Maxi produce música y nuevas ideas



Una vez más, las redes sociales actuaron a favor de los héroes anónimos del universo musical underground. Félix Enrique Varona Muñoz, con logo Maxi Pro, es uno de esos productores independientes, o titanes, que persiste en no dejar olvidadas las creaciones de los artistas “sin nombre”. A través de Álvaro DJ, quien nos puso en contacto, después de varios mensajes de presentación, pudimos intimar con las ideas que mueven la labor de Félix.

Una pregunta obligada para el productor cienfueguero versó sobre los géneros que prefiere trabajar y al respecto nos decía: “No puedo definirme por un solo género, en ese orden tengo mi mente muy abierta, pero me llaman mucho la atención el hip hop, la música house y el reggae. Ahora mismo, estoy inmerso en un proyecto de bachata y lo que pienso es que mientras más géneros trabajo, más aprendo el oficio”. En víspera está su incursión en la música electrónica, que seguro ampliará el número de producciones realizadas hasta el momento, las cuales ya superan los setenta a temas de artistas underground de la provincia de Cienfuegos.

También nos contó sobre sus primeros impulsos: “Yo escuchaba mucha música, y sentía cosas. Entonces, pensé cómo hacer para que la gente sintiera lo mismo con la música que yo podía hacer. Primero, empecé a buscar conocimiento básico con tutoriales de programación, de mezclas y ecualizaciones, y todo lo que tenía que ver con el mundo de la producción. Nunca recibí clases de sonido, de ecualizaciones o compresiones, soy empírico”.

“Me considero un amante fiel a la producción, me gusta dar ideas, mejorar las propuestas y valoro también la capacidad del artista, analizo si es capaz de recepcionar lo que le propongo, y si no es así, pues busco otra vía. La melodía, la dicción, la letra, siempre trato de ayudarlos en todos los sentidos”. Siguiendo esa filosofía de vida y labor, hasta ahora, Félix no ha tenido que rechazar algún trabajo.

Con sus herramientas personales y tecnológicas avanza en un mundo electrónico que ha estado cambiando continuamente. Por eso, aunque todavía emplea el Fruity Loops, prefiere aplicar programas nada simples como el FL Studio, Cubase 5 y Pro Tools. Acerca de sus utilidades precisaba: “FL Studio me sirve para hacer la música como tal, mezclar los diferentes ritmos y géneros, para crear pistas de loops, y también sirve mucho para la edición de la música en sí. Es un programa que, aunque parezca sencillo, necesita de entrenamiento y conocimiento. En el caso de Cubase 5, lo utilizo para la edición de voz y para grabar instrumentos en vivo y mezclarlos, al igual que el Pro Tools”.

Vale ilustrar, con respecto a la complejidad de estos recursos, que el último de los programas está en la lista de los más utilizados por productores musicales profesionales y que también puede ser empleado en la edición de videos. “Para trabajar con él se necesita bastante experiencia. Cada vez que me siento a crear, encuentro algo nuevo”, me precisaba Félix.

En su HomeStudio, como prefiere llamarle, tiene unas bocinas o paneles acústicos, un micrófono, una computadora y una tarjeta de sonido que funciona como filtro, tanto de lo que proviene del micrófono como de lo que sale de programas como el Pro Tools. La importancia de la tarjeta es incuestionable, pues “permite que en todo momento el sonido se escuche vigente, es decir, con calidad y, además, puedas copiar diez veces el mismo producto y este no pierda su calidad”.

Félix ofreció también un mínimo técnico sobre los paneles acústicos y cómo resolver las carencias de tecnología de punta: “ahora tengo dos bocinas de estudio, pero si no tienes la posibilidad, pueden servir las otras. Yo empecé con las radiotécnicas, las antiguas, y fui mejorando poco a poco. Actualmente, trabajo con una computadora Core i3 de segunda generación y aunque mis bocinas no son de gama alta (significa que no son las ideales), ya tengo costumbre de ellas, ya sé cuál es el balance que debo lograr para que lo que salga de mi casa suene bien en otro lugar. La calidad de sonido de un producto musical también está comprometida con el modo en que se realiza la mezcla, este paso depende, en gran medida, del productor, porque aunque este tenga la mejor tecnología posible, tiene que conocer muy bien el oficio. La tecnología te da un porciento y el otro lo pone el productor”.

Como apuntamos ya, las producciones que ha realizado Maxi Pro son el resultado de breves contratos por parte de artistas independientes, de ahí que la apertura a trabajar con los más diversos géneros sea ya una condición sine qua non. Visto así, era lógico que pensara en preparar algo junto a Álvaro DJ, pero de esta propuesta no quiso adelantar detalles ni conceptos, solo sentenció: “estamos trabajando en eso, no te puedo adelantar nada, vamos definiendo cosas con calma, la prisa no acompaña a la elegancia”.

Confirmó, no obstante, que será el productor del segundo disco que prepara Álvaro DJ, el primero de este artista en solitario, acuerdo entre ambos que persigue establecer un producto de calidad, mezclado y producido por Maxi Pro, quien, a su vez, se lanzaría como productor a un mercado underground que respeta la música del DJ cienfueguero. Las expectativas son muchas, porque la idea estuvo guiada por la afinidad personal que allanó el camino al trabajo conjunto y para lo cual ya cuenta con algo de experiencia.

Una de sus colaboraciones anteriores dio como resultado el primer disco de Maxi Pro, titulado This is My Evolution, que realizara con Edel El Ministro. En la producción, conformada por ocho temas, fusiona diferentes géneros y ritmos como merengue electrónico, reggae, timba, música country y ritmos caribeños. También, posee una segunda entrega titulada My Destiny, que cuenta con 7 pistas, y que realizó en solitario.

Retomando la cuestión colaborativa, saltaba a la vista un argumento esencial para el despliegue de nuevas perspectivas de los productores independientes. Félix coincidía con nuestro criterio, “desgraciadamente no hay un espacio o lugar donde puedas recibir clases u orientación sobre producción musical e ingeniería de sonido, todo lo tienes que aprender con los golpes”.

Es lamentable que los productores independientes se hallen hoy en tal estado de disgregación a lo largo de la Isla. Por pequeñas que sean sus ciudades o provincias, incluso a ese nivel, no se produce un intercambio real. Cada uno en su cueva, ha tratado de ponerse al tanto de lo que ocurre fuera, pero las experiencias y perspectivas difieren y apenas se comparten. Un espacio donde intercambiar y aprender unos de otros, no sería darse el lujo, sino una condición imprescindible para todos los que no pueden acceder a las productoras institucionalizadas, que son muchos. Mientras que, por otra parte, representaría una bocanada de aire fresco para el sujeto de este análisis: nuestros productores independientes.

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