Activista del rap y el hip hop, Alejandro Zamora Montes (Parte II)



Continuamos con nuestra entrevista a Alejandro Zamora Montes, quien lleva casi una década consagrado a la conexión existente entre raza, género y exclusión social dentro y fuera de la cultura hiphopera cubana.

PMU: Se habla mucho de la dispersión y apatía entre aquellos que se involucraron con el movimiento hip hop en Cuba. Unos dicen que dicho movimiento ya es historia, otros que está en los estertores, y existen optimistas que mantienen la antorcha en alto, a pesar de lo que parece la “crónica de una muerte anunciada”. ¿Cuál es tu opinión al respecto?

Alejandro Zamora: Esa pregunta es interesante y creo que en el fondo tiene que ver con el enorme legado espiritual, político y sociocultural que ha aportado la cultura hip hop a nuestro país, a Latinoamérica, y al mundo… aunque muchos lo nieguen y a otros se les olvide, o les cueste trabajo reconocerlo. Seríamos ciegos si no admitimos que en la actualidad el panorama del hip hop cubano está atravesando por una aguda crisis. Posiblemente la más dura de todas. Movimiento, la primera revista cubana especializada en estos temas, sucumbió luego de once números y, hasta el momento –a pesar del interés de algunos pocos activistas–, no parece que exista una voluntad política para retomarla. Los festivales de rap fundados por Grupo Uno, que fungieron como plataformas para visibilizar globalmente los cinco pilares básicos de la cultura hip hop en Cuba, desaparecieron. Los simposios de hip hop cubano, espacios teóricos imprescindibles para el intercambio de miradas sobre temáticas relativas al activismo, identidad, género, racismo, sexualidad, subalternidad, discriminación racial y empoderamiento social, perdieron enormemente en eficacia y visibilidad. El empuje arrollador del fenómeno musical conocido como reggaetón, la histórica pobreza de gestión emprendida por la Agencia Cubana de Rap para promocionar a las agrupaciones y solistas que conforman su catálogo artístico (me refiero a los grupos que cultivan el rap ortodoxo) a través de todos estos años; la fragmentación, diáspora y luchas intestinas de muchas/os de los exponentes de esta cultura, así como la casi ausencia de rap cubano en el Paquete Semanal, por diversos motivos, son algunos ejemplos ilustrativos de esta crisis que te menciono. Sin embargo, a pesar de todo este cuadro crítico, me viene a la mente una frase que leí en cierta ocasión que rezaba: “La cultura hip hop es el reflejo de una sociedad que busca una alternativa que se construye y destruye al mismo tiempo, y lo trata de hacer con estilo”.

En estos momentos contamos con el magnífico trabajo promocional de Pedro y los Negros Zulus de la AKDmia, en Matanzas. Existe una plataforma digital llamada Yosotros, creada en Facebook por Elier Álvarez (El Brujo), que cuenta con más de 400 miembros, y en la que se establecen diariamente profundas discusiones sobre los logros, avatares y visiones futuristas del hip hop cubano. Esa misma plataforma digital motivó que el reconocido intelectual Pablo Herrera creara otra denominada Habana Hip Hop, donde se publican artículos interesantísimos sobre estos temas. Si bien quedan pocos sitios en la capital en los cuales aún se acuna el rap, se mantienen vivas las peñas en el Palacio de la Rumba, en La Madriguera, en los Jardines del teatro Mella, en la Casa de la Cultura de 10 de Octubre con la gente de Company Yoruba, etc. Se sigue trabajando intensamente en la diáspora, con ejemplos como los de Yrak Sáenz (que trajo a Talib Kweli a Cuba), Bárbaro “El Urbano” Vargas, DJ Leydis, Sahily Borrero, entre otras/os. La nueva escuela del rap cubano está poniéndola donde va: Keren Kmangüey, los chicos de la Malcolm Beybe, The Street Boys. El actual director de la ACR, Rubén Marín, lucha a capa y espada por mantener vivo lo mejor del legado, expresado profesionalmente en el último Simposio Internacional de Hip Hop, y en lo relativo a una mayor visibilidad de raperas y raperos en la Televisión Cubana, entre otras acciones positivas. Las musicólogas Grizel Hernández, Liliana Casanellas, y el productor musical Malcoms “Justicia” Junco, han elaborado el primer libro académico sobre hip hop en Cuba. Constará de dos tomos y un CD compilatorio, y ya está en proceso de impresión. En este mismo año 2017 he visto dos dossiers sobre hip hop cubano publicados en los sitios digitales Cuba Posible y La Jiribilla. Tuve la suerte de ir a Pinar del Río y constaté un movimiento intenso en el grafiti, en el break dance, en el rap, en el activismo, en los DJ. Veo cómo niñas y niños se preparan durante todo el año para participar en el festival Creciendo en el Hip Hop, veo al pequeño hijo de Reyna (la rapera), emplear un flow tremendo en los conciertos… en fin, creo que sí existe un movimiento hiphopero cubano que, al igual que la Hidra de Lerna, le cortan una cabeza y ahí mismo le brotan tres más, porque al final, estamos hablando de una cultura de resistencia y de un movimiento básicamente impulsado por personas pobres. Y los pobres son “expertos en elaborar arte de la opresión”, como bien plantea Krs One.

