Other Life encontrando su camino



La primera vez que vi y escuché Other Life fue en un concierto celebrado en Holguín. Esa vez fueron invitados por Rafael Noris, MC Tr@ke, para que participaran junto artistas de más experiencia del movimiento underground. Aquella vez los mencioné en un artículo que reseñaba el suceso, sin abundar en detalles, porque en ese momento me concentré en los artistas que se presentaron y que ya poseían, a simple vista, más oficio de raperos.

En este artículo, y puede ser contradictorio, no voy a profundizar en la obra de este joven proyecto, tampoco voy a hacer una extensa reseña de la presentación realizada por Jon Alexander Pérez y Guillermo Enrique Pineda, los muchachos de diecisiete años que conforman Other Life, mucho menos voy a describir su estilo o proyección escénica, porque no es cuestión que lo ameriten o no, de hecho, poseen cualidades en las que se pueden apoyar para llegar muy lejos, si la constancia y la pasión por el hip hop no muere en ellos. A dónde pretendo llegar, y disculpen la retórica, es que me di cuenta, al verlos por segunda vez en un escenario patrocinado otra vez por MC Tr@ke, de la importancia para las nuevas generaciones de raperos cubanos el hecho de tener la oportunidad de presentarse públicamente.

Other Life lleva poco más de un año intentando adentrarse en el, muchas veces oscuro y difícil, mundillo del movimiento underground, desatendido por la parte institucional y satanizado por muchos. El hip hop, como género musical, no es priorizado en alguna organización o institución, no solo de Cuba sino en gran parte del mundo. Por tanto, los muchachos de Other Life, en todo este período de tiempo, desde su unión como grupo, no habían encontrado una guía, una mano amiga en algún sitio de la ciudad de Holguín, que los condujera por el buen camino dentro del movimiento. Solo hasta ahora han podido compartir escenario con artistas de gran nivel como El D’Mente de Las Tunas, Phillips Flow de Holguín, El Peregrino y El Apóstol de Guantánamo, y, por supuesto, MC Tr@ke.

Diferentes y diversos, pero unidos por convicciones comunes, los artistas underground de la zona oriental han comenzado a evolucionar y tienen como epicentro de esta renovación del movimiento, sin lugar a dudas, a la ciudad de los parques, Holguín. Desde aquí, los muchachos ya son tema de conversación en toda la isla, definitivamente, no se concentran solo en organizar conciertos y llevarlos a las comunidades, sino que también invitan a agrupaciones y solistas de las provincias cercanas y han convertido esto en un suceso cultural que atrae a personas de todas las edades, amantes o no de la cultura underground. Tanto es así, que no pude ignorar la alegría mostrada tras la presentación de los jovencitos de Other Life y, por eso, me acerqué mientras algunos de sus amigos, que habían llegado al lugar para verlos, se abalanzaron para felicitarlos con palabras emocionadas, las mismas que reprodujeron al comentarme que sentían tremendo orgullo de estar presentes en el concierto, que ahora sí había que aguantarlos, porque teniendo dónde presentarse nada ni nadie podría hacer que abandonaran el rap.

Definitivamente, estos tipos de eventos son ideales para desarrollar artistas noveles, y son idóneos, además, para visualizar nuevos proyectos que encuentran muy poco espacio para darse a conocer. Solamente el hecho de compartir escenario con raperos veteranos, les da a ellos la posibilidad de medirse o compararse, en el mejor sentido de la palabra, con los establecidos. También, la camaradería es un punto a favor de los más jóvenes, quienes encuentran consejos, sin costo alguno, de aquellos que llevan más tiempo pisando escenarios en diferentes lugares del país, sumados a las frases de ánimo y las críticas constructivas incluidas en las conversaciones previas y posteriores a la actuación.

Other Life, sin temor a equivocarme, ha dado un importante paso en su joven carrera. Los muchachos del proyecto han encontrado un excelente modo de compartir con otros artistas, intercambiar ideas, y, sobre todo, han logrado insertarse en el ya sólido movimiento underground de la región, gracias a los principales actores en Holguín.

Imaginemos por un momento que Other Life existe como un proyecto novel diferente en cada una de las provincias de nuestro país, por supuesto, con otro nombre y estilo, que al igual que el dúo holguinero encuentran la promoción y el espacio para desarrollarse junto a conocidos artistas del movimiento nacional, esto sería de gran ayuda para la cultura underground cubana, porque permitiría a los exponentes ya establecidos que dejaran tras de sí, muy cerca, una nueva generación de artistas respetuosos y seguidores de sus enseñanzas y preceptos.

Precisamente, todo eso lo pude sentir y constatar el pasado 28 de mayo, cuando los jovencitos de Other Life participaron con la asistencia de más de trescientas personas de diferentes edades y razas. Ellos, ese día, actuaron de manera muy profesional, respaldados con un excelente audio, con luces inteligentes y hasta una máquina de humo. Se sintieron, y esto es lo fundamental, como en el más importante de los escenarios. Si hasta la fecha todavía tenían dudas o temores por cómo sería llegar, yo creo que, ahora, algunas de esas incertidumbres van siendo poco a poco disipadas.

Estoy seguro que no faltará una nueva oportunidad en cada espacio creado, aunque los jovencitos de Other Life deben seguir cultivando su constancia y perseverancia, para continuar creciendo paulatinamente dentro del movimiento. Y que esta experiencia sirva de inspiración para que otros, como Other Life, aprovechen las oportunidades de insertarse en el movimiento underground, en cualquier parte de la isla, para encontrar su camino.

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