Llegó el primer libro del hip hop cubano (Parte II) (Por Elier “El Brujo” Álvarez)



El Zamo, Alejandro Zamora, este año fue reconocido, en un encuentro de negros cubanos en la Universidad de Harvard, como historiador del hip hop cubano, aunque ante tanta responsabilidad él prefiere usar un término diferente para el trabajo que hace a favor del crecimiento de la comunidad. Además, trabaja con un proyecto de la Universidad de California (UCLA por sus siglas en inglés) para el rescate de la memoria histórica del hip hop cubano. Estos son solo un par de puntos sobre su quehacer dentro del gremio, para que entiendan la importancia de su trabajo y quién es el autor del libro “Rapear una Cuba utópica. Testimonios del movimiento hiphopero cubano”.

En las páginas del libro encontraremos veinte entrevistas que viajan por una gran parte del universo hiphopero cubano y lo conforman raper@s cristianos, raper@s, grafiter@s, activistas, intelectuales vinculados al hip hop cubano y, por tanto, se vuelve una necesidad imperiosa leerlo, para conocer con exactitud toda la realidad que nos formó como seres humanos que nos desarrollamos desde el hip hop. Y, sobre todo, entender a qué se debe que seamos una comunidad que busca necesariamente la integración de sus actuantes, que si bien nunca dejará de existir, y esto está comprobado, va siendo hora de actuar con un poquito más de coherencia entre el discurso del rap, la poesía hablada, el grafiti y cuánta manifestación del arte se involucre, para con nuestras acciones objetivas en la sociedad y su evolución.

En lo personal, me da dolor y vergüenza que con la fuerza que tenemos, hemos sido incapaces de encontrar métodos para poder levantar el país desde una postura cívica y colaborarles a los damnificados tras el último huracán que azotara casi todo el litoral norte, peor aún que el gobierno con sus medidas aduanales y de control social impida que sepamos, a ciencia cierta, cuál es el camino que toman todas y cada una de las donaciones que llegaron y llegan desde el exterior, con transparencia para los habitantes; ser capaces de ver en nuestros rostros que las cobren (estas donaciones) tras el sinsentido de que las donaciones llegan desde el exterior, pero el transporte que se usa para distribuirlo es administrado por el gobierno, a lo que más bien defino como un desgobierno por no darse cuenta de la realidad humana contenida en este hecho, sin contar que desde que tengo uso de razón siempre se han refugiado tras el discurso de “confíen en nuestro gobierno” y me pregunto: ¿Cómo confiar en ese gobierno que me hace sentir que yo nada puedo hacer por mí mismo?

Digo lo anterior, porque debido a esto es que el hip hop cubano se convierte en un pacificador de la sociedad por toda la violencia contenida por la frustración de los habitantes, aporta espacios para el diálogo de la sociedad, al mismo tiempo que crea nuevas bases e impulsa un nuevo camino para el desarrollo de esta. Pero repito, necesitamos lograr coherencia para la función de todo lo antes mencionado.

En este panorama, las redes sociales, de vez en vez, se vuelven un hervidero por lo que se ha vivido, y busquen la primera parte de este artículo para que sean parte del debate que se generó después del artículo que reseña el 13 Simposio, de manos de El Zamo. Por tanto, al ser este libro de entrevistas directas a los artistas y la historia contenida en él, nos conducirá a los orígenes de los aciertos y desaciertos de esa historia que, en mi criterio, ha tenido mucha incoherencia implícita en su desarrollo, teniendo en cuenta la manera que nos hemos desenvuelto. No obstante, vivimos otros tiempos y puede ser un gran contenido de alimento nutritivo y, por supuesto, contrapunteos intelectuales, conflictos, para ser exacto. Sin embargo, me consta que El Zamo lo hace con la intención de que sea un marco de fundamento y superación de los actuantes, por eso le pregunté qué perseguía con el libro y me aseguró que es la edificación, pero que está seguro que el diálogo es esencial para llegar a ella, por tanto, los puntos de rupturas son imprescindible, pues para nada está ajeno de lo que puede suceder después de ser leído.

A partir de sus palabras, mientras lo entrevistaba, noté un poco de inconformidad, porque hubo varias entrevistas que quedaron fuera de sus páginas, y puede ser esta una de las razones que se torna un nutriente en él, siendo una de las características de su personalidad que más me impacta, porque se vuelve cada vez más en una persona necesaria dentro del gremio; su postura y carácter tras los debates en las redes sociales; el rescate de artistas que mantienen su obra dentro del panorama urbano, pero que creativamente se alejan un tanto del rap, para él son razones de pujanza y factor de importancia en su obra; la memoria histórica, que se sepa de dónde vino la actitud de estos artistas, así como raperos y organizadores de eventos de la vieja escuela, siempre están presentes en sus palabras y posts que comparte, y en todo esto es necesario resaltar el diálogo con representantes de las instituciones, artistas, activistas e intelectuales. Todo esto es una constante en su cotidiano de vida.    

El lanzamiento del libro de forma oficial El Zamo desea hacerlo, primero, en un espacio relevante en la historia del hip hop cubano, como lo fue la Casa de Cultura de Centro Habana, en la famosa avenida Carlos III, o en una casa de las que hemos convertido en espacios para la socialización de nuestro arte por un sinfín de razones.

El libro es bien importante leerlo de principio a fin, para esto se podrá encontrar en lugares claves y de acceso para todos, porque creo bien importante llegar a él porque tenemos muchas y diversas ideas, pero subjetivas. Tal como hizo Mr. Pedro que ha convocado a “batallas escritas” (una novedosa forma de hacer freestyle a capella), pero con total desconocimiento en el gremio sobre esto y sin percatarnos que puede servir como espacio de interacción entre MC raperos y poetas (poesía hablada), por tanto se aparta de la realidad, posibilitando darle espacio a la cultura de imposiciones que se han mantenido como constante dentro del gremio a lo largo de su historia. Ideas novedosas como estas, alimentándolas con el conocimiento sobre lo que ha sucedido hasta ahora y el criterio de los actuales hiphoperos cubanos, se notarán de forma diferente en el qué hacer de los artistas. Sin contar todo lo que podemos aportar a la realidad social en la que vivimos y nos desarrollamos, nos permitirá organizarnos de forma independiente, crear nuestras estrategias de vida desde el hip hop cubano mirando el movimiento internacional.

Me es imposible negar que esté en extremo contento con este libro y, tanto El Zamo como yo, esperamos que este sea el primero de muchos otros libros de hip hop cubano. Recuerda, “Rapear una cultura utópica. Testimonios del movimiento hiphopero” abrió las puertas de este universo, ahora que recorra las calles y los universos subjetivos de cada uno para que se convierta en la sala de nuestra casa, linda, hermosa y tod@s quieran visitarla y nutrirse de lo que en ella se encuentra.

Leer la primera parte

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