Breaking the Silence puede dar un gran concierto, ¿por qué persisten las trabas a su trabajo?



El sábado 8 de abril, cerca de las once de la noche, los muchachos de Breaking the Silence electrizaron la terraza que se levanta a orillas del mar en el Centro Recreativo Mella de la ciudad de Cienfuegos. Tomaron el lugar con la convicción y la potencia que logran imponer los más osados. Con nuevos temas y varios artistas invitados mantuvieron la energía latente por alrededor de hora y media de concierto.

La noche fue subiendo poco a poco junto a Alexis de la Rosa (integrante de Treatment Choise) y El Tiburón (antiguo vocalista de Breaking…), ambos invitados por la banda, y El Willy se apartó de toda timidez y demostró cómo se canta en vivo. Otro momento fue el espacio ofrecido por Breaking… para el debut de Un grupo de punk, título de una de las nuevas bandas que trabaja el género homónimo, hace apenas unos meses.

Sin dudas, Breaking… ha ido escalando. La banda ha venido experimentando en varias facetas del metal, desde los tiempos en que se llamaba Mordor, y hoy continúan sondeando nuevos ritmos y géneros. Han logrado incorporar hardcore, metalcore y otros sonidos por el estilo, logrando una movilidad musical tanto en la creación independiente como en la realización de covers. Así lo demostraron con la ejecución de algunos arreglos a temas de bandas como We Came as Romans, Abandon All Ships, Bring Me The Horizon y Asking Alexandria, que desataron el slam.

PMU estuvo allí y captó las imágenes, pero más allá de hablarnos sobre el concierto, los muchachos de Breaking… prefirieron desahogar las penas que, pese a ser profesionales, continúan acechando a cualquier grupo de rock en Cuba, con solo unas pocas excepciones. Aquí sus declaraciones:

“En estos momentos estamos buscando una peña fija en Cienfuegos, porque lo que más nos interesa es lograr muchas presentaciones y el espacio de hoy es en realidad la peña del grupo Dana. Supuestamente no hay un espacio para nosotros y Cultura no nos quiere dar la luz. Ya entregamos el proyecto a la AHS, a Cultura y a la Empresa de la Música, y nos dicen que no hay espacios. Fuera de provincia hemos visto mucho más apoyo, tenemos invitaciones para La Habana, Placetas, Caibarién y Holguín, pero aquí nada. Excepto Dana que son los únicos que nos han apoyado para que toquemos en sus peñas, los sábados alternos de cada mes.

¿Por qué? Pues muy sencillo, nosotros hacemos una música que no es comercial, el rock en Cuba sigue siendo para un público mínimo. Para muchos, ser profesional es hacerse comercial, pero nosotros no lo tomamos así, y cuando quieres seguir haciendo tu música, se te empiezan a cerrar puertas. Entonces, los que antes te invitaban como aficionado, ahora resulta que no tienen el presupuesto para pagarte como profesional”.

También les preguntamos sobre la posibilidad de que entren a formar parte de la Agencia Cubana de Rock. Javier Sánchez, baterista y fundador de la banda nos respondió con su propia experiencia: “Tienes que ser de La Habana, muy pocas bandas de provincia están ahí. Yo audicioné con Treatment Choise y cobré gracias a una transitoria, porque para seguir siendo parte de la Agencia, tenía que ser de La Habana. No lo veo lógico, si te evalúan frente a un grupo de miembros del Instituto de la Música, entre los que estaba López-Nussa, la gente de Tesis de Menta y otros conocidos, que al final no puedas seguir siendo parte de ella por la cuestión de la dirección de tu casa, es totalmente injusto, o sea que la Agencia Cubana de Rock debería llamarse la Agencia Habanera de Rock.

Los grupos de la Agencia son subvencionados con audio, hospedaje, transporte, etc. El resto de los grupos de Cuba están embarcados. Los grupos de la Agencia cada vez que van a un festival se quedan en los mejores hoteles de la ciudad. Por ejemplo, en el último Ciudad Metal se quedaron en el Santa Clara Libre, mientras que el resto se quedaron en el Hotel Modelo, súper alejado del centro de la ciudad. Eso es una especie de regionalismo y lo mismo pasa con la Agencia Cubana de Rap, fueron proyectos que se pensaron para el género y se quedaron solo para la Habana, la gente de provincia no tiene ninguna institución que los apoye”.

Por esa razón y otras discriminaciones que se generan alrededor de mecanismos diabólicos como ese, nace un abandono con respecto a los músicos que hacen metal, sean profesionales o no. Y voy más allá, ser profesional del metal se convierte hoy, en vez de una ventaja porque funcionas dentro de la legalidad, en la pérdida de posibilidades al ser canceladas numerosas invitaciones por falta de presupuesto, y aclaro, esta es una constante en festivales nacionales. Así perdió Breaking the Silence la oportunidad de participar en el Festival Sonidos de la Ciudad, que se realiza en Camagüey, al cual fueron invitados, pero por razones de presupuesto no pudieron ir, según nos explicaron: “El festival solo lo estaba auspiciando la AHS, cuando un evento de este tipo debería ser apoyado por Cultura, el gobierno y el resto de las instituciones implicadas”.

No obstante, Alejandro (director musical), Yero DJ (director general), Carlos, Javier y El Willy continúan trabajando en pos de viejos y nuevos anhelos. “Ahora estamos buscando más show, trabajando en nuestra imagen, y estamos montando otros números para ampliar nuestro repertorio y tener más espacios donde movernos. En los temas nuevos rapeamos más y estamos disminuyendo el uso de voces melódicas. Lo que más usamos son las voces guturales y aprovechamos mucho al Willy que rapea bastante, porque queremos lograr algo bien underground”.

Breaking the Silence también trabaja en su último disco que se llamará Motivos. Lo están grabando de forma independiente como hicieron con La cruda verdad y Miradas, sus dos anteriores. Del nuevo CD ya tienen cinco temas listos y algunas maquetas ya preparadas. Ellos insisten en renovar su repertorio con más música electrónica, hip hop, y Djent, por una renovación del metal más underground

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