Hip hop entre puentes, y con la marea alta



La ciudad de Matanzas, una tradicional plaza para el hip hop cubano, parecía dormir en el silencio y el olvido. Desde hacía más de dos años los amantes del flow deambulaban por sus calles sin lugar fijo para encontrarse, compartir su afición por la música o simplemente intercambiar y comentar los últimos acontecimientos de la cultura alternativa. Los más afortunados se trasladaban, de vez en vez, a localidades relativamente cercanas como Colón, Perico, Varadero y otras, para participar en festivales, asistir a presentaciones o simplemente reunirse a escuchar música. Pero el rap seguía latente entre sus jóvenes y una nueva hornada irrumpió en la escena matancera para defenderlo, honrarlo y multiplicarlo.

Quiso el destino que el MC El Radikal conociera del interés del joven Carlos Javier Luque por hacer revivir las peñas de rap en Matanzas y puso manos a la obra para permitir que eso sucediera.

Primero se familiarizó con la obra de Luque, después vinieron largas jornadas en las que tocaron infinidad de puertas, entreabiertas unas, cerradas y selladas otras, pero la perseverancia pudo más, y al final pudieron encontrar un espacio, las noches de los terceros miércoles de cada mes en la Casa de la Cultura Bonifacio Byrne, cuyos valientes instructores cedieron el espacio, a pesar de las reticencias de algunos funcionarios para organizar la peña que bautizaron Poesía Urbana.

A la idea se sumaron también los alumnos del curso de diseño del profesor Rolando Estévez, quienes con sus trabajos finales contribuyeron a ambientar los salones de la casona y, en especial, el graffitero Abel Jesús Antón Guerra, quien se encargó de diseñar la campaña publicitaria y la tela que se colocaría en el escenario la noche inaugural.

Una historia de rap

Todavía sin conocerlo, la personalidad de Carlos Javier descollaba entre los asistentes a la inauguración de la peña, que se acomodaban en las mesas que cubrían el patio de la instalación. Su nerviosismo era evidente, saludaba, preguntaba, orientaba, no quería dejar nada a la improvisación, y los más experimentados decidieron dejarle asumir el protagonismo, como para que no olvidara jamás esa experiencia: su primera presentación en vivo ante el público matancero, acompañado de raperos establecidos.

A duras penas PMU logró obtener algunas declaraciones de Carlos Javier, que sirvieron de prólogo a una noche singular: “Desde los catorce años comenzó mi afición por el rap, no solo por las particularidades del género, sino también porque me di cuenta de que era la vía idónea para canalizar mis inquietudes artísticas y sociales, conjugar la música con actitudes ante la vida y expresar mis puntos de vista acerca de las cosas que me rodean en todos los ámbitos.

Al principio estaba desorientado, pero no solo yo, también muchos de los amantes del rap aquí, en la ciudad de Matanzas. No sabíamos dónde acudir, a quién dirigirnos, no teníamos ningún espacio. Escuché de lo que hacían los Negros Zulú de la AKDmia, en Colón, y salí en busca de ellos. El MC Pedro me recibió con los brazos abiertos, me orientó, me ayudó, fuimos uno más entre ellos y me alentaron a componer, a exponer mi música en cada lugar y oportunidad que tuviera. A ellos, y a Pedro en especial, les quiero dedicar también, junto a muchos otros, esta primera noche de Poesía Urbana, que es también suya.

Pero sobre todo quiero destacar al MC El Radikal, quien me ha estimulado más que nadie, me ha apoyado material, espiritual y artísticamente. Él no solo escuchó y criticó de la mejor manera posible mi demo A mi manera, sino que también me alentó a seguir adelante, me aconsejó y me acompañó hasta el día de hoy. De no ser por sus consejos y su experiencia, la peña no hubiera sido posible. En realidad, el verdadero organizador de todo esto ha sido él, y con extrema modestia me ha cedido todo el crédito y el protagonismo para que lo disfrute junto a mis amigos.

Ahora estoy seguro de que los raperos cubanos somos una gran familia, a pesar de lo que dicen algunos por ahí de la tiradera, el regionalismo y otras cosas. Por ejemplo, cuando el MC El Bala, integrante de la Malcom Beybe, supo que yo tenía preparado mi primer disco, no lo pensó dos veces y me invitó a su estudio alternativo en La Habana. Ahora, puedo decir que próximamente saldrá a la luz con el título Adrenalina y estoy muy contento con el trabajo. Eso solo pasa aquí.

En esta primera jornada de la peña Poesía Urbana quise que todos ellos estuvieran aquí, para compartir, divertirnos y, al mismo tiempo, poder abrazarlos y agradecerles por lo que han hecho por mí y por el rap cubano. No puedo pasar por alto tampoco el apoyo que me ha dado el graffitero Abel Jesús Antón Guerra, quien es graduado de la Escuela Nacional de Arte. Los carteles y la tela que sirve de escenografía para la peña los diseñó él.

Sin embargo, de todo corazón creo que esto no hubiera sido posible sin la existencia de PMU y de todos los que de una forma u otra colaboran con la página. A todos muchas gracias y un fuerte abrazo”.

El rap invadió Matanzas

Casi sin pausas, de los abrazos y los estrechones de manos de bienvenida se pasó a la música y la descargaen un ambiente distendido que hacía mucho rato no disfrutábamos.

Como buen anfitrión, Carlos Javier abrió la noche con los principales temas de su demo A mi manera, los que fue mezclando con algunos estrenos del disco en preparación Adrenalina, entre los que destacan “El Chismosón”, “Cuba” y “Soy guapo”, que atañen directamente a importantes problemas sociales y que tienen como idea central que la culpa de los males del país es de los propios cubanos que actúan mal como ciudadanos.

Casi sin transiciones, ni presentaciones ostentosas y grandilocuentes, marcado por la humildad y el respeto a la obra de sus hermanos raperos, Carlos Javier cedió el escenario a las presentaciones de los integrantes de la Malcom Beybe, Las Klidas y MB, Konciencia, Zona Sur, Akdmia, El Positivo, El Opuesto y muchos otros en representación de los raperos de casi todo el país, que festejaban juntos el nacimiento de un lugar permanente para el hip hop en la Atenas de Cuba.

Finalmente, todos subieron al escenario y entre improvisaciones y bailes pusieron fin a la noche.

Nota aclaratoria necesaria

Este reportaje debió publicarse algún tiempo atrás, pero razones ajenas a la página lo impidieron. Sin embargo, ello nos dio la oportunidad de comprobar que el espacio “Rap entre puentes” no fue cosa de un día, sino que llegó a Matanzas para quedarse, y que se mantiene como un bastión del hip hop en esa ciudad para bien de Carlos Javier y de todos los que aman el rap. A todos ellos ¡enhorabuena!

Ver fotos del evento

Atrás


Comentarios   Dejar un comentario
No hay comentarios en este momento.