Liberato y su Libre Pensamiento



Erick José Liben Bradshaw es conocido en el mundo underground como Liberato del Monte. Este joven músico, rapero y compositor, descendiente de haitianos y jamaiquinos, fundó su agrupación Libre Pensamiento, el 27 de septiembre de 2015. La novel banda fusiona la música caribeña, principalmente la haitiana en su vertiente del jack con el hip hop, elementos de lo afrocubano, jazz, soul, R&B y el funk. Además, tiene un gran formato que contiene bajo, metales, tumbadoras, chequeré, guayo, campana, batería, un DJ y dos coristas.

Sentado, degustando un batido de mango bien frío para combatir el calor, Liberato nos cuenta su historia.

“Comencé hace diez años en Traficantes de Lírica, un grupo más comercial, repleto de amigos del barrio, donde yo componía canciones de reggaetón. En esa época, la música urbana había decaído y no se escuchaba mucho. Nadie se acordaba de quienes fueron El Adversario y Papo Records. Con ese conjunto grabé tres temas de reggaetón, pero al cuarto track me di cuenta que la letra que estaba haciendo era mucho más profunda, con aspectos repletos de denuncia social. Debido a mis inquietudes, me fui inclinando poco a poco hacia el hip hop underground, siempre buscando mi hábitat natural.

Me gusta el lenguaje directo del rap y la manera en que te permite ser contestatario. Por naturaleza es el género que defiende a los jóvenes de barrio y el que te hace reflexionar sobre tus problemas, cuando escuchas alguna canción. Por lo tanto, quise convertirme en el portavoz del cubano aquel que se siente discriminado y que esconde sus prejuicios.   

Hacia esa época adopté el calificativo de Liberato, por el personaje de la telenovela ‘Sol de Batey’, porque para mí fue un personaje real, un líder cimarrón que se rebeló contra la opresión, y creo que eso es lo que estoy haciendo con mi música.

Fundé Libre Pensamiento con la ayuda del DJ Jaleb Jase y de las coristas Ariadna Gómez y Gretel Pérez, personas muy importantes en mi vida, que siempre me han acompañado en esta odisea musical. También, mi papá Julián Liben Despaigne nos ha apoyado económicamente.

Quisiéramos regalar conciertos por todas las provincias, pero no ha sido posible por falta de apoyo y confianza. No te quepa duda que somos más conocidos en el extranjero, gracias a nuestra página en Facebook.

Quisimos hacer algo nuevo que no se haya escuchado en Cuba. Por eso, fusionamos ritmos contemporáneos con el jack, que no es muy común hoy en día en Haití, pues es la música de los antiguos cimarrones. Ellos lo tocaban en los quilombos, a través del juego de tambores, el mama tambú, lekede y el sekó. Investigué con mi papá y hasta fui al municipio avileño Primero de Enero, donde todavía quedan restos de la herencia haitiana en nuestro país. Quería quedar bien con mi gente, con mis ancestros y conmigo mismo”, continúa explicando Liberato.

“Nuestro mensaje no es promocionado y hemos sufrido mucha incomprensión en nuestro país, te comento que las canciones de Liberato han sido censuradas y reprochadas. Presenté el tema ‘Cimarrón’ a la radio, hace meses, y aun no me han dado respuesta si lo van a poner o no. He pasado mucho trabajo para echar para adelante mi grupo, he sufrido diversos contratiempos que no los ando divulgando por ahí, pero esa tristeza la expreso en las letras de mis canciones.

Me gusta innovar y no estancarme, eso ha sucedido con el hip hop cubano que no avanza. (…) No quise ser uno del montón. Soy uno más que mira hacia el futuro, que no se queda detenido en el tiempo. Quiero que mi música llegue al público joven, sobre todo, y hemos influido en otros artistas que ya se nutren de la lírica y la poesía ritmática haitiana.

En nuestros tiempos prima el facilismo, mucha comercialización de la música, sin potenciar sus verdaderos valores. Es bien fácil escribir dos prosas y seis octavas de coros, por eso las canciones se pegan tan rápido, pero a la vez, su mensaje no perdura. Liberato quiso romper ese esquema, no ser repetitivo, por lo que nuestras canciones, casi todas, duran más de siete minutos, algo impensable para algunos. Martin Luther King, Malcolm X, Hailé Selassié, Los Black Panthers y el movimiento del Black Power me inspiran a componer”, afirma con firmeza este músico cubano.  

“A mediados de este año culminamos la grabación de nuestro primer disco, Soy uno más, con la producción del DJ Figaro.com. Lo hicimos con sacrificio, sufrimiento y sudor, porque ninguno somos de familia pudiente, pero el grabar es una necesidad.

Quemé varias copias e intenté entregárselas a varios vendedores de discos que viven por mi barrio, pero no quisieron aceptarlas. Me dolió mucho, porque mi propia gente no me quiso ayudar a promocionarme”, ante la tristeza del recuerdo, hace una pausa.

“Libre Pensamiento quisiera formar parte de la Agencia Cubana de Rap, pero no nos han permitido entrar a su catálogo, las razones no las conozco. Por eso digo que hay que perfeccionar el trabajo de esa empresa, porque a ella pertenecen artistas que no hacen hip hop. También me he acercado a músicos renombrados de este país a pedirle consejo sobre qué hacer con mi carrera y me lo han negado. Eso mismo le ha pasado a infinidades de colegas que comienzan. Esa leyenda de que en Cuba nadie se hace sombra, que músico ayuda (a) músico, no es real. Parece que cuando llegan arriba se olvidan de cómo empezaron”, comenta con dureza el líder de Libre Pensamiento.

“Estoy muy orgulloso del trabajo realizado, porque mi mensaje ha llegado a los niños y adolescentes. Muchas personas mayores me agradecen porque mi labor ha transformado la vida de sus hijos. Ese es el público que colma nuestros conciertos y tararea mis canciones. Algo sumamente difícil por la reñida competencia existente con el reggaetón. Otra cosa, mi música la consume lo mismo el Testigo de Jehová, el pentecostal, el católico o el que profesa la religión yoruba. He logrado concatenar generaciones, razas y creencias religiosas.

Me gustaría cumplir mis sueños, realizar lo que ansia mi corazón, escoger mi camino y no complacer a los de arriba. En mis canciones le digo a todo el mundo: liberateate, se tú”, finalizó Erick José Luben, más conocido como Liberato del Monte, en los ambientes underground de la música cubana.

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