Dark Mill
Domain
30 de marzo de 2015
Calificación: 4 / 5
La zona oriental exhibe un auge del panorama metalero y la ciudad de Puerto Padre no se queda detrás. Hace unos años un grupo de jóvenes liderados por el guitarrista y cantante Yodelyn Leyva Sosa, formaron la banda Dark Mill, tomando ese nombre del insigne molino ubicado al final de la céntrica avenida Libertad y otorgándole un significado oscuro. Después de un debut competente, ahora vuelve a la carga con un disco suficientemente potente y cáustico como para despojarnos de cualquier virosis comercial que atentara profanar nuestros oídos.
Su música es una amalgama de thrash metal y death metal que logra transportarnos a una región remota, sombría y hostil. Una experiencia comparable a correr frenéticamente en medio de un campo de batalla durante la Segunda Guerra Mundial. Imaginen estar rodeados por densas columnas de humo tóxico, vehículos en llamas, balas silbantes e impactos de artillería pesada haciendo cráteres por doquier.
La banda apuesta por su fórmula o manera propia de hacer música, sin embargo, es reconocible la herencia de prestigiosas bandas suecas como: At The Gates, Dark Tranquillity y Amon Amarth. Debo agregar que incluso siento cierta influencia de la fabulosa banda capitalina Combat Noise, aunque el sonido de esta sea más veloz y nada melódico. Sucede que la maquinaria de la capital es toda una institución y referente obligatorio para todos los músicos cubanos que se plateen seriamente hacer metal extremo.
Esta es una producción totalmente independiente, pero que refleja una atención esmerada sin llegar a ser cristalina. Los riffs de guitarra son punzantes y pesados, pero al emplear profusos trémolos la melodía se levanta como un torbellino altamente gratificante para el oyente. La batería es aplastante como una gigantesca prensa y se recurre a alternar tiempos lentos con otros veloces. También podemos buscarle una analogía con una formación de acorazados tanques alemanes quebrando todo a su paso. Otro elemento a destacar es el uso de una voz gutural que evoca un odio visceral, si uno de los soldados muertos nos narrara alguna vivencia, debería sonar así.
Todos los temas están edificados sobre la plataforma thrash death, con tempos mayormente moderados, salvo el primero. Sólo son quince minutos con veintisiete segundos de música, pero resultan suficientes para ponernos de pie y desencadenar un violento mosh pit. Si tuviera que escoger algún tema, me quedaría con el homónimo “Domain”, a mi juicio condensa de una manera más convincente la fórmula planteada en el disco. Destacar que “In the Earth of Asgard” hace referencia a la mitología nórdica, aseverando que la influencia del viejo continente abarca tanto la música como la letra.
Bravo por la banda que demuestra poder salir adelante con los limitados recursos de que dispone. Gracias a su constante trabajo y el de su coterránea Blackult, ahora Puerto Padre aparece en el mapa metalero nacional. Dark Mill acaba de probar que se pueden alcanzar buenos resultados cuando se persiguen metas fruto de la convicción inexpugnable de hacer metal underground. Un disco interesante y con suficiente carácter para no pasar desapercibido.
Temas:
1. Domain
2. In the Earth of Asgard
3. Journey Toward to The Death
4. Storm of Desolation
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