Kike y su verdad



Enrique Téllez Peña es un joven tunero que, poco a poco, se ha ganado un puesto en el movimiento de trovadores de la ciudad de las esculturas. Kike, como cariñosamente le llaman sus amigos, llamó la atención de este colaborador hace un tiempo ya, y en ese entonces trabajaba como custodio en una institución cultural de Las Tunas, dedicando gran parte de su tiempo libre a la poesía y a componer sus canciones.

Después de algún tiempo, es grato notar su crecimiento profesional y la manera con que ha sabido sortear los obstáculos propios de una profesión tan difícil como el arte. Por esos motivos, nuestro proyecto se acercó a conversar con el joven artista, que accedió amablemente y nos contó su historia de artista y sus mayores pretensiones en su camino de trovador.

PMU: Kike, llevas poco más de tres años dedicándote a la trova, ¿qué fue lo que te enamoró de este tipo de música?

Kike: Definitivamente, el hecho de poder cantar una poesía. Desde pequeño escribo, un día me recomendaron que tratara de musicalizar aquello que escribía, a mí me gustó la idea y lo hice. Desde aquel entonces escribo y luego añado la música.

En mi casa no hay ninguna tradición musical, yo aprendí a tocar guitarra mirando. Muy poca gente te apoya, regularmente es muy difícil dedicarse exclusivamente a la trova, es un género que, salvo algunas excepciones, no da para el sustento. Yo lo hago porque me gusta, con el corazón.

PMU: Hablando en buen cubano, ¿quién te dio el visto bueno como trovador y compositor?

Kike: Bueno, muchas personas que me han escuchado cantar mis canciones, me han dicho que les gusta mucho, que es muy interesante lo que escribo y la manera en que lo hago. Pero, al final, yo soy de los que piensa que el mayor crítico de cada quien es uno mismo. Lo primordial es estar seguro de lo que se hace y, principalmente, lograr la satisfacción personal para poder intentar algo más.

Cuando muestres una canción a otra persona, primero debes habértela cantado a ti mismo muchas veces, ahí, después de encontrar fallas, defectos, algunas no sobreviven, las que sí, son las que ven la luz más allá de ti mismo.

Me he sorprendido últimamente de algunas reacciones muy buenas respecto a mi trabajo, pero te repito, uno no se debe regir completamente por eso, sino, no se mejora, no se crece. Lo peor que le puede pasar a un artista es quedarse estacionario, en el mismo lugar. Sí te puedo decir que muchas de esas opiniones me han demostrado que estoy, al menos, por el camino correcto.

PMU: Cuba es un país de una larga tradición de trovadores que parte de la vieja trova hace muchos años, ¿esa es tu verdadera influencia? ¿Cuáles son tus influencias dentro de la trova?

Kike: Son muchos los nombres, habría que hablar de muchos hasta llegar a Santiago Feliú, Carlos Varela, pero lo primero que uno debe plantearse es cómo quiere hacer trova. Cada uno de ellos hicieron su carrera desde su punto de vista. Personalmente, trato de vivir mi tiempo, cantar sobre las cosas que me preocupan, que siento, tratando de encontrar mi estilo y lenguaje propio.

PMU: Entonces, ¿podemos encontrar un sello propio en la trova de Kike?

Kike: Pues, claro. Todo parte desde la visión del artista. La poesía es un género literario y la manera de escribir de cada poeta es única, así mismo pasa con la trova. Ahí está el sello de mi música, mi realidad, aunque parecida, es diferente a la tuya, a la de los demás. El tiempo, y las circunstancias cambian completamente. Lo más importante es tratar de ser lo más sincero posible, ese es el verdadero secreto de lo auténtico.

PMU: Independientemente de lo difícil que es para ti encausarte como trovador, ¿pretendes seguir dedicando gran parte de tu tiempo a la trova?

Kike: Yo voy a seguir haciendo canciones, seguiré hablando en ellas de las cosas que nadie quiere decir por miedo. Sin temor presiones trataré de ser siempre yo, sin máscaras y sin telones.

PMU: Una última pregunta, ¿qué pretendes lograr con tu música?, ¿qué esperas cambiar?

Kike: Esto puede parecer poco original, yo le voy a seguir cantando a los que todos lo han hecho, al amor, la amistad, el odio, la violencia, a la sociedad. Hasta hoy día, los temas son los mismos, pero desde mi punto de vista y a través de la música quiero mover las conciencias, criticar, enaltecer, hacer pensar, lo mismo que todos, pero siendo yo. Esos son los sentimientos que me gusta encontrar reflejados en las canciones de otros trovadores y cuando no hallo esos temas en otras voces, los reseño yo.

Enrique Téllez Peña, Kike, es un joven que se compromete con la trova verdadera, aquella que es crónica de su entorno, sin tabúes o limitaciones morales o políticas. En cada canción suya, según sus propias palabras, deja una parte de sí mismo para convertirla en algo más que simples versos, queda en ellas un trozo de su alma que espera perdure y sea entendible en cualquier época futura, dentro y fuera de la isla.

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