Hace un tiempo atrás, uno de ellos, LoUdNeSs DJ, entrevistado por PMU, confesaba su temor a mostrar creaciones propias ante una audiencia.

Otro pesar, es la disgregación de los B-Boys. En los años noventa y principios del 2000, los encuentros y competiciones de break dance, pese a su carácter underground, mantenían su sistematicidad. Los expertos atraían a los novatos, y en las batallas y retos ocurría la retroalimentación que hoy falta. Salvo algunos colectivos como Malcolm Beybe y Los Negros Zulús de la AKDmia, el hip hop en Cuba se está circunscribiendo, prácticamente y casi exclusiva, al trabajo del MC sobre un background.

Con respecto al graffiti, que ostenta el veto mayor por cuanto se necesita de autorización institucional y puede ser penado por la ley, existe un proyecto que está supliendo las carencias. K’Bolá, con la puesta en escena de sus artistas, muestra en cada peña el action painting y ha iniciado actividades graffiteras en las paredes de un solar yermo en la ciudad de Cienfuegos, donde ha realizado sus descargas en varias ocasiones. Fuera de K’Bolá, quien suscribe no conoce de otra iniciativa que incluya a las artes plásticas en una descarga de hip hop.

Aunque hoy represente un desafío tecnológico y logístico, estos tres colectivos mencionados son las propuestas más serias y elocuentes de lo que hoy se hace en la isla para sacar a la luz el trabajo del DJ, los B-Boys y el graffiti, junto al MC como un solo espectáculo. El origen de estas manifestaciones, habla por sí solo, de su interrelación dependerá la evolución y calidad del hip hop cubano.

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