Por el hip hop cubano: para hacerlo diferente (Parte I)



Con este texto quiero seguir analizando la realidad del contexto cubano desde el hip hop, o mejor dicho, desde el actuar histórico de los hiphoperos cubanos, y llegar a mostrar una posibilidad de cambio que incida directamente en la sociedad cubana. Este análisis lo hago, como lo podría hacer cualquier otra persona, desde los sucesos que sirven como analogía para llegar a un resultado que proporcione luz a las ideas y empodere a las personas-actuantes, es decir, a los propios hiphoperos cubanos, para que le den un uso diferente a todo lo que ya conocen y saben.

Hay una realidad visible y es que la manera en que funcionan las personas en la capital, para nada tiene que ver con la manera en que funcionan las personas en las provincias. La estructura social en la que vivimos está concebida de una forma tan centralizada que todo ocurre en la capital y cuando existen personas inteligentes en las provincias, el poder queda centralizado en las manos de esta persona. Es fácil verlo, solo tomemos como ejemplo las reseñas escritas en esta misma revista de los festivales que se realizan a lo largo y ancho de la Isla y se notará lo distinto que es el festival Trackean2 en Camagüey al Simposio de Hip Hop Cubano en La Habana -y dar gracias a que fue El Brujo y Malcoms “Justicia” quienes lo organizaron el pasado año-. Pero de igual forma, comparemos el propio Simposio con el Festival en Pinar del Río o el Potaje Urbano -este último luchando durante 3 años o más para lograr hacer la Primera Jornada y ya están listo para una tercera en febrero próximo, donde están ganando cada vez más espacio-.

Ante toda esa realidad visible, el nuevo director de la Agencia Cubana de Rap ha expresado, quizá por las razones particulares de los artistas “profesionales”, que el alcance de la Agencia es necesario llevarlo a que se vuelva representativo en toda la Isla y para nada es algo nuevo, porque la anterior directora también lo expresó de forma pública y los resultados nunca llegaron (como si nunca lo hubiese expresado) porque los artistas de las provincias nunca hicieron nada, desde un punto de vista INDEPENDIENTE, para que esto se convirtiera en realidad. Al mismo tiempo, la Agencia nunca se encargó de buscar un mecanismo o estrategia para convertir lo que expresaron en una realidad. Así que todo lo antes dicho puede quedarse en solo palabras nuevamente.

El Brujo, que actualmente está como coordinador de la Revista Movimiento en la Agencia, me comentó hace algunos días atrás que la idea versa en que los artistas seguirán conservando sus plantillas en las empresas musicales de cada una de las provincias, pero van a ser “dirigidos” desde la Agencia. Y sobre esto yo pienso que es el mismo perro con diferente collar. Más centralización, más fragmentación y división (aunque suene a paradoja), producto a los criterios que se manejan, por una sola razón: es inexistente ese punto común en que los raperos puedan unirse todos. ¿Por qué tanto negar la pluralidad? Bueno, sí existe, pero con los criterios que estos artistas manejan, por el momento, se vuelve invisible para ellos. Y realmente, son pocos los que una manera u otra son capaces de ver este punto tras el concepto: hip hop cubano como una meta y no un hecho.

Y este es solo el primer punto que quiero desarrollar, en un artículo posterior comentaré el segundo punto, de lo que pienso puede llevarnos a hacer diferente el hip hop cubano.

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