Activista del rap y el hip hop, Alejandro Zamora Montes (Parte III)
15 de enero de 2018
Continuamos con nuestra entrevista a Alejandro Zamora Montes, quien lleva casi una década consagrado a la conexión existente entre raza, género y exclusión social dentro y fuera de la cultura hiphopera cubana.
PMU: Yendo a otro tema, otra de tus líneas de investigación ha ido encaminada al subgénero del rap cristiano. ¿Puedes contarnos más al respecto?
Alejandro Zamora: Por sugerencia de la musicóloga Grizel Hernández Baguer para su proyecto de libro sobre hip hop cubano, el máster en Teología Johan Moya Ramis y yo elaboramos un ensayo sobre rap cristiano, posiblemente el primer acercamiento académico sobre este tema. Creo que fue una decisión justa, porque es una dimensión novedosa (u otra cabeza más de la hidra), que surge en nuestro país. Todas las semanas aparece incluida en el Paquete Semanal una carpeta titulada: “Sección cristiana”, donde no faltan videoclips y películas con raperas y raperos cristianos. Inclusive, estos artistas han concebido canales independientes con contenido audiovisual donde se pone de manifiesto todo un universo socioreligioso, digno de estudio. Han aparecido textos publicados sobre exponentes del rap cristiano en la importante revista académica Clave, en Esquife, PMU, Palabra Nueva. Ya pueden verse las fusiones de raperos seculares y cristianos, como es el caso de Yunier EMPI con los muchachos de la Malcolm Beybe, o la participación de Dámarys Benavides en documentales y proyectos raperos de corte feminista, entre otros. Es una de las tantas puertas que brinda el hip hop, simplemente…
PMU: En abril del presente año, la prestigiosa Universidad de Harvard te eligió, junto a otros afrodescendientes cubanos, para participar en un coloquio de emprendedores y activistas en el Hutchins Center (Centro de Estudios Africanos y Afrolatinoamericanos), donde el tema del hip hop en Cuba estuvo presente. ¿Cómo fue esa experiencia?
Alejandro Zamora: Fue un choque cultural muy fuerte. Agradezco mucho a las personas que llevaron a vías de hecho este intercambio cultural y que pensaron en mí. Formé parte del panel “Activismo y producción cultural: El movimiento Hip Hop”, que se desarrolló del 14 al 15 de abril en el Robinson Hall Library Room, en Harvard, compartiendo con reconocidas figuras como Soandrys del Río, Roberto Zurbano, Alexey Rodríguez y Magia López. La experiencia más fuerte, para mí, fue la visita realizada al Archivo de Hip Hop, ubicado en el Instituto Du Bois. Los más de mil libros y publicaciones seriadas sobre el tema, colecciones de vinilos, juguetes que representan a raperas y raperos famosos, videojuegos, así como la presencia de los once números de la revista cubana Movimiento (digitalizadas e impresas), y la impartición de la cultura hip hop como una asignatura más en esta prestigiosa universidad, fue como un disparo a mi cerebro. No te miento si digo que lloré como un niño ante toda esa magnificencia, quizás porque de alguna manera sentía que Dios me premiaba por mantenerme todos estos años al pie del cañón, contra viento y marea. También por las/os que llevan mucho más tiempo que yo pugnando por la defensa de estas temáticas, por las/os que ya no están físicamente y que confiaron hasta el final. En ese sentido, siento una responsabilidad muy grande. Gracias a ellas/os pude estar ahí. Es una sensación muy placentera, y al propio tiempo desgarradora, aplastante.
PMU: Regresando al tema de las publicaciones, este año salió publicado por el sello editorial Guantanamera, con sede en España, tu libro Rapear una Cuba utópica. Testimonios del movimiento hiphopero, el primer libro de hip hop realizado por un autor de la Isla. Cuéntanos sobre el proceso de gestación de ese libro y cuáles son sus perspectivas futuras.
