KBolá por la cultura libre en Cuba: Malcolm Beybe y sus retos de hoy



Mencionar a la Malcolm Beybe era hablar de un colectivo. Sin embargo, desde hace alrededor de un año, las cosas no funcionan igual. No obstante los tropiezos, hoy la agrupación sostiene el firme propósito de unir a los artistas libres en pos de una cultura lejos de las manipulaciones. Acerca de las nuevos retos que enfrentan estuvimos dialogando con Escobar y El Opuesto, el primero es director y fundador de la Malcolm, y el segundo, uno de sus miembros actuales.

Escobar comenzó contándonos de los inicios de la emblemática agrupación: “La idea de la Malcolm Beybe empezó porque el hijo de un hermano que rapeaba conmigo se llamaba Malcolm, por Malcolm X, y yo venía de un proyecto que se llamaba Desde lo profundo, entonces hablamos y decidimos armar un piquete que trabajara serio y que estuviera formado por muchos raperos que aportaran sus estilos respectivos. Así fue que surgió la Malcolm Beybe, como un piquete bien grande que abogara por la unidad. Empezamos de uno en uno hasta que llegamos a tener veinte raperos. Ahora no es igual, muchos se fueron y dejaron destruir todo, yo me puse muy molesto con todo eso y desde hace un año atrás, la Malcolm Beybe es algo distinto a lo que habíamos creado. Hay muy poca gente trabajando, solo estamos El Opuesto, Morales, El Positivo y yo. Esta es otra etapa y vamos a seguir con los que quedamos. Ahora mismo, El Opuesto y yo somos los que estamos trabajando como Malcolm Beybe”.

El Opuesto no es precisamente el contrario de Escobar. Ambos descubrieron a alguien con quien trabajar, intercambiar ideas y hacer el hip hop que necesita Cuba. Sobre cómo se unieron sus caminos, El Opuesto nos comentó: “Cuando empecé como rapero en Santiago de Las Vegas, creé un proyecto llamado Zona Sur, integrado por varios artistas, y logramos hacer una peña semanal. Allí, como yo era la persona más inconforme con respecto al trabajo, nada me convencía, alguien me dijo que yo era ‘el opuesto’ a todo y adopté el nombre. Conocí a Escobar en la primera peña que hicimos, porque la Malcolm fue al evento, y después se hizo un hábito que la Malcolm estuviera en la peña todos los fines de semana. Luego, los raperos que trabajaban conmigo empezaron a fallar, no querían hacer sacrificios por la peña y se fue muriendo Zona Sur. Entonces empecé a trabajar con la Malcolm”.

Los dos artistas, líderes de sendas agrupaciones, tropezaron con la desunión que ha minado al rap cubano. Según El Opuesto, “el movimiento hip hop como cultura, que incluye todas sus manifestaciones, tanto el rap como el grafiti, tal es el caso de KBolá que desarrolla esta faceta del hip hop, necesita unidad. El movimiento hip hop cubano de lo que más ha carecido es de unidad”.

Entretanto, Escobar afirmaba: “pienso lo mismo, lo he vivido. Siempre viajamos a las provincias y cuando llegamos todo fluye muy bien, pero cuando nos vamos, vuelve todo a lo mismo, a veces empieza la tiradera. Eso lo hemos discutido con El Analista y con Rafa El Gatillo, que no son de esa forma. En todas las provincias hay una rivalidad inmensa y todo está dividido por bandos. Antes tenía mi proyecto Uniendo Manos, y llegaba con mi micrófono y grababa con una laptop en la calle, y unía a todos a hacer una canción, un vídeo. Ahora los recursos los tengo muy limitados y no he podido hacerlo más”.

La presencia de Escobar y El Opuesto en la peña de KBolá coincide con el interés de estos artistas y del proyecto cienfueguero en unir a los músicos alternativos de toda Cuba, y al respecto nos comentaron: “Siempre nos hemos preocupado por tratar de armonizar a los artistas y si estamos en un festival tratamos de que el evento funcione más allá del hecho de pararte en una tarima, sino crear un ambiente donde puedas intercambiar ideas, compartir cosas, incluso, hasta temas personales, porque si eres mi hermano, se supone que me tengo que preocupar también por tu vida y mil cosas”.

El hip hop cubano, como toda familia, ha sufrido desacuerdos y la tiradera es una realidad, pero a veces puede ser también un camino hacia la hermandad. Omar El Analista, ASPE y Escobar, en un free style que cerró esa noche de agosto en la peña de KBolá, lo demostraron.

Escobar más tarde confesó: “Es como un ritual que tenemos Omarito y yo. Desde la primera vez que fui a Santa Clara, ya él me estaba esperando y lo que menos pensé fue que me iba a tirar y aquello me gustó, porque pensé que allí podía esparcir la unidad que quería. Y al final, siempre sabemos que se trata de una descarga y el público lo disfruta”.

Ciertamente, la controversia, vista como polémica y no como altercado, puede dar buenos frutos. Ver nacer la creatividad, la poesía, el arte en general, siempre será saludable para el hip hop, o cualquier otro género alternativo en Cuba. Sobre criterios sinceros es que emerge la cultura libre.

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