El rap me ha hecho despertar
13 de noviembre de 2017
Estableceré un análisis de los significados que adquiere en la música rap el discurso emancipatorio femenino, con la ayuda de las letras de algunas canciones, como “Homenaje”, “Cubensí” de Las Krudas, y “Supérate” de la Reyna y Franco. Veremos cómo, con diferentes enfoques, se ofrece una visión crítica de un proceso en el que se configuran identidades y subjetividades, tanto masculinas como femeninas.
La representación de la mujer que se intenta reflejar en esos textos no se realiza únicamente desde la perspectiva de género, sino que se hace mención a ella con un enfoque social, es decir, como proceso identitario y como parte constituyente de la cultura rapera cubana. Las fuentes que aquí se analizan proponen una mirada hacia la solidaridad femenina y hacia lo femenino.
Las Krudas, en un homenaje a las mujeres del hip hop en su disco Cubensi, nos dicen: “Las primeras que lo hicieron, el rap desde el comienzo definieron, guerrilleras en tarima que lucharon, encantaron, sorprendieron, demostraron y al hip hop le dieron alma, corazón y vida”. Frente a todas esas situaciones, estas mujeres raperas en su letra han configurado y desplegado una serie de estrategias de empoderamiento cuyo principal objetivo está en mitigar el silencio. Esto es también una puerta abierta a la reclamación de esas minorías silenciadas. Una reivindicación que exige un replanteamiento, así como una colocación. De esa forma legitiman su carácter feminista y hacen referencia, entonces, a la autorrepresentación identitaria, centrándose en su condición de mujer.
En otra de sus intervenciones, Las Krudas hacen un llamado al cambio de mentalidad en las mujeres violentadas. Las invitan a la defensa de los principios propios sin violencia, echando a un lado la ceguera total o parcial en la que a veces se escudan. Las Krudas continúan dando ejemplos en este sentido:
Ya llegó nuestro momento,
la verdad está empoderada.
[…]
Levántate ahora,
tomemos las armas,
vayamos toditas a las barricadas
y agárrense fuerte
que ahora nos toca dar la última estocada.
Somos las mismas que antes,
siempre vivieron calladas.
[…]
Esta es nuestra parte,
la rebelión ya está organizada.
Afibola hace uso de la cimarronería cultural. Enfoca así la cuestión genérica como campo de batalla de poder cultural, arguyendo para ello a formas de resistencias y oposición a estigmas y clasificaciones establecidas. En otro sentido: “A las que contaminadas con sistemas patriarcales no pueden o no quieren entender, luz para ellas. A las que contaminadas con sistemas patriarcales no pueden o no quieren entender, luz, luz para ellas”.
Incentivan a las féminas a la oposición de las formas históricas de representación. Desde ese modo estimulan el sentimiento de empoderamiento a las diferentes formas de sometimiento. Ya sean patriarcales o por no desprendimiento del carácter de subordinación. “Luz para ellas” es un mensaje de emancipación. Este tema expresa de manera juiciosa la existencia de una relación autoperpetuadora entre ella y el género que defiende. En este orden, al profundizar en estos temas, se aprecia una relación de oposición entre lo hegemónico y lo subordinado. Se visualiza poco a poco un replanteamiento, contra viento y marea, frente el estereotipo social de una cultura dominante masculina.
Desde otra perspectiva y no menos importante, la Reyna y Franco en “Supérate” nos muestran los tropiezos y los obstáculos que las mujeres deben afrontar en el mundo profesional. En este caso, el de la música rap, aunque en muchas cuenten con el apoyo de amigos.
Reyna:
[…] Llevo más de un año intentando colocarme
en un mundo donde la mujer poco forma parte,
donde las que estamos duro batallamos
por alzar nuestras voces y a veces ha sido en vano.