Alejandro Zamora: Dentro de las innumerables preguntas que me hacía con respecto al movimiento de hip hop cubano, estaban las siguientes: ¿Qué le ha dado el hip hop a las hiphoperas/os y a la nación cubana? ¿Cuál ha sido el impacto del hip hop en las comunidades desfavorecidas, o su no impacto? ¿Cómo han sido las alianzas entre las/os intelectuales y las/raperas/os? ¿De qué manera se expresaron las políticas culturales cubanas en relación a esta cultura? Entre el movimiento hiphopero cubano y estadounidense… ¿se puede hablar de influencias o confluencias? ¿Cómo ha sido el trabajo de hiphoperas/os cubanas/os en la diáspora? ¿Quiénes son las raperas y raperos en profundidad, sus orígenes, sus angustias, sus sueños, sus aspiraciones? A medida que fui adentrándome en el tema, me di cuenta que la academia cubana y el periodismo cultural apenas habían trabajado estas temáticas. Muy pocas tesis de licenciatura, menos aún de maestría y doctorado. Cero libros. Entonces, dije para mis adentros: “Alejandro, lo mejor que puedes hacer ante este universo de posverdad y presunciones básicas es utilizar las fuentes orales, para ganar en legitimidad desde sus propias voces”. Y así surgió Rapear una Cuba utópica: un libro de entrevistas a exponentes de esta cultura, dirigentes, intelectuales, directivos, etcétera. Me interesaba exponer una mirada plural, democrática, para poder acercar al lector/a lo mejor posible a esta microhistoria protagonizada, sobre todo, por sujetos populares. No fue fácil, ya que alguna/os entraban y salían del país, otras/os vivían fuera del mismo, algunos no radicaban en la capital. Fueron años de mucho corretaje, de entrevistar bajo el frío, bajo la lluvia, con escasísimos recursos, muchas veces sin dinero, con hambre, en ocasiones enfermo… pero al final, ya está listo el primer libro sobre hip hop desde una mirada nacional, propia. Intuyo que no será una obra complaciente, ya que se derrumbarán algunos mitos y zonas de confort. Personajes como Miguelito “La Peste”, Ariel Fernández, Pablo Herrera, Rodolfo Rensoli, Alpidio Alonso, Las Krudas, Susana García Amorós, Edrey Riverí, Isnay “El Jigüe”, Yulier P, son algunos de los protagonistas de estas 438 páginas con que cuenta dicho volumen. Agradezco a las/os entrevistadas/os por su paciencia, a las muchas personas que me apoyaron y a la editorial española Guantanamera, por hacer real el sueño. Espero que el libro provoque un debate positivo y consiga abrir nuevas interrogantes. En la próxima Feria Internacional del Libro estará presente, junto a otros títulos del referido sello editorial.
PMU: ¿Cuál crees que sea el futuro del rap y el hip hop en Cuba?
Alejandro Zamora: Mmmmmm… esa es la pregunta más difícil de toda la entrevista. No soy futurólogo, pero sinceramente espero que la comunidad hiphopera cubana se reinvente una y otra vez, como lo ha hecho desde sus primeros pasos en la década de los 80 con las/os bailadoras/es de break dance, hasta la actualidad. Para ello será necesario que ganen más en educación (entendida en un sentido amplio) y espiritualidad. De algo sí estoy seguro: siempre que existan desigualdades y causas nobles por las que luchar, el hip hop cubano estará presente, amén de sus luces y sombras. El título del libro se me ocurrió a raíz de una frase del reconocido escritor Eduardo Galeano, que leí hace años en una revista llamada Archipiélago. Decía más o menos así, no es exacta: “La utopía es como una bella señora que cuando estás a cinco pasos de alcanzarla, se aleja de ti diez pasos más. Pero sirve para eso: obligarte a caminar”. Las/os hiphoperas/os cubanas/os, mediante su arte, han aspirado a la consecución de una Cuba mejor, más justa y humana. Mientras tanto, hasta que no lo consigan del todo, caminarán…
Leer la primera parte
Comentarios Dejar un comentario
15 de enero de 2018
Continuamos con nuestra entrevista a Alejandro Zamora Montes, quien lleva casi una década consagrado a la conexión existente entre raza, género y exclusión social dentro y fuera de la cultura hiphopera cubana.
