En la periferia hay vida. ¡Gracias Prófugo! (Por Elier “El Brujo” Álvarez)



Años atrás, sentirse dividido por la cantidad de actividades solía ser bien difícil para limitarme a afirmar como imposible, sobre todo, con una diversidad extraordinaria de actividades por toda la capital, pero el 15 de febrero fue uno de eso días. Primero, el espacio habitual de OndaliVre, en los Jardines del Teatro Mella; luego, un concierto organizado y producido por El Prófugo, en el barrio Romerillo; más tarde, un concierto de Conflicto Social, en Fabrica de Arte, producido por Amehel Incera; y cerrando la noche, DJ Lino y DJ Neuris en La Chorrera del 1830, ni picándonos a pedacitos podíamos cubrir todo para la revista y, para colmos, el cumpleaños de mi hermano Malcoms “Justicia” (¡Felicidades reiteradas, mi bro!).

Esta variedad de actividades en solo un día evocó en mi mente a El Temba y conversaciones que teníamos hace más de diez años, cuando deseamos que ocurriera esto. Siempre hemos estado recluidos por la falta de variedad, el miedo de hacer una actividad el mismo día de otro evento con el afán de garantizar la participación de público, y limitarnos como seres humanos, a desconocernos como artistas que tenemos nuestros seguidores (y fieles seguidores) de lo que creativamente hacemos, y todo esto solo tiene un resultado provocado por la falta de información y la falta de fluidez de dicha información. Por este motivo, tenemos que agradecerle mucho a PMU porque es la única revista donde fluye constantemente la información en y/o desde nuestro gremio, pero también agradecerle mucho a las redes sociales que nos integra en un mismo punto, y ya estamos haciendo comunidad con su uso.

Mi primera parada obligatoria en la tarde fue la actividad en Los Jardines y se puso aquello tan animado que me quedé hasta el final. La segunda, también obligatoria por la necesidad de que ustedes conozcan con exactitud que aconteció, fue la de Romerillo, y, créanme, por desgracia mi cuerpo desde la primera actividad me estaba pidiendo poca agitación, por tanto, tuve que dejar pasar con dolor las otras dos presentaciones, pero siempre feliz de ver cómo crece por día y pasa el hip hop cubano, tal como dice esta profecía publicada “El rap cubano está que arde”.

Además del compromiso, me resulta innegable que estaba deseoso de poder participar en este evento de Romerillo, porque la última actividad organizada por El Prófugo, en el barrio capitalino de San Agustín (La Lisa), me hizo recordar las imágenes de las fiestas en la 1520 Sedgwick Avenue, donde se formó lo que hoy conocemos como hip hop, la participación de las personas en el barrio, los niños sonrientes, la tolerancia y aceptación a la diversidad de los discursos de cada uno de los artistas, fue algo que, hasta hoy, quedó en mi memoria. Es una pena que el artículo publicado “Suena a Hip Hop… 264 y El Prófugo produce” fuera muy poco preciso y extremista para la realidad que se vivió.

Según me cuenta El Prófugo, este concierto formó parte de un intercambio cultural entre raperos de La Habana y Villa Clara, y a su cargo estuvo la producción del mismo, se apoyó en Giorvis, promotor cultural de la zona, que lleva una peña en las canchas de baloncesto de 7ma y 116, municipio Playa, espacio que se utilizó para el concierto. En lo personal, me gusta mucho lo que anda haciendo este hiphopero que está comenzando a organizar eventos y actúa como productor, pero me impacta solo por una razón: su premisa es hacerlo y hacerlo bien. Es una pena que vivir tan alejado de la zona del concierto no le permitiera hacer un trabajo de promoción favorable, pero, sin lugar a dudas, con la participación de El Analista y Chiro, ambos de Villa Clara, a su vez El Liberto (un grandísimo placer para mí ver retornar a los escenario a este raper de la vieja escuela), Puño y Letra (Nino y JP), Mutila, Ley de Thalion (Luis Enrique), MC Kiala, Soldier (cristiano), Giorvis y Papagoza, que fueron los que compartieron el escenario, todo quedó muy bien equilibrado. A dichos artistas también se le sumaron dos niños que desearon compartir sus creaciones, el primero cantante y con muy buenas condiciones vocales que interpretó una ranchera, el segundo, rapero con mucho talento para su edad y el más emotivo para mí al dedicarle su intervención a su padre fallecido.

El concierto, a pesar de la escasez de público, fue muy bueno y eso es lo que más importa. Sentar las bases desde un primer momento y trabajar para las 20 o 30 personas que se dieron cita, como si fueran millones, tuvo una dinámica escénica que me gustó mucho, porque constantemente me sentía estar a la expectativa de la interpretación a continuación. El trabajo de Nino, es la segunda vez que lo veo en tarima, me sorprendió, un tema de sobrada positividad enfocado desde la perspectiva musical, que le daba origen a todo lo que el texto contaba y da riendas sueltas a todo un universo que llena el alma. Al mismo tiempo, MC Kiala y Mutila, por primera vez los veo en el escenario, le dieron desde otra perspectiva el mismo sabor positivo, con ritmos musicales entre estos tres, bien diferentes unos de otros, mostrando así la diversidad musical que está caracterizando al hip hop cubano y que sugiere un trabajo investigativo mucho más profundo desde este sentido, para que se vuelva visible el panorama rítmico actual dentro de los cultores.

El Analista y Chiro, que vinieron desde Villa Clara, le dieron un sabor de unión a lo que acontece en la isla, muy ecuánimes ambos ante lo que proyectaron, con una calidad indiscutible, tanto musical, escénica como el mensaje de sobrado sabor hip hop cubano.

Sin llegar a ser una sorpresa para mí, ya que lo había visto en el concierto que hiciera El Prófugo en San Agustín, también se notó el trabajo de Soldier en la tarima, con un discurso cristiano, interesante el contenido de sus canciones, y muestra la realidad de temor que abunda en el panorama social cubano. También puede que decir esto sea repetitivo, pero es que tampoco resulta nuevo, como información, que dentro de las comunidades cristianas les temen a los siervos que escogen el camino del rap para difundir las palabras del Cristo. Y, en este caso en particular, él, en su performance, llamó la atención al público a un hecho en extremo importante: el poder del perdón, al estilo cristiano de arrepentirse de todo mal que la persona desde su conciencia hubiese hecho, y abrirse paso a la aceptación de Cristo como su único salvador. Si bien nadie se entregó a las manos de Cristo, como sugería Soldier en su discurso, es bueno que sigan ocurriendo hechos como estos, y aclaro: yo soy yoruba, nunca he sentido molestia con este tipo de discurso espiritual, por el contrario, abrirse camino al poder espiritual es enriquecedor y aporta unos niveles de libertad increíbles, dado que en ellos encuentras todo el conocimiento que encierra el universo. De igual modo, este tipo de discurso en espacios comunitarios es muy positivo, porque dimensiona los niveles de realidades que se vuelven comunes y con el rap como herramienta es mucho mejor, solo ver las experiencias de los raperos cristianos en el Guaso.

Ya me despido, pero es imposible hacerlo sin darle públicamente mis felicitaciones y agradecimientos a El Prófugo, que está haciendo muy buen trabajo al expandir las voces del rap y el hip hop cubano a las zonas periféricas de la capital y con un poder de diversidad extraordinario. Solo deseo que se mantenga haciéndolo, porque mucha falta nos hace salir del círculo vicioso del centro de la ciudad.

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