Camagüey puso a trackear al rap
10 de abril de 2017
Omar es un DJ de Santiago de Cuba, viajó poco más de 300 kilómetros para participar en la novena edición del Festival Trakean2, espacio donde confluyen poetas urbanos, grafiteros, disc jockeys y break dancers, que tuvieron un nuevo encuentro del 16 al 20 de marzo, en la ciudad de Camagüey, para defender, difundir y promover la cultura hip hop cubana. Pero Omar no solo es un DJ, también es maestro de ceremonias (MC), y sabe de animación y de “poner el ambiente caliente”. Él fue uno de los encargados de vivificar las presentaciones de los participantes procedentes de Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Villa Clara, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba, Guantánamo, y de la propia ciudad anfitriona.
Además de Omar, entre los invitados estuvieron Papá Humbertico y Mano Armada, y los grupos Golpe Seko, de Santiago de Cuba; Akdemia, de Ciego de Ávila; Campamento Subterráneo, de Guantánamo; Regimiento Clandestino y Pelotón Suicida, ambos de Villa Clara.
En ediciones anteriores la mayoría de las presentaciones se realizaban en la Casa del Joven Creador o en el Bosque Tecnológico, lugares cerrados y con menor concentración de público, pero este año los artistas y los organizadores fueron más ambiciosos y audaces, y sacaron el Trakean2 hasta el céntrico parque del Cristo (Padre Gonfaus), lugar que ya se ha hecho habitual en la ciudad de Camagüey para disfrutar de las presentaciones de los artistas underground.
Allí tuvieron lugar las denominadas Peleas de Gallo, que estuvieron a cargo de los raperos del renacido proyecto camagüeyano La Skina, quienes hicieron de las suyas deleitando a los presentes con sus improvisaciones, las cuales se hacían a partir de los pie forzados que daban los asistentes, o con tema libre.
Pero eso no fue todo, también los participantes del Trakean2 tomaron por asalto la escalinata del instituto preuniversitario Álvaro Morell, las calles y los parques de la Villa Azucarera y del municipio de Florida, escenarios, a veces improvisados, que contaron con muy buena aceptación y afluencia de público, que se aglutinó para disfrutar del talento artístico de los jóvenes raperos.
Como ya es habitual, la novena edición del Traken2 también contó con espacios de debates e intercambios teóricos, que tuvieron como plato fuerte las opiniones, críticas y reflexiones acerca del todavía insuficiente apoyo y la falta de comprensión, divulgación y apertura de espacios para el hip hop por parte de las instituciones cubanas. Temas que se repiten en cada festival, pero que a corto plazo no tienen soluciones concretas.
También se debatió acerca del carácter capitalino de la Agencia Cubana de Rap, de su poca capacidad para representar al hip hop nacional, y de sus insuficientes recursos para apoyar los diferentes proyectos que existen en el país.
A diferencia de certámenes anteriores, en este fue escasa la presencia femenina, solo representada por la MC La Fina (Yamay Mejías Hernández), cuya voz y talento siempre aporta variedad al producto cultural y hace que sea más atractivo para el exigente público camagüeyano. Quizás eso se haya debido a que, hace relativamente muy poco tiempo atrás, esta ciudad fue sede del encuentro nacional de mujeres raperas, y que la mayoría de ellas se encontraban cumpliendo otros compromisos artísticos o produciendo sus discos en los estudios alternativos.
A pesar de que en Camagüey predomina el gusto popular por la música tradicional (son, rumba, trova), el rap ha podido tener presencia en algunos de los escenarios más distinguidos de la urbe. Y a pesar de que, en honor a la verdad, no se aprecia un boom del género entre la juventud, su chispa no se ha apagado y cada día suma más seguidores, aunque todavía los que más lo consumen constituyen minoría, y sus artistas y seguidores, en general, son demasiado discriminados por la sociedad, actitud que se basa más en la imagen que proyecta, que en el contenido y la calidad de lo que hacen sus artistas.
