El productor musical y la realidad del hip hop cubano… (Parte II)
10 de abril de 2017
En Cuba existe una comunidad de hip hop cubano que en el pasado fue la más fuerte de la región y, muy a mi criterio por lo que estoy observando, digo que muy pronto se podrá retomar el lugar que ocupamos antaño. A nadie le puede quedar la menor duda, pero para esto necesitamos saber en qué aguas estamos navegando y llamar a TODO por su nombre.
Algunos realizadores de música en Cuba, más conocidos en el mundo como beat makers, por sí mismos se definen como productores musicales, sin saber lo que implica. A otros más afortunados, sí se les puede llamar como tal, pero ¿a qué se debe esto? Muy simple: al amor y el egoísmo con el que practicamos el hip hop en Cuba.
Observando a la mayoría de realizadores musicales en Cuba, me he dado cuenta que tienen una determinación extraordinaria para solo hacer música hip hop. Los vemos en todos los lugares y son muy mencionados en las grabaciones que escuchamos y vamos frecuentemente. Valdría la pena analizar en profundidad lo que obtienen como resultado final, en cuanto a sonido se refiere por parte de ellos, y lo haré en un texto futuro.
De esta forma es que se han dado a conocer dichos realizadores a lo largo y ancho de la Isla, incluso muchos jóvenes con solo mencionar sus nombres los contratan para hacerlo y se muestran como productores donde quiera que llegan, pero nunca he leído un texto que establezca las diferencias entre unos y otros, y acá está mi interés, voy a describir la realidad de lo que implica un productor musical y establecer las diferencias usando como patrón el realizador musical.
El productor musical va más allá del mero hecho de hacer el instrumental de un tema musical, o realizarlo y grabarlo para más tarde este tema corra por la suerte que corren la inmensa mayoría de los temas musicales rap y/o hip hop cubanos, dispersos en un sin fin de espacios de la internet, sin siquiera saberlo por ellos; desconociendo la realidad estadística de estos para estrategias futuras y, para colmos, sin cotizar un centavo para su beneficio. De hecho, sin saber que si aún el tema es colgado en el Internet, el dueño de esa página está teniendo algún tipo de resultado y que debe ser, en algún modo, favorable para su web, de lo contrario, hace mucho esa página hubiese dejado de existir.
El productor musical es una persona visionaria, creadora y gestora de proyectos enfocados a un producto listo a socializar en un tema dentro de un CD, un CD realizado, o dentro de un espectáculo. Este es un investigador innato del sonido, de tendencias musicales, y que es capaz de elevar el poder de un artista tras el diálogo con el mismo. El productor musical es un conocedor de las leyes de derecho de autor y las manipula, según sea el caso, a partir de una estrategia determinada; es conocedor de la industria del entretenimiento y, por tanto, del mercado. Cuando de hip hop se trata, marca estrategias que van más allá de un artista para influir en la comunidad (y entiéndase como comunidad TODO lo que la rodea y no solo los artistas que participan), tiene la capacidad de pensar en un disco conociendo el resultado final del mismo y en dicha estrategia (menos en casos excepcionales) solo puede fallar si el colectivo con el que trabaja (manager o representante, productor artístico, publicista del artista o los artistas con los que trabaja) no están a la altura del proyecto visionado. El productor musical es un activista y tiene el poder de salirse del estudio y aportar a los raperos y cantantes en una presentación en vivo como DJ, y acá en Cuba tenemos algunos casos particulares que toman el micrófono y rapean. El último rasgo que podemos citar dentro de los productores musicales, y uno de los más importantes, es que los equipos con los que trabajan son en extremo caros. Hace bien poco visité a uno de ellos y en menos de un metro cuadrado fácilmente podía tener unos diez mil dólares, solo en equipos, y cuando uno le agrega las características del local (el estudio) para capturar el sonido, esta cifra indiscutiblemente puede crecer mucho más.
Ya establecí las diferencias, ahora, si eres rapero, o cantante, y te gusta socializar tu música dentro de las tendencias del hip hop, dime: ¿los productores musicales tienen tiempo que perder?; dime: ¿el costo de una pista de música realmente resulta caro siendo PROFESIONAL dentro del gremio? Muy a mi criterio y por la manera en que veo la vida, siento que en vez de ser altos los costos que puedan establecer los productores en la negociación con los artistas, lo que estamos haciendo es empoderando a toda una comunidad, que entre ella puede ser capaz, tras el diálogo, de establecer estrategias para salir adelante. Sí, OK, es difícil que todos nos pongamos de acuerdo porque cada uno pensamos diferente, pero cuando hablo de ponernos de acuerdo es aprender a negociar cada uno, según lo entienda, tras el uso del diálogo para un proyecto determinado, y repito DIÁLOGO, emitir criterios a partir de lo que se entiende y saber escuchar, siempre pensando en cómo crecer y de alguna manera que ambas partes al ponerse de acuerdo tengan ganancias, se distribuyan mejor los beneficios, que no siempre tienen que ser económicos aunque sea un principio simple de intercambio. De este modo, el resultado será en favor de toda la comunidad porque solo uno que saque la cabeza, permitirá, con inteligencia, que el resto se les sume en esa pequeña ventana abierta.
