Cimarrón
Demo Cimarrón
04 de enero de 2016
Calificación: 5 / 5
Cimarrón es hoy en día uno de los grupos de rap santiagueros más atípicos y consecuentes que se imponen en los pocos escenarios musicales a los que pueden acudir. Ellos compiten con la lejanía de otro municipio, pero gracias a la paciencia que han cosechado de los ancestros que veneran, han podido sortear uno de los principales obstáculos que existe para cualquier artista, sea un aficionado o un profesional: el tiempo. Por eso, al escuchar este demo con más de cinco años de antigüedad, y después de haberlos disfrutado en vivo, es preciso reconocer que son fieles a sus propósitos con la marca de la diferencia.
Cuando grabaron estas cinco canciones, Yasbel Enrique Rivera Garbey y Maikel Despaigne González eran los principales integrantes de Cimarrón, y estaba además, Jans Antonio Chaveco Reyes. Ellos nacen en cada tema con las cadencias que marcan los tambores. El aporte que le hacen al rap como género musical, con la inclusión de elementos acústicos y percutidos de la música afrocubana, es relevante, y como primera producción, este demo los deja caminar por la puerta ancha, amén de que podían mejorar.
Como en las tradiciones africanas la palabra es privilegiada, el rap de Cimarrón así lo hace con toda intención, y me parece loable entre tantas y tantas “creaciones raperas”. No se trata de una palabrería pujante y defensiva, ni llena de provocaciones, al contrario, ellos insisten en educar, algo que está subyacente en un movimiento tan amplio como el hip hop y a veces lo olvidan los raperos, porque están inmersos en la denuncia o en la disputa verbal.
Pues aquí llega Cimarrón, con esta entrega, pequeña y cambiante.
“Vengo” funciona perfectamente como portada, o como carta de presentación: “Desde el África llegó mi estirpe de guerrero… Mi piel quema, mi pasa dura y enredá… Y esta garganta que se raja pa’ decirte la verdad. Lisen pa’cá, filosofía de la realidad”. Como ellos quieren reivindicar, sobre todas las cosas, sus antecedentes africanos, suman a la base rítmica sus toques de tambores. Es el primer track y se nos antoja una especie de mezcla incipiente que pudo ser mejorada, aunque sin dudas, los primeros trabajos casi siempre admiten ese tipo de señalamientos.
¿Qué rapero le ha cantado a su barrio? Pues este es otro más de los que integra la milenaria lista y se llama así mismo: “El Barrio”. Aunque Cimarrón proviene de una capital municipal, Palma Soriano es, después de Santiago de Cuba, la más cercana al asfalto, y sus alegatos son similares. Al parecer, los vecinos de los raperos vienen cortados por la misma tijera, de ahí que para los seguidores, “pa’ los que siempre me preguntan raper cuando hay peña brother, pa’ los que cuando canto no me aplauden pero alzan la mano, pa’ la gente de Amelia, El 27, Maribel, La Ceiba, Moncada, Palma, Cuba, pa’ todos mis consortes, pa’ los que no me creyeron, pa’ los que no quisieron que yo pisara el escenario…”. En este caso, la deuda es con Orishas, esa agrupación emblemática que dejó un antes y un después en el universo musical de la isla grande. Pero no molesta, creo que se agradece.
“La pelea” va mostrándonos a los cimarrones del rap como son y siguen siendo tras tantos años, es uno de los temas que sostiene su esencia casi experimental, es ese rap con rumba, bembé y toque de bohío a los dioses. Quizá pocos están acostumbrados a esa manera de decir que los negros siguen peleando, aunque sea desde el rap, pero a mí en lo particular, me agrada.
La palabra compay nos identifica como orientales, -y a mucha honra, por cierto-. Pues esa es la siguiente entrega de Cimarrón en este demo. Quizá la melancolía de la letra se diluye en buenas manos con ese son de metales que la sostienen. Ellos vuelven a demostrar por qué su rap es diferente. “Compay, me voy echando pa’ la capital” no es solo un estribillo, también trae el histrionismo de los muchachos de Cimarrón, como lo hacen en escena; que hasta con machete, sombrero de yarey y el recuerdo de Polo Montañez, retoman el tema de la emigración a La Habana, sin perder el deje de guajiro.
“Las Velas” vuelve a sembrar las raíces de Cimarrón, es el último tema, pero es el que más se parece a lo que actualmente siguen haciendo. Es la puerta trasera que nos devuelve al presente. A ellos les encanta incorporar semillitas del dialecto oral africano que pervive en los campos, sobre todo, antiguos palenques de las montañas palmeras. Y por eso los tambores marcan la base, algo que no se ha hecho mucho, por cierto. Es como rapear en un bembé, rodeado de velas y jícaras con ofrendas. “Yimboló, yimboló yimboló…, no le tema a las luz de las velas, siente como en venas la sangre te hierve…”.
Para un estudioso del rap desde su lírica, este demo es un atractivo, ya que hasta refranes, dichos y proverbios forman parte de la entrega de estos raperos, pues ellos no solo cantan, recuerden, también quieren trasmitir historias con valores.
Una pequeña muestra y así se embullan a escuchar las canciones: “Para que una estrella brille, debe haber oscuridad”, “no aparente lo que no eres y mira lo que debes”, “todos vinimos en el mismo barco, nos trajeron las cigüeñas aquí nos dejaron los totí”, “sabe bien la Doña que si no se la lleva el Diablo, se la llevan los seguidores que suelen ser peores”, “si Cuba es un caimán dormido nosotros vamos a la cabeza, y por destreza, compartimos todos juntos el derecho de sentarnos a la misma mesa”, “no hay abeja que pique una piedra y sí hay perro que muerda a quien da de comer”.
No hay dudas de que ellos se sienten amplios deudores de los antiguos griots de la Madre África, y que en su manera de emitir los mensajes está presente esa cadenciosa oralidad de cuando las historias se hacían acompañar de tambores y de bailes. Ese es el principal valor de Cimarrón, lo único que ellos se apropian del rap para enriquecerlo como nadie más. En el pasado mes de diciembre cumplieron 12 años, así que nacen desde este sitio las más cálidas felicitaciones y los parabienes para un exitoso 2016.
Temas:
1. Vengo
2. El barrio
3. La pelea
4. Compay
5. Las Velas (feat. DJ Rey 38)
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