La Reyna, como las demás raperas, es muestra del elemento simbólico de la resistencia de las mujeres en el universo de la música alternativa. Se enaltece así progresivamente una cultura rapera femenina cuyo lema se fundamenta en la palabra resistir y ser. Para las mujeres raperas cubanas, las denominaciones resistir y oponerse son actitudes notoriamente pronunciadas en todos y cada uno de los desafíos que tienen que enfrentar al defender sus canciones, y con ellas a las mujeres, con las limitaciones propias de sujetos necesitados de elevar su autoestima social.
Las limitaciones se dan en diferentes órdenes. Se hace referencia a atributos que pueden ser considerados despreciables y son resignificados como esquemas discriminatorios, como son las mujeres gordas, las de piel negra, las consideradas bembonas por sus labios gruesos, en fin, aquellas que no cumplen con los requisitos que la hegemonía masculina considera como belleza canónica. Surge la interrogante: ¿Por qué las mujeres, por ser gordas, o de color de piel negra y labios gruesos, no son reconocidas como bellas? Ante la duda de muchos, Las Krudas nos hacen llegar, como respuesta, este mensaje en la letra “Candela”:
[…] Existe la diversidad,
como existe la delgadez
existe la obesidad.
Como existe lo claro
existe la oscuridad.
Como existe lo masculino,
existe la feminidad.
De manera que así realzan la belleza de la mujer prestando más importancia a sus cualidades como seres humanos y no viéndolas como piezas u objetos. Más bien son individuos sociales con una identidad propia que se nutre de cualidades y capacidades reconocibles y dignas de admirar. La riqueza identitaria es el resultado de esa diversidad a la que hacen referencia de manera muy elegante Las Krudas.
Los temas de las féminas raperas capitalinas son un claro llamado de atención, con un carácter social definido. Enmarcan en su entorno un reclamo a la ética, a los valores y a la justicia social que toda persona merece. Convocan al cambio y a la transformación como imperativos de mejora social, estimulan a las mujeres a librarse de las cadenas a las que el patriarcado las ha sumido durante siglos.
Cabe destacar que la música rap defendida por mujeres posibilita a sus exponentes vivir y representarse en un medio experiencial donde la actividad que realizan adquiere notabilidad y significado.
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13 de noviembre de 2017
Estableceré un análisis de los significados que adquiere en la música rap el discurso emancipatorio femenino, con la ayuda de las letras de algunas canciones, como “Homenaje”, “Cubensí” de Las Krudas, y “Supérate” de la Reyna y Franco. Veremos cómo, con diferentes enfoques, se ofrece una visión crítica de un proceso en el que se configuran identidades y subjetividades, tanto masculinas como femeninas.
La representación de la mujer que se intenta reflejar en esos textos no se realiza únicamente desde la perspectiva de género, sino que se hace mención a ella con un enfoque social, es decir, como proceso identitario y como parte constituyente de la cultura rapera cubana. Las fuentes que aquí se analizan proponen una mirada hacia la solidaridad femenina y hacia lo femenino.
Las Krudas, en un homenaje a las mujeres del hip hop en su disco Cubensi, nos dicen: “Las primeras que lo hicieron, el rap desde el comienzo definieron, guerrilleras en tarima que lucharon, encantaron, sorprendieron, demostraron y al hip hop le dieron alma, corazón y vida”. Frente a todas esas situaciones, estas mujeres raperas en su letra han configurado y desplegado una serie de estrategias de empoderamiento cuyo principal objetivo está en mitigar el silencio. Esto es también una puerta abierta a la reclamación de esas minorías silenciadas. Una reivindicación que exige un replanteamiento, así como una colocación. De esa forma legitiman su carácter feminista y hacen referencia, entonces, a la autorrepresentación identitaria, centrándose en su condición de mujer.
En otra de sus intervenciones, Las Krudas hacen un llamado al cambio de mentalidad en las mujeres violentadas. Las invitan a la defensa de los principios propios sin violencia, echando a un lado la ceguera total o parcial en la que a veces se escudan. Las Krudas continúan dando ejemplos en este sentido:
Ya llegó nuestro momento,
la verdad está empoderada.
