La trova, el rap, el rock y la música cubana unidas tienen un solo nombre: Jorgito Kamankola (Por Malcoms “Justicia” Junco Duffay)



Todo sucedió de sorpresa el pasado viernes 22 de septiembre por la noche, cuando me dirigía animado hacia La Madriguera al supuesto concierto del grupo de rap Conflicto Social. Me quedé pasmado cuando me comentaron que se había suspendido la presentación de dicha agrupación ese mismo día y me asombré más aún cuando me topé con una de las causas pendientes dentro de mi trabajo como reseñador de eventos, cuando me informaron que habían cambiado a Conflicto Social por otro buen músico y colega, y al que respeto muchísimo por su obra, Jorgito Kamankola.

Una presentación como ésta no se puede pasar por alto, musicalmente es la mezcla viva de géneros como la trova, el hip hop, el funk, el rock y la música cubana en un contexto poético fabuloso de buenas letras románticas, sociales llenas de denuncias y crónicas, y no se ve todo los días, es una oportunidad única y una suerte poder disfrutarlo.

Se conmemoraba la cuarta edición del Festival Patria Grande donde Kamankola fue uno de los invitados distintivo y representativo. Para quien no conoce este certamen que empezó caracterizado por el rock & roll y que, ahora, se convirtió en un festival de música latinoamericana y caribeña, es una meta como artista poder participar en él.

Jorgito tocó algunos temas de su primer disco Antes que lo prohíban, un fonograma producido por el mismo artista y bajo la producción musical de Vicente Alejandro y Yibrán Rivero, que, además, tocaron físicamente algunos de los instrumentos, generalmente las guitarras, y que fue grabado en los Estudios Areíto de la EGREM Cuba y mezclado en Vieja Linda Record. El disco cuenta con la participación y colaboración también de artistas como Eme Alfonso y Samuel Águila, conteniendo doce tracks con canciones como “Las tiras de la momia”, “Sigo haciéndote el amor”, “Los centinelas me fusilan”, “La Ponina”, “Con la lengua afuera”, “Molotera y cañona”, “Pa’ que se forma entre otras” y, ¡OJO!, este fue el primer disco cubano autónomo desarrollado por el Crowdfunding Verkami, financiamiento por internet, con micromecenazgos desde Cuba. Hago un paréntesis para decir que esta es una opción que existe para los artistas underground que no están patrocinados ni contratados por empresa discográficas y que buscan la posibilidad de poder producir, promocionar y distribuir su arte de forma independiente.

Pero volviendo a la noche del concierto, Jorgito también tocó los temas “Conectao respirando”, “Tráfico de luz”, “Ametrállame”, “Será mi sangre”, “Como palo pa candela” y “Su lágrima en mis ojos”, canciones de su segundo disco Hasta precisar el aire, realizado en el año 2016, de igual forma que el primero y estrenado en Cuba, en el Cine Riviera en La Habana, en un concierto exclusivo el 5 de noviembre de ese mismo año. Este segundo disco cuenta, además, con doce temas también y, a criterio del artista, tiene un factor característico: es más desnudo en cuanto a instrumentos. Kamankola nos asegura que no tiene drums ni pianos, contiene un set de percusión con cajón, caja, tomtom, hi-hat, botija y yembé, y, por supuesto, el instrumento que nunca le faltará y siempre acompaña a Jorgito: la guitarra.

Conversando esa noche, Kamankola nos proporciona datos como que el disco fue grabado entre La Habana, Madrid, Barcelona, Galicia y Cádiz, y trae a los  invitados Javier Ruibal y Yaima Orozco, bajo la producción musical de Samuel Águila.

De más está subrayar el ejemplo de este artista en su énfasis de producción discográfica. Todo el mundo sabe lo difícil que es para un creador que no se las agencia con un DJ y toca con instrumentos en vivo, poder realizar satisfactoriamente sus grabaciones. Jorgito Kamankola es un ejemplo a seguir dentro del movimiento underground cubano por su visión y trabajo.

En nuestro encuentro, de paso nos adelantó que muy pronto comienza la producción y grabación de un nuevo disco, desarrollado de la misma forma de los anteriores y que se llamará Vientos. Este disco se grabará en los estudios BandEra, en la misma ciudad de La Habana y él será el productor general.

Saltando de un tema a otro, Kamankola regresa nuevamente a la presentación de esa noche en La Madriguera y nos explica que una de las características particulares de este concierto es que todo los temas fueron llevados a un formato de trío: drums, bajo y voz con guitarra. Según el propio Jorgito, el público lo está aceptando mucho de esta forma y se da cuenta que lo más importante es la canción. Los invitados que tocaron con él como parte de su proyecto fueron Miguel Alejandro Valdés en el bajo y en el drums; Ernesto Castillo, al que ya hemos visto acompañado a otros músicos; trovadores cubanos como Adrián Berazaín y Mauricio Figueral; y el invitado especial fue el cantautor trovadoresco y rapero Franco, quien también se las agenció para dar una grata presentación de tres temas con su propia guitarra, su fiel acompañante en el bajo y el mismo Ernesto en el drums. A este artista lo escoltó también en el tema “Hasta mañana no vengo”, el rapero Raudel Escuadrón Patriota, quien se introdujo para versionar la canción aumentando la energía del público.

El concierto concluyó, como era de esperar, con mucha satisfacción en los espectadores y del mismo Jorgito Kamankola, que, como dije anteriormente, demostró una vez más ser un artista excepcional, de los que se ven muy poco en estos tiempos, y con una de las propuestas más alternativas de la textura urbana social de este país.

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