El D’safío del rap cubano. ¿Dónde está el break dance aquí? (Por Malcoms “Justicia” Junco Duffay)
25 de diciembre de 2017
Llevo desde hace un tiempo preocupado por el estado actual del break dance en Cuba y buscaba la oportunidad para escribir sobre esto. Vi bailar a los grandes y mejores bailadores de nuestro país, inclusive fui uno de ellos, y ahora la mayoría de los bailadores piensan que bailan bien y no es así, no sé cómo no se dan cuenta. Comparo el presente con los años 80 y principio de los 90, donde no gozábamos ni remotamente de las condiciones que tenemos hoy en día, y por eso me propuse conversar con un gran amigo, que es de las poquitas personas que ha vivido todas las etapas de la cultura hip hop en Cuba y para mí es una de las figuras más representativas para reconsiderar este tema.
“Mi nombre es Ernesto Mendoza Pérez y dentro del mundo artístico me he dado a conocer como D’safío, y bueno… si voy a decir quién soy correctamente, tengo que citar que soy uno de los fundadores del movimiento de rap y la cultura hip hop en Cuba, desde el año 1979, que empecé bailando en fiestecitas del barrio y otros lugares aledaños. Era prácticamente el benjamín, porque era uno de los más chiquiticos, me introduje bailando robot, up-rocking y esas cosas. Dentro del mundo del break dance poco a poco fui creando mis propios movimientos, pero nada alentador. Solo eran los comienzos, realmente nada era estable porque habían cosas que estaban mal y otras de las que prácticamente no se tenía el conocimiento adecuado de lo que era el estilo del baile o los estilos del break dance, porque ni siquiera aquí, a Cuba, había llegado esto, lo que es hoy este movimiento.
Los verdaderos comienzos fueron cuando entraron las películas Breakin’ y Beat Street, y antes el tema de Herbie Hancock titulado “Rock It”, más conocido aquí como taticardia, el que pudimos ver audiovisualmente también, la canción “All Night Long (All Night)” de Lionel Richie, y así fue como comenzamos nosotros a bailar. Yo seguí con el tema del baile hasta finales de los años 80 y me acuerdo que en casa de Miguel La Peste, por allá por los años 1987 o 88, nos reuníamos algunas personas para hacer free style rapeando y eso me interesó, y ahí fue cuando empecé a escribir y hacer mis primeras canciones”.
D’safío sigue recordando sus inicios: “El primer grupo en que yo bailé se llamó Nueva Sensación, que era de más bailar que cantar, hacíamos coreografías y teníamos solo dos temas cantados, pero nada. Después, en el año 94, encabecé el trabajo del grupo Los Flexibles, donde rapeabamos y bailábamos, ya en el año 1996 me separo de ellos y fundo la agrupación D’safío, que ahí ya la mitad del trabajo se concentraba en el canto, era un 50% baile y 50% canto”.
Enseguida le suelto la pregunta: ¿qué estás haciendo ahora con la música? Y después de la risa, Mendoza me contesta: “Estoy un poco más apretado, no… en el sentido de las condiciones, pero ahora tengo más tiempo y me encuentro en una fase nuevamente de creación. Estamos entre Joel Machín, conocido por Joe Man, excantante del grupo de rap Black Power y exvocalista también de la banda Paso Firme, y yo haciendo temas nuevos de rap”.
Lo interrumpo para preguntar asombrado: pero ¿haciendo temas de rap underground?, y Mendoza continúa: “Mantenemos la misma línea, las letras son serias en ritmos de hip hop más bailables. Creo que nos estamos yendo un poco por lo más comercial musicalmente, vamos un poco con las nuevas tendencias. Hacemos un poco de trap crudo, y tratando de crear algo novedoso mezclando diferentes estilos y sonidos modernos y antiguos, entre el soul y el rhythm and blues (R&B) con el trap, enfocando temas muy serios, románticos y sociales”.
Inmediatamente salta a comentar sobre su discografía y trabajo actual con el baile: “Mi último disco fue por allá por el 2012, hace ratico ya de esto, se tituló Traga, el cual grabé en el estudio independiente García Brothers, producido por Maykel y Hermel García, ellos son hermanos. Hermel era nuestro DJ y es actualmente el sonidista y grabador del reconocidísimo pianista cubano Frank Fernández, y Maykel, conocido por el sobrenombre de Cuchilla, quien es el actual pianista y arreglista de la orquesta Pupi y los que son son.