La pasión y el compromiso de los raperos con su trabajo, aún no son reconocidos por todas las instituciones afines con el movimiento del hip hop en Cuba, y hasta en ocasiones hay que escuchar juicios como que la “función social” de las instituciones culturales no es acoger a los raperos. Sin embargo, y por fortuna, cada día más cubanos, en especial los camagüeyanos, descubren que desde el hip hop también se pueden hacer buenas cosas. Muchos han visto algo que no sabían existía, con un acercamiento crítico a la sociedad, pero no para destruir, sino para fundar, unir, y desde la música y la poesía crear conciencia e incitar al autoanálisis.
A pesar de las buenas intenciones, de las cuales está lleno el camino del Infierno, y que ya el Trakean2 se acerca a la mayoría de edad, todavía fue insuficiente la divulgación del evento en los medios oficiales, y mucho menos en los barrios y otras localidades donde se extendió, lo que da la medida de cuánto trabajo falta por hacer en el campo de la comunicación institucional.
Reynier Acosta Benítez es un joven agramontino amante del buen rap, para él este evento es la oportunidad que tiene de intercambiar con otros jóvenes sus puntos de vista y sus gustos musicales. En cambio, Sandra Reyes Pérez nunca ha escuchado nada sobre este Festival, para ella es algo desconocido, aún cuando no es de las que se suma al montón de aquellos que juzgan a los que prefieren esta “onda”.
El próximo año Trackean2 está de aniversario redondo. Organizar un evento no es tarea de un mes y mucho menos de una semana, es por eso que desde ya las ideas se centran en el 2018. Serán diez las piñatas que se cuelguen por todo Camagüey para aglutinar lo mejor del talento del hip hop cubano.
Eliecer Velazco Cabrera, MC Murumba, el alma y fundador de los Trakean2, expresó que el próximo festival será por todo lo alto. Se pretende invitar a artistas foráneos, además de realizar conciertos en toda la ciudad para que el pueblo se dé cuenta y confirme que el rap, sigue Trakean2 en Cuba.
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10 de abril de 2017
Omar es un DJ de Santiago de Cuba, viajó poco más de 300 kilómetros para participar en la novena edición del Festival Trakean2, espacio donde confluyen poetas urbanos, grafiteros, disc jockeys y break dancers, que tuvieron un nuevo encuentro del 16 al 20 de marzo, en la ciudad de Camagüey, para defender, difundir y promover la cultura hip hop cubana. Pero Omar no solo es un DJ, también es maestro de ceremonias (MC), y sabe de animación y de “poner el ambiente caliente”. Él fue uno de los encargados de vivificar las presentaciones de los participantes procedentes de Pinar del Río, La Habana, Matanzas, Villa Clara, Ciego de Ávila, Santiago de Cuba, Guantánamo, y de la propia ciudad anfitriona.
Además de Omar, entre los invitados estuvieron Papá Humbertico y Mano Armada, y los grupos Golpe Seko, de Santiago de Cuba; Akdemia, de Ciego de Ávila; Campamento Subterráneo, de Guantánamo; Regimiento Clandestino y Pelotón Suicida, ambos de Villa Clara.
En ediciones anteriores la mayoría de las presentaciones se realizaban en la Casa del Joven Creador o en el Bosque Tecnológico, lugares cerrados y con menor concentración de público, pero este año los artistas y los organizadores fueron más ambiciosos y audaces, y sacaron el Trakean2 hasta el céntrico parque del Cristo (Padre Gonfaus), lugar que ya se ha hecho habitual en la ciudad de Camagüey para disfrutar de las presentaciones de los artistas underground.
Allí tuvieron lugar las denominadas Peleas de Gallo, que estuvieron a cargo de los raperos del renacido proyecto camagüeyano La Skina, quienes hicieron de las suyas deleitando a los presentes con sus improvisaciones, las cuales se hacían a partir de los pie forzados que daban los asistentes, o con tema libre.
