Other Brain
Wake Up
20 de febrero de 2017
Calificación: 4,5 / 5
La banda holguinera Other Brain parece aprovechar la ventaja de contar con otro cerebro, tal y como indica su nombre. Apenas un año después del lanzamiento de su acertado disco Don’t Return, que la posicionó como una de las mejores exponentes del metal en el Oriente del país, logró facturar otro, subiendo un escaño más en cuanto a calidad de producción y madurez creativa. Estoy hablando de Wake Up, que se traduce al castellano como despertar o despertarse.
Esta es una producción independiente, que como ya mencioné, tiene unos estándares más que aceptables con relación a las limitaciones que enfrentó su elaboración. Su acierto demuestra nuevamente que se pueden obtener buenos resultados lejos de los sofisticados estudios de las casas discográficas oficiales. La banda desplegó un nivel técnico significativo, pero, sobre todo, se entregó apasionadamente, logrando marcar la diferencia en un ámbito un tanto viciado por meros clones de bandas extranjeras.
Acorde con su duración califica como un Long Play o LP, pues supera los 28 minutos de duración. La portada es bastante simple y es este el único aspecto que debo señalar como poco trabajado. La verdad es que esperaba un diseño a la altura del desempeño musical, o por encima. Como he mencionado en otras ocasiones, la portada ofrece la primera impresión sobre un disco, y si esta es mala, inconscientemente juzgamos de igual manera su música, sin escucharla siquiera.
Ahora, les describiré cada uno de los temas. Comienza “All Die” con una especie de intro a base de percusión marcial y sonidos ampulosos que parecen filtrarse de otra dimensión. Acto seguido, unos riffs de guitarra robustos sirven de antesala a una vocalización colérica y poderosa. Y de esta manera transcurre casi un minuto hasta que el tema despega con más rabietas intercaladas con pasajes melódicos típicos del metalcore moderno. La percusión es competente y hasta se recurre a un solo de guitarra un tanto breve, pero bien melódico. Cerca del cierre, la tensión generada es suficiente para encender un mosh, de eso no tengo la menor duda. Es uno de los puntales del disco.
Luego se abre paso “Death Machine”, como quien se acerca desde la distancia a toda prisa con la intención de entablar combate. Las máquinas de muerte no se detendrán ante nada, a menos que sean destruidas. Aquí se apuesta por numerosos blast beats, recurrentes recursos melódicos generados por las guitarras, y mucha tensión edificada con una vocalización enfermiza y agonizante. La cantidad de energía generada es tal, que en un par de segundos es capaz de reanimar un millar de robots cancelados.
Después, “Lost Dreams” despega rimbombante, pero se acomoda más tarde en un galopar certero por terrenos conocidos. En ocasiones ralentiza y coquetea con el heavy metal tradicional empleando riffs bastante sólidos. Las guitarras además se encargan de crear muy buenas melodías, otorgándole gran colorido, y es algo que no podía dejar de destacar. Cerca del desenlace sorprende la eclosión de una atmósfera orquestal enigmática. Un tema con sus atributos.
Prosigue “Behind the Curtain” con el empleo de sintetizadores, anunciando falsamente un ablandamiento, pues contundencia y garra no faltan. A pesar del inesperado inicio, retornan la energía, la malevolencia y la oscuridad sin renunciar a las pinceladas de luz. Imposible no reaccionar ante similar torbellino de ferocidad. Un tema que se disfruta de principio a fin porque atesora uno de los mejores momentos del disco.
Continúa “Long Live the King” un tanto sosegada, pero pronto reclama la atención del oyente con un discurso nada inédito, pero que casi siempre funciona: “larga vida al rey”. Se perciben claras influencias del Gothenburg metal sound, también conocido por death metal melódico sueco, que tuvo como abanderadas a las célebres bandas Dark Tranquility, At The Gates e In Flames. Un tema que abruma por su desmedida melancolía y que canaliza una frialdad implacable, que poco a poco te va conquistando hasta arrebatarte, primero, la locomoción, luego, la capacidad de razonar y por último la vida.
Y para cerrar, “Wake Up” nos arrolla sin piedad a través de un soberbio ataque de riffs de guitarra inmejorables, de esos que a primera escucha sabes que son antológicos. Y para colmo, la percusión no se queda detrás con un azote despiadado y estremecedor, comparable al transitar impetuoso de una formidable taladradora bajo las montañas. Las voces también son espléndidas, en especial las coléricas, que destilan un odio irreconciliable. Percibo, además, cierta aproximación al sonido característico de Lamb of God, pero de una manera lúcida. Un tema realmente adictivo, demostrado una vez más que no hay necesariamente que innovar para hacer música acojonante. Mi tema favorito por mucho.
Resumiendo, otro buen disco de Other Brain, que bien temprano deja una perdurable impronta en la escena nacional. Si es amante del metalcore bien facturado y enérgico, no demore la escucha de Wake Up. ¡Altamente recomendable!
Temas:
1. All Die
2. Death Machine
3. Lost Dreams
4. Behind the Curtain
5. Long Live the King
6. Wake Up
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