Conversando con Osmani 00 (Parte II)
12 de diciembre de 2016
PMU pone a disposición del público lector, la segunda parte de la entrevista con el rapero Osmani 00. La emoción que embarga a este artista al recordar ciertas historias de la “vieja escuela” del rap cubano y su pensamiento respecto a las actuales circunstancias por las que atraviesa el hip hop en nuestro país, son algunas de las dimensiones que expresan que aún existen maestro(a)s de ceremonia que pugnan por mantener y dignificar esa esencia sociológica que define a este movimiento urbano.
Osmani: Grupo Uno fue un grupo muy unido. Rensoli y Balesy fueron las mentes pensantes, las cabezas. El fósforo que se prendía cuando no había algo, ellos lo encontraban, un mérito que es intachable, sin duda alguna. Radicalmente, casi que afirmar, te puedo decir que gracias a Grupo Uno es que existe movimiento de hip hop en Cuba. Nuestra agencia de rap, nuestra institución, fue Grupo Uno. Desde el punto de vista artístico, desde el punto de vista personal, donde había muchos problemas entre los raperos. Todo el mundo venía de diferentes capas sociales, algunos más, algunos menos. Algunos blancos, como yo. Y Grupo Uno lo que creó fue la unión entre todos esos exponentes que tenían alguna inquietud, entre esos poetas de la calle.
Siempre he dicho que el rapero es un poeta, un cronista social. Que sus composiciones las llevan a la rima, y de ahí emprende una canción. Y nos malinterpretan por gusto, porque el rap no es guerra, el rap es amor. El que hace rap en Cuba, y en cualquier parte del mundo, no está haciendo guerra, está haciendo amor. Nosotros nunca te vamos a decir ni tírale un tiro a fulano, ni fájate con mengano. Nosotros te vamos a decir: coño, loco, todo está bien. Mira qué ejemplo te puedo poner de lo que le pasó a un amigo y lo que puede pasarte a ti. Vete por aquí, que es más corto el camino. Entonces, Grupo Uno jugó su papel muy bien, lo que por determinadas razones, perdimos a Grupo Uno. Primero, se dejaron de hacer dos o tres festivales, no recuerdo exactamente bien, y en eso, el Ministerio de Cultura le echó el ojo al rap, le puso la vista a los raperos. Y para organizarnos a su manera, se creó la Agencia Cubana de Rap dentro del Instituto Cubano de la Música. Que fue un logro, porque estábamos dentro del Instituto Cubano de la Música, sin ser… a ver, sin ser parte de las raíces de nuestro pueblo. Porque, por supuesto, el rap no es un género de Cuba, es un género que se consumía muy poco. No se conocía tanto como otros géneros. Y Grupo Uno había logrado eso de una manera independiente.
Entonces, el Instituto Cubano de la Música, Cultura, nos institucionalizó para organizarnos, para darnos sus esquemas, no los esquemas que habíamos creado nosotros. Y ahí se perdió mucho. Soy de los raperos que digo que se hubiera puesto nuestro arte en dos lugares. No vamos a quitarle el mérito al Instituto Cubano de la Música, de una manera le agradezco porque nuestras voces se escucharon un poquito más allá de donde tenían que escucharse. Pero creo que las raíces son las raíces. Y Grupo Uno no supo equilibrar esa situación. ¿Cómo tú me vas a quitar la sede? No, yo me voy a morir aquí. No tengo aire acondicionado, no tengo una oficina. Lo que tengo es un anfiteatro, pero me voy a morir aquí, porque este es el lugar de mis raperos. Este es el espacio que nosotros creamos, y aquí fue donde los raperos cantaban y cantan. Y donde se sentían personas. Porque no nos hemos sentido personas todavía, hoy por hoy. Hemos sentido algunas emociones, pero pienso que no nos han reconocido como deben reconocernos, y después, nos conectamos en eso, si tú quieres.
Entonces, Grupo Uno no supo equilibrar entre la institución y lo independiente. Rensoli, en lo personal, todavía hoy por hoy es un veterano de guerra. De hecho, hace dos o tres años atrás, llegamos a hacer dos o tres festivales por Rensoli. Él me llama un día y me dice: coño, Osmani, quiero hacer un festival. Asere, dime… ¿qué vamos a hacer? Porque me quedan poca gente de aquella época. Y le dije: vamos pa’rriba del lío. Llegamos a hacer dos festivales que nombramos Festivales de Invierno. Con nuestros recursos, con lo que pudimos resolver. El primero quedo muy bueno. Sentí aquella vibra de los años noventa, porque además, le dimos posibilidades a nuevos talentos que están ahora mismo trabajando con mucha calidad y no se les reconoce. Ni por lo institucional ni por los mismos raperos. Porque es un poco complicado el mundo de los raperos.