Claro está que no se cuenta con la misma intensidad de los años 90, porque era otro contexto sociohistórico, otras las circunstancias. Ahora nos abrimos mucho más al mundo, entraron dos palabras al ruedo que lo cambiaron todo: mercado y dinero. Y eso tiene consecuencias positivas y negativas. Sin embargo, ahora más que nunca los exponentes de esta cultura cuentan con oportunidades que antes eran impensables: estudios de grabación independientes devenidos modelos de gestión cultural, móviles, tabletas, intercambio con estudiantes e investigadores que traen información actualizada con frecuencia, el Paquete Semanal, wifi… de ellas/os depende acceder cada vez más a ese caudal cultural y desarrollar sentido, empoderarse.

PMU: En más de una ocasión has sido invitado a eventos, mesas y paneles de rap y hip hop, donde casi siempre se te escucha hacer un llamado de atención sobre el rescate de la memoria histórica del rap y el movimiento hip hop en Cuba. Ante la atomización del movimiento hiphopero cubano, ¿crees que existe la posibilidad de rescatar su memoria histórica?

Alejandro Zamora: Debo ser sincero y decir que la primera persona que habló acerca de este particular fue Víctor Fowler, a raíz de un texto sobre la primera multimedia de ciencia ficción hecha en Cuba. Puso dos líneas donde mencionaba su preocupación acerca de la ausencia de bases de datos que salvaguardaran toda la producción de rap, reggae y rock nacional. Mi cabeza ya venía dándole taller a eso desde hace tiempo, porque provengo del universo informático, comunicacional, y trabajo desde hace años en la Biblioteca Nacional de Cuba. He recibido cursos sobre gestión de colecciones y me he nutrido de la experiencia de las muchas mujeres profesionales que trabajan en mi centro laboral. Para ponerte un ejemplo concreto: poseo una cantidad nada desdeñable de CD y DVD con información sobre hip hop cubano, sin contar el contenido que tengo en mis discos duros externos, más lo que tengo en formato físico, impreso. Llévalo mentalmente a nivel nacional. Descontando la información repetida, más las/os que no quieran aportar nada de sus colecciones personales, se podría armar un repositorio interesante sobre hip hop cubano. Siempre respetando la profesionalidad y todo lo relacionado con el derecho de autor, por supuesto.

No podemos darle la espalda al hecho de que ya el hip hop en Cuba cuenta con más de 25 años, y ello ha producido un arsenal de contenidos dispersos, y que se perderían irremediablemente si no se centralizan. Mirando el documental A contratiempo, de Jorge Soliño, sobre las historias olvidadas de los rockeros cubanos de los años 60 y 70, se pone de manifiesto cuánto se perdió desde ese punto de vista. ¡Gracias a Humberto Manduley por su libro! No quiero que suceda eso con el hip hop y sobre todo ahora que cualquiera tiene más o menos acceso a tecnología.

En estos momentos estoy en diálogo con archiveras de la Universidad de California, para trabajar en un proyecto de rescate de la memoria histórica de nuestro hip hop. El sueño es que estos contenidos digitalizados estén en la nube computacional y, en el caso de nuestro país, aún carente de este acceso, que al menos estén ubicados en discos duros externos, en instituciones especializadas. El ser humano ha llegado hasta la Luna. El próximo año (2018), se inaugurará el Museo de Hip Hop Mundial en un edificio de 20 pisos en Harlem, así que creo absolutamente posible crear un repositorio no solo de hip hop cubano, sino también de hip hop latinoamericano, ubicado en nuestro país.

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