Hace poco empecé en un proyecto que se llama Fantasía Cubana, que para mí es muy importante porque tiene que ver con lo que es el futuro de nuestra cultura y el break dance, porque ya nos estamos poniendo un poco viejos, ¿no? Me encuentro trabajando con adolescentes y niños a los que le gusta el break dance, les estoy enseñando todo lo que tenga que ver con esto y además dándole ejercicios de acrobacia, para un mejor desarrollo físico en el baile”.
¿Y qué crees del break dance actual que se hace en Cuba?, le suelto de pronto para escuchar su respuesta: “Te voy a decir lo mismo que he dicho en otras entrevistas y en otros lugares, el break dance actualmente se ha perdido muchísimo, el popping ya casi ni se ve, se encuentra casi extinguido, y priman más los BBoys que bailan, como decimos aquí, piso. Porque el popping es lo que llamamos el baile de pie, por arriba, el piso goza de una mejor salud, no como hará unos 5 años, que se había recuperado y había cogido bastante fuerza nuevamente, y creo que de esta era, los mejores exponentes se encontraban en ese momento, aunque todavía los muchachos están bastante bien”.
¡Yo creo que es al contrario!, le contradigo y sigo argumentando: creo que ahora no se está bailando bien para nada, yo comparo ahora mismo este tiempo que hay más recursos y viabilidades, con el tiempo de nosotros, que bailábamos, y que en ese tiempo se bailó muy duro y no teníamos nada de la información y las posibilidades que ahí ahora… Pero Mendoza me interrumpe: “¡No!, ¿qué sucede?, que el baile ha evolucionado, no se puede negar que hay más conocimiento ahora de pasillos y de movimientos nuevos, que han enriquecido lo que es el BBoy. Lo que sí es muy real que ha pasado, y es lo que tú me quieres decir, es que sí se ha perdido el estilo, el ritmo y la limpieza del baile, que es muy fundamental…”. ¡La resistencia también!, vuelvo a interrumpirlo y Mendoza insiste: “¡No! ¡No! Los he visto que hacen buenas cosas… ¿tú te acuerdas del BC-One, la competencia de la carpa Trompoloco, en el 2013 o el 2014…?”. Sí, le contesto, pero ese día yo te dije que el que había ganado no iba a durar ni un round en la competencia internacional, y así fue, desde aquí vimos como repetía pasillos cada vez que salía a topar con alguien y se le notaba el cansancio, y apenas había bailado. En el tiempo de nosotros bailábamos durante horas y no se podía repetir ni un pasillo, no teníamos ropa, tenis ni comida, ni condiciones, tan siquiera, para sustentar lo que hacíamos, y así y todo éramos trenes bailando. ¿Cómo es posible que ahora eso no suceda?
Mendoza replica: “nos hace falta topes, retos. Si no topamos es por gusto. Esto es como un deporte que hay que estar arriba de mucho entrenamiento, si no topas, no conoces y no sabes que está pasando con el baile. Las competencias son formas de incentivar lo que sucede. Aquí nos hace falta bomba y retos. No es estar conectado a internet para ver simplemente el baile internacional, que en este caso el internet es el medio de información que nosotros nunca tuvimos y es muy importante, nos hace falta también creatividad. Mira, una cosa fundamental es poder mezclar nuestras raíces con el breakin, para identificarnos un poco a nivel mundial y eso enriquecerlo de alguna manera. Todavía queda mucho por hacer.
Yo tenía aún una última pregunta: ¿Cuál es tu concepto actual del rap cubano? Y Mendoza enseguida lanzó una exclamación: “¡Puf!.... Para serte sincero, creo que es un desastre. Hemos perdido prácticamente un 90 % de todo lo que creamos e hicimos, nos estancamos y no hemos sido capaces de crear nuevas formas de hacer rap, nuevas fórmulas musicales… creo que se ha hecho muy poco de hace un tiempo para acá, hemos perdido espacio en la sociedad, hemos perdido la conexión entre nosotros mismos, y cuando digo esto es porque es necesario volvernos a extender para crear una gran masa de raperos y seguidores al género. Antes compartíamos más ideas, planes… quizás ahora se esté rescatando, pero ya ni siquiera estamos a la mitad de lo que era antes, antes estábamos más implicado, ¡por eso nos falta mucho!”.
