La Luz del spoken word en Cuba



Si les digo Luz Cristina Despaigne Garrido, nadie sabrá quién es, ahora si les digo Luz de Cuba, todos los relacionados al ámbito underground reconocerán a la leyenda del spoken word. Esta emprendedora de 60 años de edad se mantiene a la cabeza del movimiento feminista en el hip hop cubano.

Luz comenzó su carrera artística de manera empírica desde 2007 y la Alameda de Paula en la Habana Vieja es su cuartel general. Sentada cómodamente en un banco del parque conversó sonriente con nosotros.

“El nombre me lo puso mi abuela que era pensionada de la Guerra de Independencia y tenía que ver muchísimo con el sincretismo afrocubano. Mi trabajo está fundamentado en mis raíces, mi identidad y mi cubanía, que es el amor que me tiene aferrada a esta tierra: amo este cielo azul que tenemos y la forma tan especial que tiene el cubano. Nosotros reímos y cantamos a pesar de todos los problemas que tenemos. Eso es lo que soy, y represento a la mujer negra cubana”.

Después de esta presentación, la artista habló del género que desarrolla: “Cultivo el spoken word, o poesía hablada, con una gran influencia afronorteamericana y africana. El spoken surgió antes de la cultura hip hop en los Estados Unidos, pero ambas llegaron al unísono a nuestro país. Encontramos los primeros espacios para mostrar nuestro arte en las peñas de rap. Ahora también fusiono el jazz y lo electrónico y trabajo con músicos en vivo.

Mi estilo es sui generis, pues lo llené de lo afro, con un mensaje social y bailable, lo llamé poe dancing. Uno de mis primero temas, ‘Egum’, fue algo muy chocante en la cultura hip hop. Presenté un disco en el festival Puños Arriba, titulado Tinti Pentagrama. Mi productor es el DJ Drew y estoy muy contenta con su trabajo y colaboración. También hicimos el demo Propuesta, donde está el tema ‘Montuneando’, lleno del son que suena en Santiago de Cuba. Quiero que mi poesía tenga ritmo para que los jóvenes me atiendan, disfruten y escuchen mi mensaje. Porque con un público netamente de poetas es algo cerrado, llegas menos y quiero abrirme a las masas.

Además, he trabajado con los DJ Zander Black y David D’ Omni, así como los jazzistas Michel Herrera y Alexis O’Farril. Además con el proyecto PoesiConexion con el poeta Ahmed. He participado en los festivales que organiza Elier El Brujo. Entré en la plataforma de promoción de los poetas cubanos llamada Caminos de Palabras. Una bonita opción porque fue la primera vez que pude confrontar mi trabajo con colegas de otras latitudes. Me percaté de que la forma de decir del norteamericano no es igual a la nuestra, porque la dicción debe tener una cadencia rítmica, el flow, y el de nosotros es latino, más caribeño. No debe quedar como que estás declamando. Lo mío es hacer spoken word para bailar”.

Esta mujer que no descansa nos explicó también sobre qué escribe: “Mis textos abordan la defensa de la mujer negra cubana y de la tercera edad, mi fuerza a los 60 años encima del escenario es mi pequeño aporte. Quiero que se den cuenta que el camino es difícil, pero que se puede lograr la emancipación de la mujer. También hablo del amor a la Tierra y la defensa del ecosistema. Porque la Tierra es una mujer y es madre. Ataco lo que están pasando muchos niños y niñas en el mundo, que son maltratados y violados. El feminicidio que está pasando en México, principalmente en la ciudad de Juárez. No permito que me censuren.

Tengo noveno grado de escolaridad, que viene siendo un cuarto grado de la actualidad. Mi formación para decir lo que yo quiero la busqué leyendo e investigando, para poder sustentar que mi mensaje sea auténtico. Para hacer spoken word solo hay que querer decir”.

No podían faltar sus opiniones sobre la situación de las féminas dentro del Movimiento: “Las raperas cubanas tenemos la bota de los hombres puesta arriba. No nos dejan respirar, ninguna institución nos ha llamado para participar en los simposios de rap.

Mira La Reyna y La Real están partiendo la liga y no pertenecen a la Agencia de Rap. Esos dirigentes no apoyan al nuevo talento que viene surgiendo. Ellas dieron un conciertazo el 20 de octubre en La Madriguera, llevaron a los músicos y lo pagaron ellas. Su éxito radica en que cuando quieres triunfar, debes trabajar duro para ello. No pertenezco a ninguna parte y el año pasado participé en dos festivales en el extranjero, que me los busqué yo. No me lo dio nadie, yo tengo pasaporte independiente y me hago mis trámites.

No me interesa pertenecer a ninguna agencia. Todo depende del dinero, y el rap no tiene una plataforma de venta en Cuba. Los lugares caros no están aptos para los bolsillos de los muchachos. La promoción es bien difícil, la hago yo sola. Subo mis videos a mi canal de YouTube. Pongo mi música en SoundCloud. Muevo mi trabajo, no salgo de las redes”.

Luz de Cuba también nos cuenta sobre su trabajo actual: “Estoy ahora en el proyecto Omi Aina, ‘agua y candela’ en yoruba. Nos agrupamos tres artistas de la plástica, dos fotógrafas y yo. Es la visión de mujeres afrocubanas desde la perspectiva de las afrodescendientes en el rap. Haremos una exposición y un performance con un concierto llevado a cabo por las raperas que estarán en las fotografías. Llevaremos atuendos con los grabados de las artistas plásticas. También colaboro como vocalista con el grupo de jazz Golpes Libres, de Dennis Boffil.

Teníamos un intercambio muy fuerte con cultivadores norteamericanos del spoken word y Trump cerró la pila. Eso nos ha golpeado. Varios de nosotros nos presentamos en universidades y eso se acabó, no pudimos mostrar nuestro arte una vez más. No lo piensan, pero nos ha perjudicado a los afrodescendientes, sobremanera, Obama fue positivo en ese sentido. Por nuestra parte perseveraremos porque Estados Unidos no es el único país del mundo. La Federación de Mujeres Cubanas no nos apoya, a su presidenta no la conozco, solo la he visto por la televisión. La cara de esa organización es una mujer blanca, por lo tanto no es mía”.

Y de esta manera tan enérgica finalizó Luz de Cuba, esta destacada artista del spoken word cubano que ilumina a todos los que la conocen.

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