[…]
Levántate ahora,
tomemos las armas,
vayamos toditas a las barricadas
y agárrense fuerte
que ahora nos toca dar la última estocada.
Somos las mismas que antes,
siempre vivieron calladas.
[…]
Esta es nuestra parte,
la rebelión ya está organizada.
Afibola hace uso de la cimarronería cultural. Enfoca así la cuestión genérica como campo de batalla de poder cultural, arguyendo para ello a formas de resistencias y oposición a estigmas y clasificaciones establecidas. En otro sentido: “A las que contaminadas con sistemas patriarcales no pueden o no quieren entender, luz para ellas. A las que contaminadas con sistemas patriarcales no pueden o no quieren entender, luz, luz para ellas”.
Incentivan a las féminas a la oposición de las formas históricas de representación. Desde ese modo estimulan el sentimiento de empoderamiento a las diferentes formas de sometimiento. Ya sean patriarcales o por no desprendimiento del carácter de subordinación. “Luz para ellas” es un mensaje de emancipación. Este tema expresa de manera juiciosa la existencia de una relación autoperpetuadora entre ella y el género que defiende. En este orden, al profundizar en estos temas, se aprecia una relación de oposición entre lo hegemónico y lo subordinado. Se visualiza poco a poco un replanteamiento, contra viento y marea, frente el estereotipo social de una cultura dominante masculina.
Desde otra perspectiva y no menos importante, la Reyna y Franco en “Supérate” nos muestran los tropiezos y los obstáculos que las mujeres deben afrontar en el mundo profesional. En este caso, el de la música rap, aunque en muchas cuenten con el apoyo de amigos.
Reyna:
[…] Llevo más de un año intentando colocarme
en un mundo donde la mujer poco forma parte,
donde las que estamos duro batallamos
por alzar nuestras voces y a veces ha sido en vano.
La Reyna, como las demás raperas, es muestra del elemento simbólico de la resistencia de las mujeres en el universo de la música alternativa. Se enaltece así progresivamente una cultura rapera femenina cuyo lema se fundamenta en la palabra resistir y ser. Para las mujeres raperas cubanas, las denominaciones resistir y oponerse son actitudes notoriamente pronunciadas en todos y cada uno de los desafíos que tienen que enfrentar al defender sus canciones, y con ellas a las mujeres, con las limitaciones propias de sujetos necesitados de elevar su autoestima social.
Las limitaciones se dan en diferentes órdenes. Se hace referencia a atributos que pueden ser considerados despreciables y son resignificados como esquemas discriminatorios, como son las mujeres gordas, las de piel negra, las consideradas bembonas por sus labios gruesos, en fin, aquellas que no cumplen con los requisitos que la hegemonía masculina considera como belleza canónica. Surge la interrogante: ¿Por qué las mujeres, por ser gordas, o de color de piel negra y labios gruesos, no son reconocidas como bellas? Ante la duda de muchos, Las Krudas nos hacen llegar, como respuesta, este mensaje en la letra “Candela”:
[…] Existe la diversidad,
como existe la delgadez
existe la obesidad.
Como existe lo claro
existe la oscuridad.
Como existe lo masculino,
existe la feminidad.
De manera que así realzan la belleza de la mujer prestando más importancia a sus cualidades como seres humanos y no viéndolas como piezas u objetos. Más bien son individuos sociales con una identidad propia que se nutre de cualidades y capacidades reconocibles y dignas de admirar. La riqueza identitaria es el resultado de esa diversidad a la que hacen referencia de manera muy elegante Las Krudas.
Los temas de las féminas raperas capitalinas son un claro llamado de atención, con un carácter social definido. Enmarcan en su entorno un reclamo a la ética, a los valores y a la justicia social que toda persona merece. Convocan al cambio y a la transformación como imperativos de mejora social, estimulan a las mujeres a librarse de las cadenas a las que el patriarcado las ha sumido durante siglos.
Cabe destacar que la música rap defendida por mujeres posibilita a sus exponentes vivir y representarse en un medio experiencial donde la actividad que realizan adquiere notabilidad y significado.
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