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25 de diciembre de 2017
Llevo desde hace un tiempo preocupado por el estado actual del break dance en Cuba y buscaba la oportunidad para escribir sobre esto. Vi bailar a los grandes y mejores bailadores de nuestro país, inclusive fui uno de ellos, y ahora la mayoría de los bailadores piensan que bailan bien y no es así, no sé cómo no se dan cuenta. Comparo el presente con los años 80 y principio de los 90, donde no gozábamos ni remotamente de las condiciones que tenemos hoy en día, y por eso me propuse conversar con un gran amigo, que es de las poquitas personas que ha vivido todas las etapas de la cultura hip hop en Cuba y para mí es una de las figuras más representativas para reconsiderar este tema.
“Mi nombre es Ernesto Mendoza Pérez y dentro del mundo artístico me he dado a conocer como D’safío, y bueno… si voy a decir quién soy correctamente, tengo que citar que soy uno de los fundadores del movimiento de rap y la cultura hip hop en Cuba, desde el año 1979, que empecé bailando en fiestecitas del barrio y otros lugares aledaños. Era prácticamente el benjamín, porque era uno de los más chiquiticos, me introduje bailando robot, up-rocking y esas cosas. Dentro del mundo del break dance poco a poco fui creando mis propios movimientos, pero nada alentador. Solo eran los comienzos, realmente nada era estable porque habían cosas que estaban mal y otras de las que prácticamente no se tenía el conocimiento adecuado de lo que era el estilo del baile o los estilos del break dance, porque ni siquiera aquí, a Cuba, había llegado esto, lo que es hoy este movimiento.
Los verdaderos comienzos fueron cuando entraron las películas Breakin’ y Beat Street, y antes el tema de Herbie Hancock titulado “Rock It”, más conocido aquí como taticardia, el que pudimos ver audiovisualmente también, la canción “All Night Long (All Night)” de Lionel Richie, y así fue como comenzamos nosotros a bailar. Yo seguí con el tema del baile hasta finales de los años 80 y me acuerdo que en casa de Miguel La Peste, por allá por los años 1987 o 88, nos reuníamos algunas personas para hacer free style rapeando y eso me interesó, y ahí fue cuando empecé a escribir y hacer mis primeras canciones”.
D’safío sigue recordando sus inicios: “El primer grupo en que yo bailé se llamó Nueva Sensación, que era de más bailar que cantar, hacíamos coreografías y teníamos solo dos temas cantados, pero nada. Después, en el año 94, encabecé el trabajo del grupo Los Flexibles, donde rapeabamos y bailábamos, ya en el año 1996 me separo de ellos y fundo la agrupación D’safío, que ahí ya la mitad del trabajo se concentraba en el canto, era un 50% baile y 50% canto”.
Enseguida le suelto la pregunta: ¿qué estás haciendo ahora con la música? Y después de la risa, Mendoza me contesta: “Estoy un poco más apretado, no… en el sentido de las condiciones, pero ahora tengo más tiempo y me encuentro en una fase nuevamente de creación. Estamos entre Joel Machín, conocido por Joe Man, excantante del grupo de rap Black Power y exvocalista también de la banda Paso Firme, y yo haciendo temas nuevos de rap”.
Lo interrumpo para preguntar asombrado: pero ¿haciendo temas de rap underground?, y Mendoza continúa: “Mantenemos la misma línea, las letras son serias en ritmos de hip hop más bailables. Creo que nos estamos yendo un poco por lo más comercial musicalmente, vamos un poco con las nuevas tendencias. Hacemos un poco de trap crudo, y tratando de crear algo novedoso mezclando diferentes estilos y sonidos modernos y antiguos, entre el soul y el rhythm and blues (R&B) con el trap, enfocando temas muy serios, románticos y sociales”.
Inmediatamente salta a comentar sobre su discografía y trabajo actual con el baile: “Mi último disco fue por allá por el 2012, hace ratico ya de esto, se tituló Traga, el cual grabé en el estudio independiente García Brothers, producido por Maykel y Hermel García, ellos son hermanos. Hermel era nuestro DJ y es actualmente el sonidista y grabador del reconocidísimo pianista cubano Frank Fernández, y Maykel, conocido por el sobrenombre de Cuchilla, quien es el actual pianista y arreglista de la orquesta Pupi y los que son son.
