Misiones con K’Bolá: Oscar Sánchez y la canción freaky



Respirar, andar, compartir y hacer nuevos amigos a través del diálogo inteligente que lleva a su música, podría ser la misión del joven cantautor Oscar Sánchez. Holguinero de nacimiento, ahora radicado en La Habana, trajo su buena onda y la canción freaky al acervo de un público que espera cada mes la peña del proyecto cienfueguero KʾBolá. Rodeado de artistas plásticos en plena acción pictórica, Oscar entregó alrededor de cinco temas al ritmo de la marímbula y la guitarra. Algo rarísimo, pensaron algunos durante los primeros acordes. Una mezcla de rap, con trova tradicional y nueva trova, ademanes explícitos y teatralidad campechana, además de la marímbula, por supuesto, sin dudas fue todo inesperado, pero muy bien recibido.

Una vez en Cienfuegos, el joven de 31 años aprovechó todos los espacios y cuando terminó la peña de K’Bolá, lo encontramos en el Café Teatro Terry, donde Nelson Valdés lo había invitado a compartir escenario. Su versatilidad musical es admirable y su personalidad franca. Aquí compartimos la entrevista que nos concedió amablemente después de una larga jornada.

PMU: Hola Oscar, vamos a empezar con una pregunta sencilla, ¿cuántos instrumentos tocas?

Oscar: El tres, la guitarra y la marímbula. Toco la guitarra desde los 15 años, por el camino encontré el tres y hace un par de años empecé a tocar la marímbula. Se la compré a una amiga, Marvis Manzanet, en Guantánamo, cuando fui a un festival por allá y me di cuenta que ese es el instrumento de mi vida.

La visioné primero por el changüí y luego vi a Pedro Luis en Holguín, hace unos nueve años, en una gira que dio por Cuba, y desde ese día me quedé conectado con el tres y la marímbula. El concierto fue una clase magistral de música cubana profunda. Eso me obligó a estudiar más.

También hago cosas en la computadora para que suenen como una máquina, cuando quiero el sonido de instrumentos, grabo los instrumentos reales.

PMU: ¿Eso hiciste en el disco que presentaste hoy?

Oscar: Tengo dos discos oficiales. Todo lo hago yo, los corto, los pego, los pinto y escribo a mano los créditos, por supuesto, el disco lo imprimo, pero el resto lo hago a mano yo mismo. El disco que traje hoy para mostrar se titula Unknown Artist, es un trabajo a guitarra y a tres, en ese no utilicé la marímbula, pero en el otro que se llama Ojos que te vieron go, Never te verán come back, en ese sí la uso. Ahí incluí la primera canción que hice con marímbula. También tengo otros temas nuevos que todavía no he grabado, como “El huevo”.

PMU: ¿Esta manera de cantar distinta, que tal parece una conversación y que incluye todo un lenguaje corporal lleno de teatralidad, ha sido siempre tu estilo?

Oscar: Yo no empecé así. Mi comienzo fue trovadoresco, prácticamente guitarrista clásico. En realidad, no quería ser guitarrista clásico, pero quería aprender a tocar bien el instrumento, así empecé a estudiar Leo Brouwer, Villalobos y otros. Pasé dos años en eso y aprendí a tocar bien la guitarra. Todo fue de forma autodidacta, he tomado algunas lecciones con profesores de canto y solfeo, pero no pasé por ninguna escuela.

PMU: ¿Cómo reciben los públicos tu manera de cantar y la marímbula?

Oscar: En La Habana me va muy bien, la gente le descarga mucho. En Matanzas fue distinto, fue como: no hemos visto esto jamás, pero llovía y todos se quedaron allí escuchando, estoicos. Algo así como: quién tú eres, de dónde tú saliste. Hoy aquí hubo otra reacción. Todos los públicos son diferentes y las reacciones son interesantes.

He tenido altercados con músicos profesionales por mi forma de tocar la marímbula, porque cuando toco, me mantengo haciendo la misma cosa, para mí es como un beat que me va metiendo en un nivel de energía. Cuando estudié artes plásticas, me enseñaron algo muy interesante, que es la relación figura-fondo, fondo-figura. Si el fondo es complejo, la figura no puede serlo, pero si la figura es compleja, el fondo no puede ser complejo porque al final no puedes ver nada. Por eso, para mí, es importante que los instrumentos se mantengan en el nivel de acompañamiento y que lo más complejo sea lo que yo diga, lo que sale de mi boca.

PMU: Abordas temas diversos, ¿cuál te interesa más? Dicho de otra forma, si tuvieras que elegir entre todos los temas que abordas en tus canciones, ¿cuál elegirías?

Oscar: Todos, porque hay tiempo para todo. Hay tiempo para el bolero, para la trova tradicional, hay tiempo para la canción freaky fula. Hay que hacerlo todo, si tienes la capacidad, no te puedes poner límites.

PMU: Si hoy fueras a escribir una canción, ¿en qué te inspirarías?

Oscar: Eso tiene que ver con mi experiencia de vida. Ahora mismo, estoy muy preocupado por la bondad y por las cosas buenas y malas que vienen de los seres humanos. Por qué algunas personas se aferran a las cosas malas, por qué si has recibido cosas buenas, devuelves cosas malas. El ego es algo terrible.

PMU: ¿Has encontrado bondad en esta ciudad?

Oscar: Había venido a Cienfuegos en tres ocasiones anteriores al Festival Al sur de mi mochila, en el último viaje me encontré a la gente de Poco Bonito, en la UNEAC, y me invitaron a seguir la noche con ellos. A partir de ese día fue que empecé a apreciar lo bella que es esta ciudad y me di cuenta que los cienfuegueros no te abren la puerta enseguida, ellos primero te quieren conocer, saber lo que eres, sin avisártelo, desde la distancia, y entonces, después, te abren o no la puerta.

Oscar tiene otros dos discos que, aunque no los pasa, son el resultado de un trabajo y de un proceso. Uno, a guitarra limpia, que se llama Abrir camino, realizado en el 2009; y el otro fue resultado de un trabajo que hizo con la banda Cañenga, un grupo que tenía en Holguín. Concluyendo la entrevista le preguntamos sobre su misión como persona y concluyó: “Mi meta es vivir”.

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