De La Habana, de Santiago, de Cienfuegos, de Cuba: a nuestro entrañable Arugbo



Cuando conocí a Arugbo, el año pasado en una de las peñas del proyecto KBolá, lo primero que hice fue brindarle una cerveza o un trago de ron y él, con una sonrisa jovial, declinó mi oferta y solo aceptó un poco de agua. Para mi asombro total, ese artista, que había visto hacía unos minutos en el escenario con una energía y espontaneidad como ningún otro, era así naturalmente, y sin mediar alcohol regalaba su filosofía al mundo. Ese fue mi primer contacto con Arugbo, a lo que siguió la entrevista que amablemente nos concedió después del concierto, y unos meses más tarde, cuando pude reencontrarme con él, nos saludamos con tal agrado, como viejos amigos que se saben secretos. Así de especial te hacía sentir, por eso, dondequiera que llegó, creó una familia que quiere ser como él.

La partida física de Lazarito, Arugbo, o nuestro Cimarrón, entristeció a todos los que lo conocimos, pero como su espíritu libre y cordial no nos enseñó la amargura, intentamos devolver la alegría que siempre regaló. Sus amigos de KBolá pensaron en la mejor manera de hacerle honor: una feliz noche de descarga. Aquí reproduzco la gratitud colectiva en las palabras que cada artista compartió el 24 de octubre.

Pepe o Tooth Fairy: “Hoy mismo pusimos un vídeo de Arugbo y estuve bastante triste. Ahora te digo lo que me dijo una amiga: te estás engañando a ti mismo, Arugbo no se ha ido, si estás pensando en él es porque todavía está en ti. Esto es algo súper fuerte para toda Cuba, además de todo lo que fue musicalmente hablando, como persona era lo que necesita hoy el movimiento hip hop cubano. Trataba a todos como brothers y afortunado fue todo aquel que pudo compartir con él, aunque fueran 15 minutos. Hoy hice tres trabajos pensando en una canción de Arugbo que se llama ‘Por dinero’ y, sobre todo, pensando en la primera parte que dice algo así como: ‘surgió para ayudarnos y ahora mismo tiene millones de esclavos’, en eso me inspiré, nunca estás preparado para decirle adiós a ese tipo de persona. Me satisface que la última vez que conversamos me dijo que yo mostraba lo que es comprometerse con el trabajo y eso me alienta”.

Xiomi del Dúo D᾿Arezzo: “Yo tuve, gracias a Dios, la posibilidad de conocerlo en una peña de KBolá, ya lo había escuchado desde antes, pero verlo en vivo fue para mí una experiencia magnífica, esa energía, ese sentimiento, esa espiritualidad, y creo que para seguir tengo que ser como él, demostrar lo que él le demostraba al público y la mejor forma es con alegría. Lo mejor es seguir su ejemplo, desarrollar y hacer lo que él hizo, repartir arte por toda Cuba, repartir sueños y esperanza. Le dediqué una canción que expresa precisamente lo que Arugbo quería: esa libertad de andar, que no nos llamen bandidos por la calle, que se nos vea como personas aunque seamos diferentes. De eso va la canción ‘A ritmo de kizomba’, como sus convicciones, a un ritmo suave, pero fuerte hacia adentro, porque lo hacemos con el corazón”.

Richard de Contratiempo: “Cuando supe de su partida, no te puedo explicar lo que me pasó por la cabeza. Fue como si muriera el Bob Marley de Cuba. Para mí era el rey del reggae en la isla. Yo nunca había visto en vivo a un artista con tanta energía, con tanta buena vibra, era un performance viviente, con su guitarra chiquitica con una parte de metal ponía a todos expectantes. Me duele que uno de los principales exponentes, si no el principal, al menos para mí, del reggae de verdad, ese que es espiritual, pues ya no esté. La última vez que vino a Cienfuegos estuvimos conversando bastante de reggae y me contó que ‘Jammin’ era una de las canciones de Bob Marley que más le gustaban, hoy la tocamos en su nombre”.

Albertico o Ali: “Me creo una persona con suerte porque conocí a Arugbo, porque como artista en formación me inyectó mucha creatividad, fue una fuente caminante de creatividad, lo mismo cuando estaba en el escenario que transmitía con todo su cuerpo, que cuando se bajaba porque seguía siendo el mismo, no había discordia entre el artista y el hombre. A pesar de su edad se aproximaba siempre a los jóvenes, nos exhortaba a crear sin miedos y sin barreras mentales, nos decía que no se puede hablar de liberación si no eliminamos primero las barreras mentales. Las ideas martianas hay que creérselas primero, nos decía, y solo así los que están a tu alrededor sentirán esa energía. En mi obra, la mayoría de los rostros son difusos, con el ceño fruncido, sintiendo molestias, expresando cómo la preocupación por las masas opacó las necesidades y derechos del individuo a ser diferente. Me conecto con Arugbo por su búsqueda del último cimarrón como concepto, el rescate de los que no han perdido la educación, el respeto por la vida, por las mujeres, y mantienen sus valores éticos. Eso también lo trato en mis obras, no solo hoy que estamos dedicándole la peña, sino siempre. Siento que vamos juntos en el difícil camino de recuperarnos como nación, de recuperar la cubanía, más allá de las imágenes repetitivas de las mulatas”.

Company Yo: “Conocimos a Arugbo como Lázaro El Yanqui, hace muchos años, cuando estábamos empezando, por allá por el 2002, y fue uno de los que se nos acercó para decirnos: muchachos, sigan ahí. Al inicio, necesitábamos eso precisamente, y después nos hicimos amigos. Tres días antes de su fallecimiento, lo vimos en una parada y nos preguntó cuándo era nuestra peña, iba a estar allí el viernes, pero ocurrió lo peor. Nos impactó realmente, pero no creemos que lo hayamos perdido, le doy menos importancia al estado físico, porque si tu idea es fuerte es como si te quedaras entre la gente. Él apoyaba todo lo que se hacía en el rap, independientemente de tu estilo, no discriminaba, sino te animaba. Hoy le dedicamos el segundo tema que hicimos, que habla precisamente de nuestros antepasados y de la aceptación de uno mismo, tal y como somos. Aprendimos mucho de él, era increíble cómo se paraba en el escenario y lo dominaba totalmente, se liberaba por completo y llegaba a todos de una manera increíble, y eso era así siempre. Hay mucho que aprender de él, de sus ideas, de la forma en que aceptaba a las personas tal y como son. El mes pasado, en La Madriguera, él actuó y me gustaría que si alguien tiene grabado el momento, lo comparta, porque esa fue si no la última, una de sus últimas actuaciones.

A la familia de Lázaro y a todos los amigos y seguidores de su arte, dedicamos esta sentida reseña que retrata al incansable y entrañable cimarrón que fue.  

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