PMU: Yendo a otro tema, otra de tus líneas de investigación ha ido encaminada al subgénero del rap cristiano. ¿Puedes contarnos más al respecto?
Alejandro Zamora: Por sugerencia de la musicóloga Grizel Hernández Baguer para su proyecto de libro sobre hip hop cubano, el máster en Teología Johan Moya Ramis y yo elaboramos un ensayo sobre rap cristiano, posiblemente el primer acercamiento académico sobre este tema. Creo que fue una decisión justa, porque es una dimensión novedosa (u otra cabeza más de la hidra), que surge en nuestro país. Todas las semanas aparece incluida en el Paquete Semanal una carpeta titulada: “Sección cristiana”, donde no faltan videoclips y películas con raperas y raperos cristianos. Inclusive, estos artistas han concebido canales independientes con contenido audiovisual donde se pone de manifiesto todo un universo socioreligioso, digno de estudio. Han aparecido textos publicados sobre exponentes del rap cristiano en la importante revista académica Clave, en Esquife, PMU, Palabra Nueva. Ya pueden verse las fusiones de raperos seculares y cristianos, como es el caso de Yunier EMPI con los muchachos de la Malcolm Beybe, o la participación de Dámarys Benavides en documentales y proyectos raperos de corte feminista, entre otros. Es una de las tantas puertas que brinda el hip hop, simplemente…
PMU: En abril del presente año, la prestigiosa Universidad de Harvard te eligió, junto a otros afrodescendientes cubanos, para participar en un coloquio de emprendedores y activistas en el Hutchins Center (Centro de Estudios Africanos y Afrolatinoamericanos), donde el tema del hip hop en Cuba estuvo presente. ¿Cómo fue esa experiencia?
Alejandro Zamora: Fue un choque cultural muy fuerte. Agradezco mucho a las personas que llevaron a vías de hecho este intercambio cultural y que pensaron en mí. Formé parte del panel “Activismo y producción cultural: El movimiento Hip Hop”, que se desarrolló del 14 al 15 de abril en el Robinson Hall Library Room, en Harvard, compartiendo con reconocidas figuras como Soandrys del Río, Roberto Zurbano, Alexey Rodríguez y Magia López. La experiencia más fuerte, para mí, fue la visita realizada al Archivo de Hip Hop, ubicado en el Instituto Du Bois. Los más de mil libros y publicaciones seriadas sobre el tema, colecciones de vinilos, juguetes que representan a raperas y raperos famosos, videojuegos, así como la presencia de los once números de la revista cubana Movimiento (digitalizadas e impresas), y la impartición de la cultura hip hop como una asignatura más en esta prestigiosa universidad, fue como un disparo a mi cerebro. No te miento si digo que lloré como un niño ante toda esa magnificencia, quizás porque de alguna manera sentía que Dios me premiaba por mantenerme todos estos años al pie del cañón, contra viento y marea. También por las/os que llevan mucho más tiempo que yo pugnando por la defensa de estas temáticas, por las/os que ya no están físicamente y que confiaron hasta el final. En ese sentido, siento una responsabilidad muy grande. Gracias a ellas/os pude estar ahí. Es una sensación muy placentera, y al propio tiempo desgarradora, aplastante.
PMU: Regresando al tema de las publicaciones, este año salió publicado por el sello editorial Guantanamera, con sede en España, tu libro Rapear una Cuba utópica. Testimonios del movimiento hiphopero, el primer libro de hip hop realizado por un autor de la Isla. Cuéntanos sobre el proceso de gestación de ese libro y cuáles son sus perspectivas futuras.
