Unlight Domain
Unlight Domain
13 de noviembre de 2017
Calificación: 4 / 5
Una de las bandas más importantes de la escena cubana de metal underground es, sin cuestionamiento, Unlight Domain. Sobre su nombre no tengo referencias de cómo lo escogieron, pero creo probable que esté relacionado con la mitología sobre la Tierra Media, desarrollada por el afamado escritor John Ronald Reuel Tolkien. Uno de los personajes creados por él es Ungoliant, que adoptó forma de araña y poseía un arma llamada Unlight, la que era una horrorosa emanación con forma de red o telaraña, que absorbía y destruía toda luz.
Su música es un black metal contundente y emotivo que no dejará indiferente a los fieles seguidores del género. En esta ocasión, les propongo su disco homónimo, que es un genuino ejemplo de producción independiente. La calidad del mismo es un tanto regular, en cuanto a la fidelidad del sonido, no obstante, se disfruta grandemente por el derroche de energía que irradia. Destaco que no cualquier banda consigue dejar semejante impronta en el oyente, independientemente de la sonoridad que cultive.
Sus artífices fueron el guitarrista Iván Leonard, el vocalista José Blanco, el bajista Liúber Sobrino y el baterista Jordany Pérez. La música fue compuesta por Iván, que reafirma liderazgo en un aspecto creativo tan importante. Las letras fueron escritas por Aramis Laurencio, José Blanco e Iván, que demostraron seguir abordando la línea temática desarrollada por los más importantes exponentes del género.
La portada no es una maravilla al nivel de las hechas por Kristian Wåhlin (Necrolord) u otros prestigiosos diseñadores, pero sí es efectiva. De entrada, notamos que tiene concepto, ya que exhibe un paraje envuelto en penumbras, donde todo es regido por insondables poderes mágicos. Además, ese paisaje es agreste, al exteriorizar un relieve ondulado y árboles retorcidos y carentes de hojas, que le otorgan una apariencia fantasmagórica. Y, finalmente, esos densos nubarrones reafirman la languidez de la luz y el consecuente auge de su eterno antagónico: la oscuridad.
A continuación, les describiré cada uno de los temas. Inicia “Unlight Domain” con el gélido viento de una implacable tormenta invernal, por lo que nos trasladamos inmediatamente a altas latitudes. Es de noche y extrañas criaturas danzan y se arremolinan enmascarando la mayoría de sus sonidos con la espesa capa de nieve y el rugir incesante del viento. Aunque con dudas, sentimos esas presencias y nos estremecemos ante la posibilidad de quedar cara a cara con lo desconocido. Luego se desata una contundente furia instrumental y vocal, logrando un profuso efecto tenebrista. Un comienzo tan atronador que me recuerda al Immortal de la etapa de Battles in the North. El desempeño vocal es impresionante, esparciendo la más funesta maldad sobre la Tierra. Un tema imponente.
Continúa “Waiting” (Esperando) propagando la oscuridad por el mundo sin contratiempos, nada puede frenar su constante y definitivo empuje. Emplea soberbios y escalofriantes trémolos para atormentarnos y someternos sin apenas ofrecer resistencia. Las voces son ultralacerantes, nada tienen que envidiar al embate de numerosas catanas japonesas. Rápidamente caemos en trance y emprendemos un viaje a través de los bosques más recónditos y malditos, para ser testigos de arcanos rituales y situaciones indescriptibles.
Después, “Supremacy” (Supremacía) abre bien frenética, pero tiene momentos en que aminora, aunque nunca lo suficiente para estar a salvo de los peligros que se avecinan. Torrentes de energía nos vapulean y amenazan con derribarnos para caer en un caos desconcertante. Y nos preguntamos: ¿por qué todo es tan ininteligible?
Luego, “Requiem for the Herat” (Réquiem para Herat) despega sosegada en cuanto a velocidad, pero con tensión suficiente para vaticinar que en cualquier instante todo puede cambiar. Y efectivamente ocurre, la percusión acelera y la guitarra destila unos riffs hipnóticos capaces de someter a las criaturas más imponentes que habitan el Averno. El título quizá guarde relación con Herāt, ciudad afgana cuyo origen es muy antiguo, está situada al oeste del país y fue escenario de numerosas contiendas bélicas.
Prosigue “Dark Battles” (La Batalla oscura) con atmósfera retadora. Las tropas más implacables del orbe se encuentran cara a cara en una batalla épica. Ninguno de los bandos desestimará emplear sus letales armas y métodos para golpear con la mayor furia posible. El resultado final es incierto, pero la masacre está asegurada.
Y por último, “In the Name of Satan” (En el Nombre de Satán) libera estridentes relámpagos con la capacidad de intimidarnos. Luego un riff monolítico sirve de antesala a una tortuosa oda al poderoso adversario de Dios, según la tradición cristiana. Por el contrario, Satán es empleado por los satanistas como la representación de la inteligencia y la humanidad en la Tierra.
Resumiendo, se trata de un disco altamente disfrutable para los amantes del black metal, fraguado con los códigos y el ímpetu de la Second Wave. Todos los temas son interesantes, pero me impactaron en mayor medida “Unlight Domain”, “Waiting” y “Requiem for the Herat”.
Temas:
1. Unlight Domain
2. Waiting
3. Supremacy
4. Requiem for the Herat
5. Dark Battles
6. In the Name of Satan
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