Por el hip hop cubano, uno diferente



Cuando uno lee las informaciones sobre el hip hop cubano, nunca aparece la imagen de la Agencia Cubana de Rap y esto es raro. Sé que muchos creen, piensan y desean una Cuba diferente, y entre esas diferencias de lo que es nuestro país actualmente y nuestro país futuro, es el poder de acción independiente, incluso, lo expresó Fernando Pérez en la presentación 200 de la revista Cine Cubano, el pasado diciembre de 2016.

Vamos a entrar en los vericuetos de esta realidad, a partir de lo que nos aporta la propia historia del hip hop cubano.

Es posible, dándole seguimiento a los debates de las redes sociales, llegar a concluir que fueron muchos los raperos de finales y principios de siglo que entendieron, como acto necesario, una institución para poder desarrollar, difundir, comercializar y distribuir los productos del rap cubano en nuestro país y el mundo. Ese constante diálogo llegó a los oídos que pudieron hacer posible la creación de la Agencia Cubana de Rap, pero eso que surgió en medio del gremio, fue pensado desde el actuar independiente de los que en aquel momento estuvieron envueltos como actuantes del extinto movimiento de rap y hip hop cubano; con todo lo que esto implicaba en aquel entonces y que Rodolfo Rensoli sea quién hable y lo exprese para entenderlo mejor.

Por supuesto que este actuar independiente en el que se formó la idea, nada tiene que ver con el actuar de un ser humano, artista por demás, cuando está comprometido a través de la firma de un contrato, sobre todo si tenemos en cuenta que estas prácticas a partir de contratos, eran las que se usaban para que una persona fuera dueño de otra en tiempos de la esclavitud; del mismo modo que nada tiene que ver este actuar independiente con las personas que organizaban, estructuraron y modelaron el hip hop cubano, tal y como lo conocemos en la actualidad, con sus aciertos y desaciertos. Si tenemos en cuenta que para el momento de creada la Agencia, para nada iban a ser ellos, por el simple hecho de cómo funciona la estructura y la política en nuestro país.

Cuando analizamos estos hechos y tomamos el punto de partida en las diferencias entre el modo de funcionar del sistema político-económico del Capitalismo y el Socialismo, nos percatamos que en el primero, de forma independiente, las personas pueden crear una empresa, siempre y cuando, paguen el impuesto de esta. Por tanto, esto implica que debes tenerlo bien organizado, bien concebido, bien estructurado para poder mantenerlo, de lo contrario fracasa y desaparece, como han desaparecido y desaparecen muchísimas empresas cotidianamente en el mundo capitalista. En el segundo caso, es el Estado quien autoriza, según el objeto social que defiende el proyecto, de igual forma paga un impuesto, aunque resulta in-transparente a los ojos de los pobladores de dicha sociedad, por la forma en que funciona la comunicación, divulgación y la propaganda del país, y mantenerla depende de políticas que siempre cambian según el estado de la institución y la manera en que esta evoluciona. Para este segundo caso, también depende de los sujetos implicados que la dirigen, aunque en apariencias no lo parezca, y esto vuelve complicado su manejo, porque prácticamente TODO depende de quién esté a cargo de dicha entidad, que siempre será del Estado, ante los ojos de la sociedad.

Estas son razones básicas por la cual las personas y/o habitantes de Cuba, sobre todo los jóvenes, deseamos un cambio. Ahora bien, si no tuvimos nunca las bases estructurales de la institución que queríamos, ¿sobre qué vamos a sentar las bases del cambio que deseamos?

Este razonamiento, lógico, por demás, hace pensar y analizar algunos textos y entrevistas publicadas en esta misma revista, en las que muchos raperos expresan que están muy molestos y descontentos con la Agencia Cubana de Rap, pero que a su vez desean pertenecer a ella, porque los ampara legalmente para hacer su trabajo y cobrar por el mismo. Lo que hace que llegue a preguntarme nuevamente y con una frase bien cubana: ¿Te peinas o te haces papelillos?

Tan real como aquella frase antigua tergiversada tras la realidad revolucionaria del 59: “la realidad te hace parir hijos mulatos”. Estamos en un actuar mestizo, pero reflexionando este mestizaje desde el criterio del maestro Rogelio Martínez Furé en cuanto al mulato, estamos en un actuar CASTRADO y este actuar CASTRADO está signado por el desconocimiento, la dualidad a la que hemos estado expuesto durante tantos y tantos años.

Si queremos un hip hop cubano diferente y vivir en una isla estructuralmente diferente, somos nosotros los primeros que debemos pensar diferente. Por tanto, hasta que este pensamiento no cambie y seamos capaces de ver en la fuerza de la comunidad tras un mismo interés: HIP HOP CUBANO, nunca podremos cambiar la realidad a nuestro alrededor y la premisa para esto es el estudio constante de lo que somos y cómo nos comportamos, ese yin-yang, blanco-negro, luz-oscuridad que siempre está presente en todo cuanto hacemos.

Por tanto, creo que la Agencia Cubana de Rap nunca ha sido nuestro gran problema, creo que somos nosotros mismos los incapacitados (sin mal entendimiento de la frase) de entendernos entre nosotros y saber cómo hacer que funcionen nuestros proyectos, para avanzar en pos de un desarrollo sostenible y equilibrado. De este mismo modo, lo hemos perdido todo, incluso, hemos perdido nuestra coherencia, si es que en algún momento la tuvimos. Porque como tal somos seres independientes, los unos de los otros, sin necesidad de luchar por la idea de una independencia a partir de que alguien te la dé o te la firme en una ley y/o contrato.

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