Entonces, se llegó a hacer el primer festival. Y el segundo se hizo con la idea de que se mantuviera al menos una vez al año. Porque en aquella época era cada seis meses. Nosotros hacíamos una audición en tiempo de festival. Una audición donde participaba el público, y de esa audición, nosotros sacábamos los raperos que iban a participar en el festival oficial, que se hacía una vez al año. Por supuesto, les dábamos posibilidades en pleno festival a muchas personas, que hoy por hoy son grandes artistas. Te hablo de Amenaza con Yotuel, Roldan, Ruzzo. Te hablo de Alexander de Gente de Zona. Lobo marginal, como era su nombre artístico. Compatriota de nosotros, de lucha, que salió de ahí. Telmarys era de nuestra época y salió de ahí también. Éramos muchachos con inquietudes artísticas. Sabíamos escribir porque teníamos muchas inquietudes, pero en rima nadie sabía escribir (Risas). Nos la arreglábamos como podíamos y a veces nos ayudábamos unos a los otros. Experiencias maravillosas, realmente.
Como te decía, el primer festival quedó muy bueno. El segundo fue un poco más manipulado por las instituciones, porque nos exigieron que cada rapero tenía que entregar sus letras antes de cantar. Por problemas de paranoia. No entiendo hoy por hoy… ojalá que esto que estoy diciendo llegue al mundo. No entiendo hoy por hoy por qué esa paranoia. Ninguno de nosotros va a coger un arma ni le va a hacer daño a este gobierno, a este Estado. Para nada. Nosotros somos artistas. Es lo mismo que tú veas a un artista desnudo en el medio de la calle, con todo el cuerpo pintorreteado. Brother, él está exponiéndose, brindando su arte. Es un modelo de interpretación solamente. Aquí nadie va a coger un arma ni hacerle daño al gobierno, a nadie. Nosotros lo que tenemos son inquietudes artísticas, que nunca van a morir. Entonces, el segundo festival sí fue un poco más censurado.
Leer la tercera parte
Comentarios Dejar un comentario
12 de diciembre de 2016
PMU pone a disposición del público lector, la segunda parte de la entrevista con el rapero Osmani 00. La emoción que embarga a este artista al recordar ciertas historias de la “vieja escuela” del rap cubano y su pensamiento respecto a las actuales circunstancias por las que atraviesa el hip hop en nuestro país, son algunas de las dimensiones que expresan que aún existen maestro(a)s de ceremonia que pugnan por mantener y dignificar esa esencia sociológica que define a este movimiento urbano.
Osmani: Grupo Uno fue un grupo muy unido. Rensoli y Balesy fueron las mentes pensantes, las cabezas. El fósforo que se prendía cuando no había algo, ellos lo encontraban, un mérito que es intachable, sin duda alguna. Radicalmente, casi que afirmar, te puedo decir que gracias a Grupo Uno es que existe movimiento de hip hop en Cuba. Nuestra agencia de rap, nuestra institución, fue Grupo Uno. Desde el punto de vista artístico, desde el punto de vista personal, donde había muchos problemas entre los raperos. Todo el mundo venía de diferentes capas sociales, algunos más, algunos menos. Algunos blancos, como yo. Y Grupo Uno lo que creó fue la unión entre todos esos exponentes que tenían alguna inquietud, entre esos poetas de la calle.
Siempre he dicho que el rapero es un poeta, un cronista social. Que sus composiciones las llevan a la rima, y de ahí emprende una canción. Y nos malinterpretan por gusto, porque el rap no es guerra, el rap es amor. El que hace rap en Cuba, y en cualquier parte del mundo, no está haciendo guerra, está haciendo amor. Nosotros nunca te vamos a decir ni tírale un tiro a fulano, ni fájate con mengano. Nosotros te vamos a decir: coño, loco, todo está bien. Mira qué ejemplo te puedo poner de lo que le pasó a un amigo y lo que puede pasarte a ti. Vete por aquí, que es más corto el camino. Entonces, Grupo Uno jugó su papel muy bien, lo que por determinadas razones, perdimos a Grupo Uno. Primero, se dejaron de hacer dos o tres festivales, no recuerdo exactamente bien, y en eso, el Ministerio de Cultura le echó el ojo al rap, le puso la vista a los raperos. Y para organizarnos a su manera, se creó la Agencia Cubana de Rap dentro del Instituto Cubano de la Música. Que fue un logro, porque estábamos dentro del Instituto Cubano de la Música, sin ser… a ver, sin ser parte de las raíces de nuestro pueblo. Porque, por supuesto, el rap no es un género de Cuba, es un género que se consumía muy poco. No se conocía tanto como otros géneros. Y Grupo Uno había logrado eso de una manera independiente.
