Y mientras tanto, K’Bolá descarga y graffitea (Parte II)



En la primera parte de este trabajo, les entregamos impresiones y nuevas maneras de promocionar la música alternativa por parte de un proyecto muy conocido por los seguidores de PMU, K’Bolá. En este, pretendemos llevar a nuestros lectores la experiencia que el mismo proyecto, junto a Legión y la Galería Poco Bonito, han emprendido desde hace algún tiempo, con el afán de hacer visible y compartir todo el arte figurativo underground que crean.

Por lo engorroso que sería transitar una interminable lista de gestiones legales, antes de poder hacer un graffiti en un lugar público, K’Bolá y Legión han apelado a hablar directamente con las personas, buscando su consentimiento para decorar el lugar en que viven. Aplicando ese método, ya lograron graffitear dos paredes laterales de edificios, ubicados en el barrio de Junco Sur, y pretenden continuar esa iniciativa en otros repartos de la ciudad de Cienfuegos. Además de los graffitis, también lograron colocar su arte pictórico en dos de los negocios particulares más sui generis de la ciudad, pero sobre el tema, dejaremos que nos hablen Carlos y Pepe, coordinadores principales de K’Bolá y Legión, respectivamente.

Carlos: Acordamos que los graffitis se hicieran en lugares fuera del casco histórico de la ciudad, para que no se cree un conflicto, por ser este Patrimonio Cultural de la Humanidad, y los trabajos se han realizado sobre paredes que están bastantes deterioradas. Por eso, cuando hacemos un graffiti, lo que hacemos es embellecer el lugar y darle un poco de personalidad. Lo mejor que tiene todo esto es la acogida que nos brinda la comunidad, cada vez que hacemos algo así. La gente se acerca por curiosidad y los niños, sobre todo, son los primeros que se suman. Así se crea una empatía e interacción muy interesante.

PMU: Esta vez volvieron a hacer un trabajo en el barrio de Junco Sur, supongo, entonces, que con los vecinos no hay problema.

Carlos: Con los vecinos no hay lío, incluso, ellos son los que nos piden que los hagamos. Esos edificios no se pintan desde antes de la caída del campo socialista y entonces, cuando haces una cosa así, los estás embelleciendo. Puedes pintar lo que sea, que aunque el dibujo sea técnicamente malo, lo estás embelleciendo igual.

Pepe: Todo empezó, esta vez, porque otros vecinos le pidieron a Pulido, el señor que nos ayudó para que hiciéramos el graffiti anterior, que esta vez hicieran algo en su edificio. Pero lo curioso es que yo no puedo decir que ese graffiti salió por K’Bolá, Poco Bonito o Legión, ese salió gracias a los chamas del barrio. Fueron ellos los que terminaron el trabajo.

La historia es que, primero, se botó un poquito de pintura y yo tomé un pincel y se lo di a una niña, pero el resto de los niños también querían pintar. Entonces, se me ocurrió que ellos pusieran sus manos en la pared para rellenar todos los espacios en blanco, pero ellos lo hicieron sobre lo que habíamos pintado y lucía muy bien, así fue que les dijimos que pusieran sus manos donde quisieran.

Enseguida, nos quitaron las pinturas y las brochas y empezaron a pintar encima del propio trabajo en la pared, en el piso, en todos lados. Les regalamos todas las pinturas que habíamos preparado, para que siguieran pintando donde quisieran y entonces, sucedió lo increíble, se acercó un muchachito y me regaló tres bolas, una para cada uno de nosotros, fue una muestra de agradecimiento por nuestro trabajo, fue algo que salió tan natural, que estoy súper orgulloso de esa bolita. Yo creo que, más que el trabajo, la parte final fue lo que más llenó la jornada.

Yo no quisiera enfrascarme solo en Junco Sur, sino salir a otros barrios también. He hecho algunos contactos en La Juanita (otro barrio de la ciudad de Cienfuegos), la idea es seguir trabajando y lograr hacer, al menos, un graffiti cada mes.

PMU: Sería perfecto. Ahora cuénteme un poco de esa otra arista que están emprendiendo, esa de mostrar su arte en cafeterías y bares particulares.

Pepe: Así es. La Buena Pipa es una cafetería, pero no una cualquiera. Es un lugar muy interesante, es un lugar alternativo y diferente, que enseguida que entras, percibes lo que allí se reúne. La visitan coleccionistas de arte, gente inteligente, personas interesantes y resulta que tenían las paredes vacías. Nosotros teníamos muchos cuadros en el piso de la galería Poco Bonito, porque teníamos las paredes llenas. Entonces, hablamos con los dueños del lugar para hacer una especie de mini-exposición, no permanente, y nos dijeron que sí.

PMU: Tengo entendido que Alberto Veloz tiene tres cuadros expuestos y tú tienes dos en La Buena Pipa. ¿Qué línea trabajaron en esta ocasión?

Pepe: Albertico, con una mezcla de colores muy llamativa, y yo con mi línea antibelicista. Yo llevé uno de la serie “Cuando lo bueno caiga del cielo” y el otro tiene mucho que ver con la ayuda que le podemos dar a las personas, son dos corazones anclados a un gancho, pero solo uno de los dos tiene la cuerda para seguir avanzando, por ahí va. Las de Albertico se basan en un arte figurativo, con el uso excesivo de colores, que de cerca te da la impresión de que es solo un abstracto, pero si te alejas, ves que dentro de ese caos de colores, existen formas y figuras.

PMU: Y por último, Pepe, cuéntame de lo que exponen en el bar El Botellón.

Pepe: En El Botellón tengo un tríptico en contra de la violencia hacia la mujer y empleo un arma de fuego como elemento chocante, para que el mensaje llegue mucho más directo, y que las personas piensen más en hacer, además del decir. Tanto Albertico como su hermana Ismaray Tillé, que también tienen obras expuestas en El Botellón, abordan la temática de la mujer, pero con una visualidad que rompe con los cánones de belleza preestablecidos.

Exponer arte underground en los negocios particulares es un indicador positivo de la independencia de pensamiento y gestión, que poco a poco vamos adquiriendo los cubanos, tras tantos años de resoluciones impuestas. Ante esa nueva perspectiva, la opción expositiva que proponen K’Bolá y Legión, la realización de graffitis en los barrios periféricos y las descargas cada jueves en la Galería Poco Bonito, anuncian los nuevos tiempos de la estética underground en Cuba.

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