Hace poco empecé en un proyecto que se llama Fantasía Cubana, que para mí es muy importante porque tiene que ver con lo que es el futuro de nuestra cultura y el break dance, porque ya nos estamos poniendo un poco viejos, ¿no? Me encuentro trabajando con adolescentes y niños a los que le gusta el break dance, les estoy enseñando todo lo que tenga que ver con esto y además dándole ejercicios de acrobacia, para un mejor desarrollo físico en el baile”.
¿Y qué crees del break dance actual que se hace en Cuba?, le suelto de pronto para escuchar su respuesta: “Te voy a decir lo mismo que he dicho en otras entrevistas y en otros lugares, el break dance actualmente se ha perdido muchísimo, el popping ya casi ni se ve, se encuentra casi extinguido, y priman más los BBoys que bailan, como decimos aquí, piso. Porque el popping es lo que llamamos el baile de pie, por arriba, el piso goza de una mejor salud, no como hará unos 5 años, que se había recuperado y había cogido bastante fuerza nuevamente, y creo que de esta era, los mejores exponentes se encontraban en ese momento, aunque todavía los muchachos están bastante bien”.
¡Yo creo que es al contrario!, le contradigo y sigo argumentando: creo que ahora no se está bailando bien para nada, yo comparo ahora mismo este tiempo que hay más recursos y viabilidades, con el tiempo de nosotros, que bailábamos, y que en ese tiempo se bailó muy duro y no teníamos nada de la información y las posibilidades que ahí ahora… Pero Mendoza me interrumpe: “¡No!, ¿qué sucede?, que el baile ha evolucionado, no se puede negar que hay más conocimiento ahora de pasillos y de movimientos nuevos, que han enriquecido lo que es el BBoy. Lo que sí es muy real que ha pasado, y es lo que tú me quieres decir, es que sí se ha perdido el estilo, el ritmo y la limpieza del baile, que es muy fundamental…”. ¡La resistencia también!, vuelvo a interrumpirlo y Mendoza insiste: “¡No! ¡No! Los he visto que hacen buenas cosas… ¿tú te acuerdas del BC-One, la competencia de la carpa Trompoloco, en el 2013 o el 2014…?”. Sí, le contesto, pero ese día yo te dije que el que había ganado no iba a durar ni un round en la competencia internacional, y así fue, desde aquí vimos como repetía pasillos cada vez que salía a topar con alguien y se le notaba el cansancio, y apenas había bailado. En el tiempo de nosotros bailábamos durante horas y no se podía repetir ni un pasillo, no teníamos ropa, tenis ni comida, ni condiciones, tan siquiera, para sustentar lo que hacíamos, y así y todo éramos trenes bailando. ¿Cómo es posible que ahora eso no suceda?
Mendoza replica: “nos hace falta topes, retos. Si no topamos es por gusto. Esto es como un deporte que hay que estar arriba de mucho entrenamiento, si no topas, no conoces y no sabes que está pasando con el baile. Las competencias son formas de incentivar lo que sucede. Aquí nos hace falta bomba y retos. No es estar conectado a internet para ver simplemente el baile internacional, que en este caso el internet es el medio de información que nosotros nunca tuvimos y es muy importante, nos hace falta también creatividad. Mira, una cosa fundamental es poder mezclar nuestras raíces con el breakin, para identificarnos un poco a nivel mundial y eso enriquecerlo de alguna manera. Todavía queda mucho por hacer.
Yo tenía aún una última pregunta: ¿Cuál es tu concepto actual del rap cubano? Y Mendoza enseguida lanzó una exclamación: “¡Puf!.... Para serte sincero, creo que es un desastre. Hemos perdido prácticamente un 90 % de todo lo que creamos e hicimos, nos estancamos y no hemos sido capaces de crear nuevas formas de hacer rap, nuevas fórmulas musicales… creo que se ha hecho muy poco de hace un tiempo para acá, hemos perdido espacio en la sociedad, hemos perdido la conexión entre nosotros mismos, y cuando digo esto es porque es necesario volvernos a extender para crear una gran masa de raperos y seguidores al género. Antes compartíamos más ideas, planes… quizás ahora se esté rescatando, pero ya ni siquiera estamos a la mitad de lo que era antes, antes estábamos más implicado, ¡por eso nos falta mucho!”.
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