No puede extinguirse lo underground en Manzanillo



Rafael “Sincro” Castillo Lahera es un dinosaurio del hip hop en Manzanillo. Contestatario, irreverente, auténtico, rebelde con causa, que expresa sin pelos en la lengua las carencias sociales que abundan en su ciudad. Sin ocupación laboral estable, se define como un rapper de los viejos tiempos, como aquellos que crearon el género a finales de los 70 en New York. Cuando preguntamos por los raperos de la localidad, varias manos lo señalaron como el más relevante exponente del arte urbano del lugar.

Sentado en el parque Céspedes conversó con nosotros: “Comencé en el 2002, con el Bonne MC en el proyecto Umoya, que quiere decir espíritu unidad, una terminología africana. Cinco años después inicié mi carrera en solitario y fundé Reino Urbano. También formé parte del grupo Shaman, cultores de la música alternativa.

Organicé las peñas de rap en mi municipio, desde el 2009. La hacíamos en el local de la AHS que nos prestaban, pero desde hace meses lo están reparando y se suspendió. He compartido escenario con TNT, Las Positivas, Rey de Osadía y Negrons. Me influyeron Los Aldeanos, Charly Mucha Rima, Escuadrón Patriota y Doble Filo”.

Logré reunir a varios exponentes tales como el hermano Yorbanis El Mambí, con quien nos encontramos en el camino del hip hop y nos convertimos en punta de lanza del movimiento. Somos consecuentes y molestamos bastante a las instituciones gubernamentales. La echamos donde quiera, en las esquinas o donde pensamos que seremos escuchados”, afirma este rapero y continúa. “Me he presentado en Santiago de Cuba, Las Tunas, Bayamo y La Habana. Canté mi tema “Palestino” en La Pérgola del Pabellón Cuba, los raperos me entendieron, pero los organizadores por poco me llaman a la policía. En ese track denuncio la denigración del oriental en la capital, porque todos somos cubanos y debemos tener las mismas oportunidades de triunfo, sin caer en regionalismos”.

Sincro enseguida nos cuenta la situación de su género en la región: “El trabajo de un MC en Manzanillo se hace bastante difícil. No hay promoción ni espacios donde presentarse. A Cultura no le importa lo que pase con los artistas. Lo único que les interesa son los grupos de reggaetón que vienen de La Habana. Aquí se organiza el festival Fiesta Innombrable, que es un evento anual nacional, y lo único que hacen es recortarle el presupuesto todos los años. Cuadran sus estafas y sus cosas y ahí queda todo. Eso es lo que la juventud está escuchando y nosotros que estamos luchando por lograr cosas buenas y crear conciencia estamos en el olvido. No aceptan otro punto de vista ni otra manera de vivir la realidad. No dejan que uno cree su propio pensamiento. Todo va muriendo, la gente solo piensa en bobería, en la ropa, en especular con un móvil nuevo, esas cosas”.

El joven artista enseguida pasa a hablarnos de su situación personal: “Trabajo la línea espiritual que viene del alma y me veo encerrado en una burbuja. Estoy esperando que me lleguen unos papeles de la casa y me voy a probar suerte para La Habana. Ya hablé con Lisbet, exvocalista del grupo Shaman, y me va ayudar en mi carrera. Quiero progresar, evolucionar, expandirme y que mi producto no solo se quede en los seguidores del género. Iré a la capital, pero nunca me olvidaré de mi tierra.

Estoy planeando un proyecto llamado Black Soul Café, para exhortar a los dueños de establecimientos particulares a que promuevan el soul, el jazz, el blues y el R&B. Para empezar quiero hacerlo en una casa, pero me falta el audio y toda la parte objetiva. Salgo todas las tardes a vender pizzas en una caja, por debajo del telón, y estoy ahorrando para tener presupuesto para mi música”.

Después de una pausa nos revela más de sus planes futuros: “Voy a sacar a la luz pública mi más reciente demo, 10 mil canciones para sentirse solo. En él se destacan los tracks ‘Palestino’, ‘Venia’, ‘Mi última palabra’ y ‘Viernes’. Grabo con Pipiolo, que es el único que no me cobra, pero es de música popular bailable. Aquí existen varios estudios independientes, pero solo graban reggaetón, nada de rap underground. Tienen miedo, te dicen que tu concepto no les cuadra, que si viene la policía y se les jode el negocio. Nadie se arriesga por nosotros. Sufrimos para producirnos los backgrounds. Qué más quisiera yo que tener un equipito, aunque sea de 512 de RAM, para hacer lo mío. No tenemos los medios y el proceso es lento”.

Justamente esa noche tendrían un evento con otros músicos locales y de fuera de la ciudad, y Rafael nos detalló: “Hoy en la noche tendremos un concierto de música underground, en un espacio que nos prestaron en La Terracita, con mucho talento local, algunos músicos de Las Tunas como Quo Vadis, Freddy Laffita y Carlos Dragoni, así como de La Habana vino Luz de Cuba con dos DJ. Ella es una leyenda viviente, súper free, cool, tiene una bomba tremenda que no nos falla y es nuestro mayor apoyo e inspiración a sus 60 años. La propuesta de spoken word fusionado con ritmos afrocubanos y techno nunca había llegado por aquí. Estos artistas trabajan de corazón. Quisimos traer a Yimi Konclase y Bárbaro El Urbano Vargas, pero tenían problemas personales”.

Pero la emoción de la expectativa por el evento de ese día se le ensombreció cuando para despedirse, Sincro me afirmó: “Hay una guerra contra lo alternativo en el municipio. Quiero levantarme en las mañanas y ponerme a componer un tema sin tener otra preocupación que la musa llegue. Siempre diré que no puede extinguirse lo underground en Manzanillo”.

Nos despedimos de este joven rapero con la certeza que su sentencia sería cumplida y en Manzanillo seguirá prevaleciendo el buen arte underground.

Ver fotos del evento

Atrás


Comentarios   Dejar un comentario
No hay comentarios en este momento.