Entonces, el Instituto Cubano de la Música, Cultura, nos institucionalizó para organizarnos, para darnos sus esquemas, no los esquemas que habíamos creado nosotros. Y ahí se perdió mucho. Soy de los raperos que digo que se hubiera puesto nuestro arte en dos lugares. No vamos a quitarle el mérito al Instituto Cubano de la Música, de una manera le agradezco porque nuestras voces se escucharon un poquito más allá de donde tenían que escucharse. Pero creo que las raíces son las raíces. Y Grupo Uno no supo equilibrar esa situación. ¿Cómo tú me vas a quitar la sede? No, yo me voy a morir aquí. No tengo aire acondicionado, no tengo una oficina. Lo que tengo es un anfiteatro, pero me voy a morir aquí, porque este es el lugar de mis raperos. Este es el espacio que nosotros creamos, y aquí fue donde los raperos cantaban y cantan. Y donde se sentían personas. Porque no nos hemos sentido personas todavía, hoy por hoy. Hemos sentido algunas emociones, pero pienso que no nos han reconocido como deben reconocernos, y después, nos conectamos en eso, si tú quieres.
Entonces, Grupo Uno no supo equilibrar entre la institución y lo independiente. Rensoli, en lo personal, todavía hoy por hoy es un veterano de guerra. De hecho, hace dos o tres años atrás, llegamos a hacer dos o tres festivales por Rensoli. Él me llama un día y me dice: coño, Osmani, quiero hacer un festival. Asere, dime… ¿qué vamos a hacer? Porque me quedan poca gente de aquella época. Y le dije: vamos pa’rriba del lío. Llegamos a hacer dos festivales que nombramos Festivales de Invierno. Con nuestros recursos, con lo que pudimos resolver. El primero quedo muy bueno. Sentí aquella vibra de los años noventa, porque además, le dimos posibilidades a nuevos talentos que están ahora mismo trabajando con mucha calidad y no se les reconoce. Ni por lo institucional ni por los mismos raperos. Porque es un poco complicado el mundo de los raperos.
Entonces, se llegó a hacer el primer festival. Y el segundo se hizo con la idea de que se mantuviera al menos una vez al año. Porque en aquella época era cada seis meses. Nosotros hacíamos una audición en tiempo de festival. Una audición donde participaba el público, y de esa audición, nosotros sacábamos los raperos que iban a participar en el festival oficial, que se hacía una vez al año. Por supuesto, les dábamos posibilidades en pleno festival a muchas personas, que hoy por hoy son grandes artistas. Te hablo de Amenaza con Yotuel, Roldan, Ruzzo. Te hablo de Alexander de Gente de Zona. Lobo marginal, como era su nombre artístico. Compatriota de nosotros, de lucha, que salió de ahí. Telmarys era de nuestra época y salió de ahí también. Éramos muchachos con inquietudes artísticas. Sabíamos escribir porque teníamos muchas inquietudes, pero en rima nadie sabía escribir (Risas). Nos la arreglábamos como podíamos y a veces nos ayudábamos unos a los otros. Experiencias maravillosas, realmente.
Como te decía, el primer festival quedó muy bueno. El segundo fue un poco más manipulado por las instituciones, porque nos exigieron que cada rapero tenía que entregar sus letras antes de cantar. Por problemas de paranoia. No entiendo hoy por hoy… ojalá que esto que estoy diciendo llegue al mundo. No entiendo hoy por hoy por qué esa paranoia. Ninguno de nosotros va a coger un arma ni le va a hacer daño a este gobierno, a este Estado. Para nada. Nosotros somos artistas. Es lo mismo que tú veas a un artista desnudo en el medio de la calle, con todo el cuerpo pintorreteado. Brother, él está exponiéndose, brindando su arte. Es un modelo de interpretación solamente. Aquí nadie va a coger un arma ni hacerle daño al gobierno, a nadie. Nosotros lo que tenemos son inquietudes artísticas, que nunca van a morir. Entonces, el segundo festival sí fue un poco más censurado.
Leer la tercera parte
Comentarios Dejar un comentario
- No hay comentarios en este momento.