Leer la primera parte
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10 de abril de 2017
En Cuba existe una comunidad de hip hop cubano que en el pasado fue la más fuerte de la región y, muy a mi criterio por lo que estoy observando, digo que muy pronto se podrá retomar el lugar que ocupamos antaño. A nadie le puede quedar la menor duda, pero para esto necesitamos saber en qué aguas estamos navegando y llamar a TODO por su nombre.
Algunos realizadores de música en Cuba, más conocidos en el mundo como beat makers, por sí mismos se definen como productores musicales, sin saber lo que implica. A otros más afortunados, sí se les puede llamar como tal, pero ¿a qué se debe esto? Muy simple: al amor y el egoísmo con el que practicamos el hip hop en Cuba.
Observando a la mayoría de realizadores musicales en Cuba, me he dado cuenta que tienen una determinación extraordinaria para solo hacer música hip hop. Los vemos en todos los lugares y son muy mencionados en las grabaciones que escuchamos y vamos frecuentemente. Valdría la pena analizar en profundidad lo que obtienen como resultado final, en cuanto a sonido se refiere por parte de ellos, y lo haré en un texto futuro.
De esta forma es que se han dado a conocer dichos realizadores a lo largo y ancho de la Isla, incluso muchos jóvenes con solo mencionar sus nombres los contratan para hacerlo y se muestran como productores donde quiera que llegan, pero nunca he leído un texto que establezca las diferencias entre unos y otros, y acá está mi interés, voy a describir la realidad de lo que implica un productor musical y establecer las diferencias usando como patrón el realizador musical.
El productor musical va más allá del mero hecho de hacer el instrumental de un tema musical, o realizarlo y grabarlo para más tarde este tema corra por la suerte que corren la inmensa mayoría de los temas musicales rap y/o hip hop cubanos, dispersos en un sin fin de espacios de la internet, sin siquiera saberlo por ellos; desconociendo la realidad estadística de estos para estrategias futuras y, para colmos, sin cotizar un centavo para su beneficio. De hecho, sin saber que si aún el tema es colgado en el Internet, el dueño de esa página está teniendo algún tipo de resultado y que debe ser, en algún modo, favorable para su web, de lo contrario, hace mucho esa página hubiese dejado de existir.
El productor musical es una persona visionaria, creadora y gestora de proyectos enfocados a un producto listo a socializar en un tema dentro de un CD, un CD realizado, o dentro de un espectáculo. Este es un investigador innato del sonido, de tendencias musicales, y que es capaz de elevar el poder de un artista tras el diálogo con el mismo. El productor musical es un conocedor de las leyes de derecho de autor y las manipula, según sea el caso, a partir de una estrategia determinada; es conocedor de la industria del entretenimiento y, por tanto, del mercado. Cuando de hip hop se trata, marca estrategias que van más allá de un artista para influir en la comunidad (y entiéndase como comunidad TODO lo que la rodea y no solo los artistas que participan), tiene la capacidad de pensar en un disco conociendo el resultado final del mismo y en dicha estrategia (menos en casos excepcionales) solo puede fallar si el colectivo con el que trabaja (manager o representante, productor artístico, publicista del artista o los artistas con los que trabaja) no están a la altura del proyecto visionado. El productor musical es un activista y tiene el poder de salirse del estudio y aportar a los raperos y cantantes en una presentación en vivo como DJ, y acá en Cuba tenemos algunos casos particulares que toman el micrófono y rapean. El último rasgo que podemos citar dentro de los productores musicales, y uno de los más importantes, es que los equipos con los que trabajan son en extremo caros. Hace bien poco visité a uno de ellos y en menos de un metro cuadrado fácilmente podía tener unos diez mil dólares, solo en equipos, y cuando uno le agrega las características del local (el estudio) para capturar el sonido, esta cifra indiscutiblemente puede crecer mucho más.
Ya establecí las diferencias, ahora, si eres rapero, o cantante, y te gusta socializar tu música dentro de las tendencias del hip hop, dime: ¿los productores musicales tienen tiempo que perder?; dime: ¿el costo de una pista de música realmente resulta caro siendo PROFESIONAL dentro del gremio? Muy a mi criterio y por la manera en que veo la vida, siento que en vez de ser altos los costos que puedan establecer los productores en la negociación con los artistas, lo que estamos haciendo es empoderando a toda una comunidad, que entre ella puede ser capaz, tras el diálogo, de establecer estrategias para salir adelante. Sí, OK, es difícil que todos nos pongamos de acuerdo porque cada uno pensamos diferente, pero cuando hablo de ponernos de acuerdo es aprender a negociar cada uno, según lo entienda, tras el uso del diálogo para un proyecto determinado, y repito DIÁLOGO, emitir criterios a partir de lo que se entiende y saber escuchar, siempre pensando en cómo crecer y de alguna manera que ambas partes al ponerse de acuerdo tengan ganancias, se distribuyan mejor los beneficios, que no siempre tienen que ser económicos aunque sea un principio simple de intercambio. De este modo, el resultado será en favor de toda la comunidad porque solo uno que saque la cabeza, permitirá, con inteligencia, que el resto se les sume en esa pequeña ventana abierta.
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