Congregation
Scream of Death
08 de febrero de 2016
Calificación: 4 / 5
Hace un par de días, un amigo me propuso que reseñara este representativo disco argumentando que a pesar de sus valores, era desconocido por buena parte de los fans del metal cubano. Después de un par de escuchas, comencé a redactar esta reseña que me tomó más tiempo del acostumbrado, no porque me costara descifrar la música, sino por la agudeza con que tuve que abordar cada aspecto, pues mi amigo es un gran conocedor y devoto de Congregation. No obstante, disfruté el reto y ahora espero por su justa valoración, a la que puede sumarse usted amigo lector.
Ya entrando en materia, les cuento que Congregation está considerada como una de las mejores bandas que ha parido la escena cubana de metal extremo y particularmente, de death metal. Sus actuaciones en directo son legendarias por la intensidad y la brutalidad derrochadas sobre el escenario, solo comparables con las ofrecidas por su coterránea Combat Noise. Sus discos no son mucho menos impactantes e influyentes, y eso que son frutos independientes, o sea, producciones que nada tienen que ver con sellos discográficos.
Scream of Death es un disco de death metal que a primera escucha sorprende y es que los temas son eminentemente lentos con solo algunos pasajes acelerados. Es una especie de death-doom mucho más machacón, angustiante y desolador que el esbozado Autopsy (banda pionera del estilo) en su célebre debut Mental Funeral. Aclaro que aunque Congregation ralentice mucho, no por ello pierde potencia su propuesta, los riffs son contundentes y robustos, y las voces tan profusamente guturales que rozan lo humanamente posible. Puedo asegurarles a los amantes de la ferocidad más ominosa que tienen aquí una opción por la cual delirar.
La producción musical es aceptable, sobre todo si se tiene en cuenta que no contaron con el equipamiento y demás condiciones que se requieren. Con esto no quiero decir que el sonido se aproxime a los estándares de calidad internacionales, pero sí está en concordancia con los conseguidos por la mayoría de los exponentes cubanos de metal underground. Para ir un poco más lejos en este sentido, se necesitan circunstancias diferentes y en especial, la existencia de un sello discográfico dedicado exclusivamente a difundir el mejor metal que se produce en el país.
Para crear esta obra juntaron esfuerzos y talento el guitarrista Jorge García, el vocalista Lázaro E. Castro, el bajista Joel Salazar Suárez “Kaoz” y el baterista y director Ariel Bustamante Suárez. Como pueden notar, se trató de una alineación típica para el tipo de propuesta. La experiencia jugó un rol determinante en el resultado, ya que este es el segundo disco que fragua la maquinaria capitalina. La experiencia es válida para todo, pero a la hora de hacer música puede representar una diferencia gigantesca.
Ahora me referiré a un aspecto que siempre tengo en cuenta a la hora de valorar un disco, la portada, ya que es quien se ocupa de defenderlo antes de colocarlo en el reproductor. Vivimos en un mundo donde las apariencias juegan un papel fundamental y como consecuencia directa siempre habrá muchas personas indispuestas a escuchar un disco por tener una portada mediocre. En este caso, debo decir que lamentablemente no es buena, pero al menos está en perfecta sintonía con el título. Parece que se trata de una imagen tomada prestada de algún póster de película de horror, ya que exhibe un rostro cubierto por una sábana que en su agonía emite un grito y con él se le escapa la vida.
Las letras abordan la desesperación, las enfermedades mentales y la muerte. Siendo todos estos tópicos bastante recurrentes para el death metal y sus derivaciones. Ejemplos de desequilibrio y enajenación están presentes en los propios títulos de los temas, como son: “Lost Mind”, “Neurotic Existence” y “Victim of My Own Paranoid”.
Retomando la descripción propiamente musical, debo resaltar el acierto de esos riffs vigorosos y agresivos que te conducen por parajes dantescos. Y las voces no se quedan detrás, solo los residentes del Averno pueden propinar alaridos de semejante magnitud sin destrozarse la garganta. No hay dudas de que Lázaro es un señor vocalista. La percusión es competente, cuando lo requiere es sosegada y metódica, pero cuando se necesita lo contrario, es acelerada y aplastante como una pesada locomotora a toda máquina.
Con un total de nueve temas y aproximadamente 30 minutos de duración, este es un disco un poco corto, sin embargo, te seduce, te envuelve y cuando se acaba, quedas pidiendo más. Altamente recomendable para los amantes del suspenso y la ferocidad más enfermiza que puede proporcionar el death metal hecho en tierra cubana.
Temas:
1. Hoping to Find His Own Way
2. New Order Society
3. Neurotic Existence
4. Mortal Murder
5. Scream of Death
6. Lost Mind
7. Death Future
8. Blind
9. Victim of My Own Paranoid
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