Pero eso no fue todo, también los participantes del Trakean2 tomaron por asalto la escalinata del instituto preuniversitario Álvaro Morell, las calles y los parques de la Villa Azucarera y del municipio de Florida, escenarios, a veces improvisados, que contaron con muy buena aceptación y afluencia de público, que se aglutinó para disfrutar del talento artístico de los jóvenes raperos.
Como ya es habitual, la novena edición del Traken2 también contó con espacios de debates e intercambios teóricos, que tuvieron como plato fuerte las opiniones, críticas y reflexiones acerca del todavía insuficiente apoyo y la falta de comprensión, divulgación y apertura de espacios para el hip hop por parte de las instituciones cubanas. Temas que se repiten en cada festival, pero que a corto plazo no tienen soluciones concretas.
También se debatió acerca del carácter capitalino de la Agencia Cubana de Rap, de su poca capacidad para representar al hip hop nacional, y de sus insuficientes recursos para apoyar los diferentes proyectos que existen en el país.
A diferencia de certámenes anteriores, en este fue escasa la presencia femenina, solo representada por la MC La Fina (Yamay Mejías Hernández), cuya voz y talento siempre aporta variedad al producto cultural y hace que sea más atractivo para el exigente público camagüeyano. Quizás eso se haya debido a que, hace relativamente muy poco tiempo atrás, esta ciudad fue sede del encuentro nacional de mujeres raperas, y que la mayoría de ellas se encontraban cumpliendo otros compromisos artísticos o produciendo sus discos en los estudios alternativos.
A pesar de que en Camagüey predomina el gusto popular por la música tradicional (son, rumba, trova), el rap ha podido tener presencia en algunos de los escenarios más distinguidos de la urbe. Y a pesar de que, en honor a la verdad, no se aprecia un boom del género entre la juventud, su chispa no se ha apagado y cada día suma más seguidores, aunque todavía los que más lo consumen constituyen minoría, y sus artistas y seguidores, en general, son demasiado discriminados por la sociedad, actitud que se basa más en la imagen que proyecta, que en el contenido y la calidad de lo que hacen sus artistas.
La pasión y el compromiso de los raperos con su trabajo, aún no son reconocidos por todas las instituciones afines con el movimiento del hip hop en Cuba, y hasta en ocasiones hay que escuchar juicios como que la “función social” de las instituciones culturales no es acoger a los raperos. Sin embargo, y por fortuna, cada día más cubanos, en especial los camagüeyanos, descubren que desde el hip hop también se pueden hacer buenas cosas. Muchos han visto algo que no sabían existía, con un acercamiento crítico a la sociedad, pero no para destruir, sino para fundar, unir, y desde la música y la poesía crear conciencia e incitar al autoanálisis.
A pesar de las buenas intenciones, de las cuales está lleno el camino del Infierno, y que ya el Trakean2 se acerca a la mayoría de edad, todavía fue insuficiente la divulgación del evento en los medios oficiales, y mucho menos en los barrios y otras localidades donde se extendió, lo que da la medida de cuánto trabajo falta por hacer en el campo de la comunicación institucional.
Reynier Acosta Benítez es un joven agramontino amante del buen rap, para él este evento es la oportunidad que tiene de intercambiar con otros jóvenes sus puntos de vista y sus gustos musicales. En cambio, Sandra Reyes Pérez nunca ha escuchado nada sobre este Festival, para ella es algo desconocido, aún cuando no es de las que se suma al montón de aquellos que juzgan a los que prefieren esta “onda”.
El próximo año Trackean2 está de aniversario redondo. Organizar un evento no es tarea de un mes y mucho menos de una semana, es por eso que desde ya las ideas se centran en el 2018. Serán diez las piñatas que se cuelguen por todo Camagüey para aglutinar lo mejor del talento del hip hop cubano.
Eliecer Velazco Cabrera, MC Murumba, el alma y fundador de los Trakean2, expresó que el próximo festival será por todo lo alto. Se pretende invitar a artistas foráneos, además de realizar conciertos en toda la ciudad para que el pueblo se dé cuenta y confirme que el rap, sigue Trakean2 en Cuba.
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