Alejandro Zamora: Dentro de las innumerables preguntas que me hacía con respecto al movimiento de hip hop cubano, estaban las siguientes: ¿Qué le ha dado el hip hop a las hiphoperas/os y a la nación cubana? ¿Cuál ha sido el impacto del hip hop en las comunidades desfavorecidas, o su no impacto? ¿Cómo han sido las alianzas entre las/os intelectuales y las/raperas/os? ¿De qué manera se expresaron las políticas culturales cubanas en relación a esta cultura? Entre el movimiento hiphopero cubano y estadounidense… ¿se puede hablar de influencias o confluencias? ¿Cómo ha sido el trabajo de hiphoperas/os cubanas/os en la diáspora? ¿Quiénes son las raperas y raperos en profundidad, sus orígenes, sus angustias, sus sueños, sus aspiraciones? A medida que fui adentrándome en el tema, me di cuenta que la academia cubana y el periodismo cultural apenas habían trabajado estas temáticas. Muy pocas tesis de licenciatura, menos aún de maestría y doctorado. Cero libros. Entonces, dije para mis adentros: “Alejandro, lo mejor que puedes hacer ante este universo de posverdad y presunciones básicas es utilizar las fuentes orales, para ganar en legitimidad desde sus propias voces”. Y así surgió Rapear una Cuba utópica: un libro de entrevistas a exponentes de esta cultura, dirigentes, intelectuales, directivos, etcétera. Me interesaba exponer una mirada plural, democrática, para poder acercar al lector/a lo mejor posible a esta microhistoria protagonizada, sobre todo, por sujetos populares. No fue fácil, ya que alguna/os entraban y salían del país, otras/os vivían fuera del mismo, algunos no radicaban en la capital. Fueron años de mucho corretaje, de entrevistar bajo el frío, bajo la lluvia, con escasísimos recursos, muchas veces sin dinero, con hambre, en ocasiones enfermo… pero al final, ya está listo el primer libro sobre hip hop desde una mirada nacional, propia. Intuyo que no será una obra complaciente, ya que se derrumbarán algunos mitos y zonas de confort. Personajes como Miguelito “La Peste”, Ariel Fernández, Pablo Herrera, Rodolfo Rensoli, Alpidio Alonso, Las Krudas, Susana García Amorós, Edrey Riverí, Isnay “El Jigüe”, Yulier P, son algunos de los protagonistas de estas 438 páginas con que cuenta dicho volumen. Agradezco a las/os entrevistadas/os por su paciencia, a las muchas personas que me apoyaron y a la editorial española Guantanamera, por hacer real el sueño. Espero que el libro provoque un debate positivo y consiga abrir nuevas interrogantes. En la próxima Feria Internacional del Libro estará presente, junto a otros títulos del referido sello editorial.
PMU: ¿Cuál crees que sea el futuro del rap y el hip hop en Cuba?
Alejandro Zamora: Mmmmmm… esa es la pregunta más difícil de toda la entrevista. No soy futurólogo, pero sinceramente espero que la comunidad hiphopera cubana se reinvente una y otra vez, como lo ha hecho desde sus primeros pasos en la década de los 80 con las/os bailadoras/es de break dance, hasta la actualidad. Para ello será necesario que ganen más en educación (entendida en un sentido amplio) y espiritualidad. De algo sí estoy seguro: siempre que existan desigualdades y causas nobles por las que luchar, el hip hop cubano estará presente, amén de sus luces y sombras. El título del libro se me ocurrió a raíz de una frase del reconocido escritor Eduardo Galeano, que leí hace años en una revista llamada Archipiélago. Decía más o menos así, no es exacta: “La utopía es como una bella señora que cuando estás a cinco pasos de alcanzarla, se aleja de ti diez pasos más. Pero sirve para eso: obligarte a caminar”. Las/os hiphoperas/os cubanas/os, mediante su arte, han aspirado a la consecución de una Cuba mejor, más justa y humana. Mientras tanto, hasta que no lo consigan del todo, caminarán…
Leer la primera parte
Comentarios Dejar un comentario
- No hay comentarios en este momento.